Consuelo para Muguruza

Sali¨® el d¨ªa con neblina en Singapur y en consonancia amaneci¨® Garbi?e Muguruza, dormilona, de esas personas a las que les cuesta activar los biorritmos, pero que cuando lo hace tiene cuerda y recorrido para rato. Era un viernes remol¨®n, porque despu¨¦s de haber perdido los dos primeros partidos en esta Copa de Maestras, ya sin opci¨®n alguna, volver a saltar la pista para jugar un partido intrascendente cuesta a estas alturas, con la temporada consumida y el cuerpo y la mente al l¨ªmite.

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As¨ª que la historia en esta ¨²ltima cita para ella transcurri¨® acorde al d¨ªa, esto es, con la neblina al principio ¨Cset inicial en contra, sin claridad alguna¨C y la salida del sol despu¨¦s, meti¨¦ndose con fuerza entre los rascacielos y pidiendo espacio. Eso es lo que hizo Garbi?e, a la que le cost¨® situarse, pero que a la que lo hizo le dio un meneo (3-6, 6-0 y 6-1, en 1h 34m) a la veterana Kuznetsova (31 a?os), la ruda Sveta, que jugaba con el viento absolutamente a favor al saber que el billete para las semifinales ya estaba en su bolsillo, despu¨¦s de haber ganados sus dos primeros compromisos a pesar de la paliza que lleva encima.

Logr¨® Muguruza la victoria de la honrilla, algo de consuelo, un poquito ¨Cpuntos y la recompensa econ¨®mica¨C, porque haberse marchado de Singapur con el casillero en blanco le hubiera dejado un regusto demasiado amargo para un a?o que visto en perspectiva solo puede ser positivo, con un trofeo de Roland Garros ya en su estanter¨ªa. Venci¨® por un arrebato, por bemoles, porque la concesi¨®n del primer parcial le toc¨® la fibra y ten¨ªa que sacar adelante el partido como fuera. Y, en este sentido, tir¨® de su mejor p¨®cima: nada que perder ya, salvo el ego herido, luego con todo hacia adelante. De este modo zarande¨® a Kuznetsova, a la que dicho sea de paso tampoco le conven¨ªa meterse en ning¨²n l¨ªo porque era mucho m¨¢s recomendable guardar fuerzas de cara a las semifinales, en las que se medir¨¢ a Dominika Cibulkova.

La rusa se llev¨® el primer set, pero luego encaj¨® una tunda entendida en el debido contexto, es decir, en el escenario de que se dej¨® llevar y cuid¨® al m¨¢ximo sus reservas: serie de 10 juegos a uno. En realidad, era un pulso que no le interesaba demasiado a la una (eliminada) ni a la otra (clasificada y con rival fija), porque todo estaba decidido y en el fondo les result¨® casi hasta inc¨®modo. Lo estuvo Garbi?e hasta que se solt¨®,?sin presi¨®n ni ataduras, y todas esas vacilaciones que puedan merodear por su cabeza se quedaron a un lado.

Dispar¨® 31 ganadores y redujo a la de San Petersburgo en los dos siguientes parciales (23¡¯ y 41¡¯) para firmar una victoria en su despedida e irse con una sonrisa. Lo mejor, pensaron las dos, era que se resolviese r¨¢pido y cada una cogiera su camino. Muguruza rumbo a casa, pensando en reparar el tobillo izquierdo y de soslayo en la pretemporada, y Kuznetsova hacia el hotel, con el fin de no perder el tiempo y ponerse a punto para el duelo que la aguarda.