La liberaci¨®n de Morata
El delantero marca ante el Celta su primer gol oficial desde su vuelta al Real Madrid y se quita de encima toda la presi¨®n acumulada
El delantero convive toda su carrera con la presi¨®n de saber que se juega su cach¨¦ en mil¨¦simas de segundo, en un instante, el que se planta delante de la porter¨ªa. En ese momento su capacidad para acertar ante el arquero ser¨¢ sin¨®nimo de gloria o fracaso. De eso viven ellos, de acertar, de golear. Fallar es una perdici¨®n para cualquiera. Una mala racha significa instaurarse en la desconfianza, la impotencia y el temor por no hacer lo que te diferencia. ?lvaro Morata se vio inmerso en ese bucle desde su vuelta al Real Madrid hasta que un cabezazo en el Trofeo Santiago Bernab¨¦u le saci¨® a medias. No fue suficiente para el delantero, que en un rechazo en el ¨¢rea del Celta se estren¨® oficialmente y se liber¨®, ya s¨ª, de toda la presi¨®n. "Su aportaci¨®n ha sido muy buena, muy completa. Ha marcado un gol y ha podido hacer dos m¨¢s", dijo Zidane tras la victoria.
La ausencia de gol en el inicio la ven¨ªa supliendo Morata con la capacidad pulida en Italia para jugar de espaldas y pelearse con cualquiera. A eso le sumaba velocidad, potencia y regate para desequilibrar por los costados. Solo le faltaba definir. Acertar.? Ante el Celta, una roca llamada Roncaglia no le dej¨® hacer ni una cosa ni la otra en la primera mitad. Desquiciado y superado por el zaguero argentino, Morata vivi¨® parte de los primeros 45 minutos en el suelo entre gestos de impotencia.
El paso de los minutos y la ausencia de ocasiones hac¨ªan presagiar un nuevo cero para un Morata que estaba cerca de sumarse otra carga extra de presi¨®n. Pero a media hora del final Asensio recibi¨® un bal¨®n de Modric en el ¨¢rea del Celta, se la pic¨® a Rub¨¦n sin la sutileza que lo hizo en Anoeta, el portero rechaz¨® la bola y ah¨ª, desde atr¨¢s, en segunda l¨ªnea, apareci¨® Morata. La envolvi¨® con la zurda, la ajust¨® al palo derecho para superar cualquier obst¨¢culo, adelant¨® al Madrid en un partido enrevesado y se quit¨® un gran peso de encima. "Estaba deseando marcar, antes del partido le dije que estuviese tranquilo que iba a mojar", dijo Carvajal tras la victoria con gol de su compa?ero. Su celebraci¨®n, con rabia, culmin¨® la liberaci¨®n de un delantero que marc¨® su ¨²ltimo tanto oficial en la Eurocopa. Poco despu¨¦s del primero, roz¨® el doblete con un mano a mano que mand¨® a la madera.
Cuatro meses sin gol en la Juve
Morata regres¨® a Madrid con la lecci¨®n aprendida. El joven delantero se dio cuenta en Italia de lo que supone estar un largo periodo sin ver puerta. La temporada pasada, tras un buen primer a?o en la Juventus, el delantero anot¨® solo tres tantos en los cinco primeros meses de curso. Encaden¨® 794 minutos? de sequ¨ªa hasta que un doblete en semifinales de Copa ante el Inter le hizo resucitar. "Me estaba volviendo loco, es la primera vez desde que empec¨¦ a jugar que pasaba tanto tiempo sin marcar. Ha sido un momento muy duro, dentro y fuera del campo. Ya ha pasado", dijo entonces.
El canterano ya sab¨ªa lo que era marcar en el Real Madrid. Durante su primera etapa de blanco, con Mourinho y Ancelotti, anot¨® 11 tantos desde un papel de meritorio en el que sus goles eran m¨¢s un complemento que una exigencia. A su vuelta era consciente de la importancia de marcar cuanto antes de anotar esos primeros goles que aportan tranquilidad. No lo encontr¨® en la gira y fall¨® en la Supercopa ante el Sevilla. Solo el cabezazo ante el Stade Rennais le permiti¨® empezar a desquitarse de parte de una losa que termin¨® de soltar ante Celta.
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