El Movistar tira la primera piedra
Contador se deja casi medio minuto y Rub¨¦n Fern¨¢ndez es el nuevo l¨ªder
La primera cita es siempre nerviosa, insegura, pesimista. Un manojo de nervios que siempre deja un regusto amargo en las perspectivas de futuro. La primera cita de la Vuelta, con m¨¢s sudor que amor, era una monta?a, la de ?zaro, con extra?a mezcla entre la emoci¨®n y el miedo. Los favoritos dec¨ªan no controlar sus palpitaciones. Su coraz¨®n estaba en stand by en espera de medir m¨²sculos. Nadie sab¨ªa nada, o dec¨ªa no saber nada. ?zaro dictaminaba el primer diagn¨®stico de urgencia y hubo da?os nada colaterales. En dos kil¨®metros de fuerte ascensi¨®n (con porcentajes que a veces alcanzan el 30%), Alberto Contador, por ejemplo, mir¨® desde lo alto a la Costa da Morte, desvanecido el mar bajo un cielo azul el¨¦ctrico, y seguramente se deprimi¨®: se hab¨ªa dejado casi medio minuto y hab¨ªa visto pasar, como pasa el viento, a Nairo, a Valverde, a Froome, y a muchos m¨¢s mientras ¨¦l sufr¨ªa, renqueante, sabiendo que dejaba un asunto pendiente para septiembre mientras sus rivales aprobaban su primera evaluaci¨®n con solvencia, sin aspavientos.
Gan¨® el franc¨¦s Geniez, que ya hab¨ªa ganado una etapa en Peyragudes en 2013 con otra escapada ¨¦pica. Es listo el muchacho de Rodez: suele elegir bien los lugares donde dejarse el alma. Generalmente elige aquellas sobre las que discuten los favoritos y ¨¦l susurra su ¨¦xito sin hacer ruido mientras el resto habla. Gan¨® como pod¨ªa no haber ganado. Se peg¨® una pechada de kil¨®metros primero con otros seis colegas, luego fueron tres, luego se fue solo, luego volvieron a ser tres y despu¨¦s se volvi¨® a buscar la vida en solitario como hacen los caballos salvajes.
Con lo que no contaba el muchacho cuando el pelot¨®n, por detr¨¢s, inici¨® la subida al mirador, era con el ataque seco, duro y caliente del Movistar. Una muestra de autoridad, un golpe sobre el hormig¨®n ¡ªque no asfalto de la subida¡ª. Rub¨¦n Fern¨¢ndez, Valverde, Nairo, como si no hubiera un ma?ana, sin pensar que la Vuelta apenas ha comenzado. Solo Chaves se sum¨® a la feria azul marina mientras se clavaban Froome y Contador como si les hubieran clavado un cuchillo en las piernas. Froome regul¨®, especul¨® consigo mismo y trag¨® el sapo para engancharse de nuevo a los azulones. A Contador se le atragant¨® en la garganta como si se le hubiera enredado en la campanilla. Ya no pudo reaccionar. Y eso que el Movistar par¨® cuando vio flaquear a Valverde y a Nairo tras su marcha marcial. Y ah¨ª perdi¨® la etapa Rub¨¦n Fern¨¢ndez, que iba sobrado, plet¨®rico, como una tormenta de noviembre. Ten¨ªa a tiro a Geniez, pero el par¨®n solidario con sus jefes le dej¨® sin paga extraordinaria, aunque le regal¨® el maillot rojo de l¨ªder. No es mala prenda, aunque la historia se fija m¨¢s en los vencedores de etapa que en los l¨ªderes ocasionales, intermedios. ?l, sin embargo, no lo olvidar¨¢, aparezca o no en los libros de historia. Si no hubiera parado, y arrancado m¨¢s tarde, hubiera ganado, pero quiz¨¢s Valverde y Quintana hubieran perdido. Y la jerarqu¨ªa obliga. Patrones y marineros.
As¨ª fue el kil¨®metro final que dio el rojo a @Rubenfa y la victoria de etapa a @Alexgeniez #LV2016https://t.co/r8BZXgmeBL
— La Vuelta (@lavuelta) August 22, 2016
Lleg¨® el segundo y alz¨® los brazos. Bromas sobre si era despiste o felicidad. ?l dijo que no, que le hab¨ªan dicho que era l¨ªder por el pinganillo. Vaya usted a saber. Da igual. Era l¨ªder, su equipo se hab¨ªa exhibido, Froome hab¨ªa vuelto a tirar de la calculadora que guarda en la cabeza para minimizar da?os y Contador hab¨ªa sucumbido al test de la primera cita. Ahora ya hay datos: Contador no est¨¢ bien y es el primer damnificado de la disputa. Pero la Vuelta es larga. La Costa da Morte le dio la vida a Geniez y a Rub¨¦n Fern¨¢ndez. Dos tipos felices bajo un sol abrasador. La primera cita les fue bien. No temblaron. Acertaron.
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