Mr Messi
En el Camp Nou se puede asistir a un espect¨¢culo que va m¨¢s all¨¢ del c¨¦sped: tiene que ver con la relaci¨®n que se ha establecido entre el p¨²blico y Leo Messi. Es un v¨ªnculo que se resuelve de forma muy at¨¢vica, porque Messi est¨¢ al principio y al final de todo. El p¨²blico no le ha visto jugar, sino crecer, y si a cualquier barcelonista se le pregunta por los momentos m¨¢s alegres de su vida en los ¨²ltimos diez a?os, en muchos de ellos aparece Messi. Cuando en el descanso me perd¨ª por las tripas de Camp Nou, en ese estado de desconfianza que siempre debe de tener un madridista en territorio hostil, me encontr¨¦ a un viejo amigo, gallego emigrante, cul¨¦ perdido. Me dijo algo as¨ª como que a Leo Messi no le deb¨ªan los goles ni el f¨²tbol: a Messi le deb¨ªan la felicidad.
Aunque al final mi texto se fue por otro lado (si se escribe en 20 minutos uno no decide el tema), el s¨¢bado dediqu¨¦ mi visita a observar al se?or Messi y su estadio. Lo m¨¢s llamativo es la sobreprotecci¨®n. Messi juega con guardaespaldas. Si le llega un mal pase, hay reproches al que se lo env¨ªa. Si no se la pasan cuando se hace un hueco, el p¨²blico la toma con el ego¨ªsta. Cuando Messi la agarra, se levanta un ruido como el de monedas cayendo en una fuente. Si le empujan, si le patean, si le enciman, se produce una enorme pitada. Si el ¨¢rbitro deja algo sin se?alar, se le insulta. Messi es un perro, dijo Casciari en un texto soberbio para tratar de comprender qu¨¦ era Messi.
Hay otra cosa que se detecta en Messi cuando se le ve jugar en vivo: Neymar est¨¢ a dos galaxias de ¨¦l. Por muchas razones, no todas relacionadas con el f¨²tbol. Y un peque?o espect¨¢culo m¨¢s: la conducci¨®n. Messi la tiene tan pegada a la bota que sac¨¢rsela es un trabajo de locos. Sin bal¨®n, ¨¦l y Cristiano (se abrazaron cari?osos en mitad del partido porque era un d¨ªa muy importante para ellos: la rivalidad llegaba a Hacienda) se pasan el partido construyendo espacios. Cuando no tiene la pelota, Messi mira todo el rato a los rivales y se mueve seg¨²n lo que ellos hagan; cuando tiene la pelota mira siempre a sus compa?eros. Lo mejor de todo, para el espect¨¢culo y para su p¨²blico, es lo peor para el contrario: cuando tiene la pelota y no mira a nadie.
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