Homenaje sin balones para Aduriz
El delantero m¨¢s desaprovechado de Espa?a no recibe apenas pases en un partido que simboliza su extra?o historial
La historia est¨¢ repleta de figuras de talento modesto agigantadas por la epopeya artificial que las audiencias alientan en los grandes escenarios. Aritz Aduriz (San Sebasti¨¢n, 1981) representa el caso opuesto. Probablemente, en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas el f¨²tbol espa?ol no ha producido un delantero m¨¢s completo. El peregrinaje por clubes perif¨¦ricos, las decisiones erradas, alguna lesi¨®n inoportuna, y un car¨¢cter poco adecuado a las relaciones p¨²blicas y la autopromoci¨®n, le mantuvieron en los m¨¢rgenes del gran cat¨¢logo. En Wembley, a sus 35 a?os, jug¨® su d¨¦cimo partido con Espa?a. Fue casi un homenaje de retirada. Una fiesta sombr¨ªa, acorde con su trayectoria inextricable. Apenas le pasaron la pelota.
Hasta la ¨²ltima d¨¦cada, Wembley era un santuario dec¨® de mitificadas torres blancas en el coraz¨®n del condado de Middlesex. Hoy es un gigantesco complejo de oficinas de cristal, centros comerciales, pantallas publicitarias a lo Picadilly Circus, y espacios recreativos que emanan olor a patatas con vinagre. En el eje se levanta el descomunal estadio de Foster, que ayer se llen¨® con m¨¢s de 83,716 personas. El metro de la l¨ªnea Jubilee descarg¨® vagones por cientos y un batall¨®n de reventas cantaron tickets sin el menor reparo, ante la mirada imp¨¢vida de la polic¨ªa. El ambiente se ali?¨® con agua de lluvia y el seleccionador espa?ol, Julen Lopetegui, inscribi¨® a Aduriz en el equipo titular.
Ra¨²l dej¨® de ir convocado con la selecci¨®n cuando cumpli¨® 30 a?os. David Villa se exili¨® en Estados Unidos a los 32. Aduriz tiene 35. Es la edad a la que muchos jugadores se retiran, pero ¨¦l se mantiene fino y el¨¢stico. Si se trata, como se dice, de una explosi¨®n retardada, hay que conjeturar que durante casi toda su carrera se expres¨® por debajo de su nivel. ?l mismo lo dec¨ªa, all¨¢ por 2010: ¡°Soy un jugador tard¨ªo¡±. Durante a?os se justific¨® insistiendo en que pens¨® m¨¢s en jugar bien ¡ªy hacer jugar a los dem¨¢s¡ª antes que en meter goles.
La teor¨ªa de la explosi¨®n tard¨ªa la desmonta la historia del propio Aduriz. Las pruebas est¨¢n grabadas en v¨ªdeo. En los mentideros del f¨²tbol persiste el recuerdo de su aparici¨®n en el Valladolid en el oto?o de 2005, procedente rebotado del Bilbao Athletic y del Burgos. Padeci¨® lesiones durante media temporada pero cuando jug¨® hizo 14 goles. En el Valladolid, con 24 a?os, demostr¨® que val¨ªa para atacar los grandes espacios en velocidad, para moverse entre l¨ªneas como una anguila, para acudir al segundo palo, para dar el apoyo en corto, para el toque sutil y para el cabezazo. Michael Robinson insisti¨®: ¡°Si hubiera nacido en Inglaterra ser¨ªa internacional¡±.
Como goleador fue un fen¨®meno h¨ªbrido. En el apogeo de su energ¨ªa lo tuvo todo. Igual que Cavani, como Lewandowski, o como Eric Cantona. En su repertorio entraron todas las formas de desmarque, todas las lecturas posibles del juego, una coordinaci¨®n admirable, buenos pies, y buen juego a¨¦reo. Es un enigma que Soldado fuera titular en el Valencia en su lugar. Un misterio que persuadi¨® a Vicente del Bosque de que era mejor convocar a Diego Costa para el Mundial de Brasil. Tal vez un error hist¨®rico.
En Wembley no hubo ni extremos espa?oles que le centraran un bal¨®n, ni mediapuntas que le filtraran una asistencia. Solo recibi¨® una pelota de espaldas a Cahill y no tuvo m¨¢s remedio que jugarla hacia Mata para salvar la posesi¨®n.
Pasada la hora de partido, Lopetegui le sustituy¨® por Morata. Justo antes de que el partido comenzara a descontrolarse y que Iago Aspas iniciara la remontada bajando al mediocampo a dar un apoyo, sacar a Stones de su sitio, y regresar para meter un gol (2-1) que puede dar que pensar al seleccionador. Durante a?os, Espa?a desaprovech¨® el enorme talento de Aduriz y en Wembley la selecci¨®n sigui¨® sin conectar con ¨¦l. El tiempo no volver¨¢ para devolverle el rel¨¢mpago a sus m¨²sculos. Ahora el deber de los responsables federativos es cuidar a los buenos, no a los famosos.
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