Nairo Quintana revienta la Vuelta en Formigal y Brambilla se lleva la etapa
El colombiano acaba con su rival con un ataque hist¨®rico desde la l¨ªnea de salida comandado por Contador y se distancia a 3m 30s
![Nairo Quintana, Gianluca Brambilla y Alberto Contador, en la 15ª etapa.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/OKDTCVWIUP2OUJVOIUELYLMT2I.jpg?auth=ff5076b9383623ee3cc6d1dc4e105e2c64e732cc31d02f7e1d61012c3b831c99&width=414)
Cuando un l¨ªder se va, nada se muere en el alma, al contrario, se ensancha, se ensancha, como escribiera Blas de Otero. Por eso, cuando nada m¨¢s bajar la bandera roja en Sabi?¨¢nigo, Brambilla toc¨® la trompeta, Contador el silbato y Nairo Quintana el saxof¨®n, el Sky, el combo por naturaleza, la organizaci¨®n perfecta, la suma de tecnolog¨ªa, compa?erismo y atrevimiento, m¨²sicos acreditados, de estudio, se qued¨® sordo. Y ciego. Se le iban los solistas y no se enteraban. O no se lo cre¨ªan. O pensaban que era para las fotograf¨ªas de rigor. O sencillamente, dorm¨ªan, o dormitaban.
Cuando un l¨ªder se va, uno piensa en aquellos a?os de Eddy Merckx, que no perdonaba ni las metas volantes, que siempre quer¨ªa m¨¢s. Nairo, tambi¨¦n, pero sobre todo necesitaba m¨¢s segundos, m¨¢s minutos y lo que no pudo hacer en el Aubisque con tirones breves, como cuando no se controla bien el embrague de un coche, lo hizo de principio a fin, con un tir¨®n de 118 kil¨®metros al que ni el Sky, la quintaesencia del ciclismo de bloque, ni Froome, el se?or de la calma, supieron responder.
Fue un golpe duro. Demostr¨® que el Sky no es perfecto. Tan imperfecto es, que la mayor¨ªa lleg¨® casi fuera de control, incapaces de contactar con Froome, salvo David L¨®pez, muertos en vida, muertos vivientes, figurantes de una pel¨ªcula con dos protagonistas: Nairo Quintana y Alberto Contador.
Brambilla, que a la postre gan¨® la etapa (justicia po¨¦tica a su combatividad) fue el que sac¨® la cerilla, Contador encendi¨® la mecha y Quintana puso la hojarasca para que la hoguera hirviese. Apenas hab¨ªan pasado seis kil¨®metros, ¡ªy el pelot¨®n charla, incluso piensa en otras cosas, en el paisaje despu¨¦s de la batalla¡ª, cuando el l¨ªder dio continuidad a la osad¨ªa de Contador, en busca de su Fuente D¨¦ particular.
Hay enfermedades contagiosas que son positivas. La estrategia del Orica en la etapa del Aubisque produjo un sarampi¨®n positivo en la jerarqu¨ªa de la carrera. Hay gripes que limpian la garganta del ciclismo. Quintana no solo quiso ser m¨¢s l¨ªder, quiso ser rey (o presidente de la Rep¨²blica) y lo hizo de forma tan soberana que lo consigui¨® no en la meta, sino en la salida.
![Froome en la meta.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/YPM3PIOGOOKBSG7PXBSSDNZRS4.jpg?auth=9e13b8a60198971712dfaff219734b8c49de3e34773cb8abfd1d7fda1819743a&width=414)
Sorpresa para el Sky
Definitivamente, la Vuelta es una caja de sorpresas. Lo del Sky fue una sorpresa, porque no acostumbra a mirar el paisaje cuando cae el tri¨¢ngulo rojo de la carrera. Y como lo hizo, sucedi¨® que, como escribi¨® Jos¨¦ Agust¨ªn Goytisolo, ¡°un hombre solo, una mujer, as¨ª tomados de uno en uno, son como polvo, no son nada¡±. Y Froome, de pronto se vio solo, con la escueta compa?¨ªa del vizca¨ªno David L¨®pez, y en vez de mirar al puls¨®metro, su pasi¨®n, empez¨® a mirar hacia atr¨¢s, hacia los lados, a hablar con unos y con otros, a intentar organizar aquella manifestaci¨®n de damnificados por el ataque sorprendente del Tinkoff de Contador y del Movistar de Quintana, ambos bien apa?aditos, rodeados de amigos. Y con ambos l¨ªderes empe?ados en convertir los m¨¢s de 100 kil¨®metros que quedaban en una gota malaya, una tortura para Froome.
Ocurri¨® que el Astana le puso un piso al brit¨¢nico en la Gran V¨ªa, ¡ªcosas que pasan¡ª porque de lo contrario hoy vivir¨ªa debajo el puente de una clasificaci¨®n m¨¢s alterada que una tertulia del coraz¨®n. El Astana le salv¨® el piso, los muebles y le pag¨® la luz de una etapa que anunciaba un apag¨®n definitivo. Y Nairo tira que tira, relevando a Castroviejo, tira que tira, y Contador pidiendo a los suyos un poco m¨¢s, un poco m¨¢s. Nunca pudo Froome con la realidad. La calculadora se le apag¨®, las piernas eran como dedos atrofiados sobre el ordenador. Se le hizo de noche bajo lo cielo azul y el calor abrasador de Formigal.
No est¨¢ claro que Nairo Quintana, que aventaja a Froome ahora en 3m 37s haya sentenciado la Vuelta. Quedan etapas para que el Sky vuelque su rabia, su venganza, su orgullo herido, o para que el Orica vuelva a ser el equipo bandolero que lo mismo te salva que te condena en un callej¨®n solitario. Pero Nairo tiene lo que quer¨ªa y Froome se siente desnudo como un reci¨¦n nacido. La l¨ªnea el cielo se ha quebrado.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.