?ltimo hurra de la mano de Pau y la manita de Claver

La imponencia de Pau Gasol y una sutil manita en defensa de Claver en la acci¨®n definitiva del tremebundo duelo que libraron Espa?a y Australia, premiaron con un glorioso bronce a la generaci¨®n de oro. Los chicos que pusieron a Espa?a en el Everest del baloncesto, Pau Gasol, Navarro, Felipe Reyes, Calder¨®n, se van por la puerta grande, porque ese trato se puede conceder a una medalla de bronce despu¨¦s de medirse a Estados Unidos en las semifinales, de tres lustros siempre arriba, desde que ganaron el Mundial junior en 1999 y abrieron la ¨¦poca dorada del baloncesto espa?ol.

En un final taquic¨¢rdico valieron los ¨²ltimos y m¨¢s ¨ªnfimos detalles, la sangre fr¨ªa de Sergio Rodr¨ªguez al convertir dos tiros libres a falta de cinco segundos. El marcador dio el ¨²ltimo giro, 89-88. Pero quedaban cinco segundos Tiempo suficiente para que los australianos dieran la estocada, ansiosos por alcanzar la primera medalla en baloncesto masculino para su pa¨ªs. Tras el tiempo muerto, Ingles sac¨® de banda, pero el bal¨®n no lleg¨® a su destino porque Claver, providencial, toc¨® el bal¨®n y lo alej¨® a terreno australiano, ante la desesperaci¨®n de los ¡®aussies¡¯, sabedores de que ya no hab¨ªa tiempo. Gan¨® Espa?a y se llev¨® el ¨²ltimo hurra una generaci¨®n maravillosa, una generaci¨®n liderada por Pau Gasol, otra vez supremo, con 31 puntos y 11 rebotes. Nada fue mucho en un partido de una exigencia m¨¢xima, en el que Mills, precisamente compa?ero de Pau en los Spurs la pr¨®xima temporada, anot¨® 30 puntos y llev¨® de cabeza a la defensa espa?ola. El partido estuvo cargado de una tensi¨®n, una igualdad y una competitividad extremas, con la traza de una aut¨¦ntica final.

El traj¨ªn para superar a Australia result¨® extenuante. Ricky Rubio sum¨® dos faltas en un visto y no visto. Y Mills empez¨® a dar signos de su estado de lucidez y de la decisi¨®n y el acierto con el que pretend¨ªa coger del cuello a la defensa espa?ola. Pero quienes verdaderamente monopolizaron los primeros minutos fueron Pau Gasol y Mirotic, que se repartieron los 16 primeros puntos de Espa?a (9-16).

Pau, adem¨¢s, le sac¨® dos faltas a Bogut. Pero la irrupci¨®n de Andersen fue por momentos desequilibrante para el entramado defensivo espa?ol. El exp¨ªvot del Bar?a y de la NBA es de los que poseen buena mano si la defensa rival le pierde la pista en los zarandeos en los cinco contra cinco. Se apret¨® el marcador (17-20), pero la irrupci¨®n de Felipe Reyes y los triples de Claver y Pau volvieron a abrir la brecha (28-42). Espa?a ten¨ªa el partido en el punto de cocci¨®n preciso.

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¡°Esta vez eran m¨¢s ganables que nunca¡±

Espa?a, tan cerca y tan lejos de EE UU

La reacci¨®n australiana fue centelleante. Mills y Andersen se marcaron un espl¨¦ndido final de segundo cuarto y restituyeron el suspense (38-40). El tercer cuarto fue nervioso, un vaiv¨¦n en el juego y en el marcador. Ricky Rubio volvi¨® a hacer agua en sus tiros, impreciso, inconsecuente con su trabajo en el resto de los apartados. El pulso fue trepidante. Mills por un lado, Pau Gasol por el otro. El partido estaba que ard¨ªa. Motum y Broekhoff, con tres triples en tres intentos, se apuntaron al arsenal australiano.

El partido se asom¨® a un ¨²ltimo cuarto de una igualdad y una tensi¨®n supremas. Espa?a se fue por seis puntos (64-70) con un triple de Sergio Rodr¨ªguez. La crisis de nervios se aceler¨® para Espa?a con tres acciones desestabilizadoras, el susto que dio Mirotic cuando se qued¨® en el suelo dolido de la rodilla tras un tropez¨®n con Baynes, un mate de Motum en la cara de Pau Gasol y una posesi¨®n sin poder tirar. Desde que Mirotic empat¨® a 79 a falta de tres minutos y medio, el intercambio de canastas y alternativas fue continuo, la tensi¨®n suprema.

La moneda rodaba de canto. Cada detalle daba o quitaba el podio de bronce, las l¨¢grimas de ¨¦xtasis o de desolaci¨®n. Sergio Rodr¨ªguez dio la ¨²ltima ventaja a Espa?a desde la l¨ªnea de tiros libres, 88-89. Quedaban cinco segundos. Ingles puso el bal¨®n en juego, pero la defensa espa?ola, Claver, puso una mano providencial, la que alej¨® el bal¨®n, la que dej¨® a los australianos ya sin tiempo. Gan¨® Espa?a en medio de una catarata de emociones. El ¨²ltimo hurra fue para la generaci¨®n de oro, de Pau Gasol, de Calder¨®n, de Navarro, de Felipe Reyes, la dedicatoria m¨¢s sentida y deseada de Ricky Rubio a su madre Tona, fallecida el 25 de mayo, la motivaci¨®n de jugadores en su plena madurez, Llull, Sergio Rodr¨ªguez, de Rudy, de Mirotic, de Claver, de otros como Willy Hernang¨®mez y Abrines, alistados a la causa, destinados a ser quienes prolonguen la estancia en la cima y preserven el ADN de una selecci¨®n extraordinaria, siempre competitiva, siempre en la cima ¨Cde oro, de plata o de bronce-, durante m¨¢s de 15 a?os.