El Baskonia arranca la Euroliga a trompicones

El Baskonia entr¨® en la Euroliga con buen pie ganando al Anadolu (85-84) con todo el suspense que la igualdad produce y el coraz¨®n propone. Porque sobr¨® coraz¨®n en este arranque de la nueva competici¨®n continental, una Liga en toda regla con la exigencia que supone, entre dos equipos tan igualados, tan en construcci¨®n, que el triunfo y la derrota colgaban del aro como una pompa de jab¨®n.

Las obras est¨¢n a¨²n en fase inicial en el Baskonia. Sabido es que el baloncesto no solo se regenera, para bien o para mal, cada a?o, sino cada mes llegado el caso. Pero no es menos cierto que el Baskonia es a¨²n irreconocible en muchos aspectos, no en otros. El papel de Bourousis, ahora en Panathinaikos, es probablemente irreemplazable, pero el italiano Bargnani, ex-NBA, es lo m¨¢s parecido que pod¨ªa encontrar el conjunto vitoriano para que la sombra griega fuera menos difusa.

El partido de Bargnani fue enorme, por dentro y por fuera, con algunas lagunas en defensa y con un final de partido menos acertado de lo que cab¨ªa esperar. Su capacidad anotadora le dio oxigeno al Baskonia, un conjunto muy coral que gan¨® con el banquillo m¨¢s que con los papeles estelares (Bargnani aparte). Cuesta reconocer a este Baskonia que apenas anot¨® uno de cada tres de los pocos triples que lanz¨®. Y cuesta reconocer a dos bases como Larkhin y Rafa Luz, tan tecnificados y apocados, navegando entre las sombras de aquellos James y Adams, puro calor anotador, puro deseo por resolver los partidos. Pero a cambio, encontr¨® baluartes como Shengelia, coraz¨®n de le¨®n, Hanga, levanta¨¢nimos de profesi¨®n o, sobre todo, el alem¨¢n Voigtmann, capaces de echarse el equipo a la espalda.

Porque eso no lo ha perdido el Baskonia. Su gen cardiol¨®gico permanece intacto, o sea acelerado. El Anadolu es otro equipo en obras, con Perasovic -ex t¨¦cnico el Baskonia- como ingeniero jefe. El gen del equipo turco es americano, con especial atenci¨®n a Brown, a veces disperso, pero siempre intenso, junto a sus compatriotas, Dunston, Thomas, Honeycutt o Granger. Les ayudan un macedonio, Osman, y un franc¨¦s, Heurtel, tambi¨¦n ex baskonista. Los turcos del equipo, miran, estudian, aprenden.

Pero entre virtudes y defectos se fue construyendo un partido a tirones y a jirones, dominado por la igualdad. 25-27 gan¨® el Anadolu el primer cuarto, en un duelo casi particular de Shengelia y Osman. El segundo cuarto cambi¨® de espadachines. Los luchadores eran Bargnani y Brown, tan distintos en su juego y tan parecidos en sus victorias. Y de nuevo ventaja turca por dos puntos (49-51).

El problema para el Baskonia fueron las personales que cayeron sobre la espalda de Bargnani y Hanga demasiado pronto. La cuarta del italiano en el tercer cuarto lastr¨® al Baskonia, que firm¨® el tercer cuarto con cinco puntos de desventaja. Entonces Sito Alonso abri¨® el armario y surgi¨® la figura enorme de Voigtmann para levantar la moral de la tropa con apariciones espor¨¢dicas de Shengelia.

El Anadolu combinaba los papeles protagonistas: que si Brown, que si Cotton, que si Thomas... Todos combinando aciertos y errores hasta construir un final dram¨¢tico. Ventajas m¨ªnimas, segundos como d¨ªas enteros... Cotton igual¨® el partido (84-84) con una posesi¨®n para Baskonia zanjada con tiros libres para Shengelia: fall¨® el primero, anot¨® el segundo. Un punto arriba y cuatro segundos largos para el Anadolu, que se enred¨® en la jugada y Heurtel lanz¨® un mal tiro que dio la victoria al equipo baskonista. La agon¨ªa hab¨ªa merecido la pena.