Prohibido sentir los colores
El despido de un juvenil por animar al m¨¢ximo rival, ejemplo de c¨®mo los clubes aplican a la base sanciones pensadas para las figuras
Cuando ten¨ªa 19 a?os y militaba en el Inter a las ¨®rdenes de Mourinho, Balotelli arm¨® un l¨ªo al ser cazado por una c¨¢mara de televisi¨®n mientras se enfundaba una camiseta del Milan, eterno rival de los neroazzurri. Mourinho lo apart¨® del equipo de manera fulminante, pese a que las inclinaciones futbol¨ªsticas de SuperMario no hab¨ªan sido nunca ning¨²n secreto. Menos aun si cabe, desde el d¨ªa que el jugador respondi¨® a una bronca de vestuario del entrenador portugu¨¦s entonando a pleno pulm¨®n el himno del Milan. La temporada pasada, el descubrimiento de unos comentarios que hab¨ªa escrito en Twitter alabando al Real Madrid le costaron a Sergi Guardiola la rescisi¨®n inmediata del contrato que acababa de firmar con el filial del Bar?a. A principios de esta campa?a, el Lleida Esportiu le dio la baja a Eric Zarate por haber publicado insultos racistas y ofensas contra Catalu?a.
Entre directivos y aficionados hay unanimidad respecto a que el compromiso de los jugadores con los colores que defienden debe abarcar m¨¢s all¨¢ de lo que puedan sudar la camiseta. No resulta extra?o que lo que un d¨ªa Cruyff bautiz¨® como el entorno se atreva a acusar de indolente a un deportista que no cante el himno o de desapegados a los que no besen el escudo. Los est¨¢ndares que rigen el f¨²tbol profesional se filtran hacia al aficionado. Rub¨¦n S¨¢nchez tiene 17 a?os y era futbolista de los juveniles del Reus hasta que el club lo expuls¨® por acudir a presenciar un derbi contra el N¨¤stic de Tarragonaluciendo la camiseta del archirrival reusense.
Fue durante la 15? jornada de la Liga 123 cuando, por vez primera en la historia, N¨¤stic y Reus se enfrentaban en partido de la divisi¨®n de plata. Gan¨® el Reus, ante su p¨²blico. En la grada, unos 200 aficionados se dejaron la voz animando al N¨¤stic. Entre esos estaba Rub¨¦n. El chico alega que es forofo grana desde peque?o y que nunca ocult¨® sus gustos. Ese d¨ªa ten¨ªa partido con el juvenil del Reus pero antes de concentrarse con sus compa?eros fue a ver el derbi. Acudi¨® con su novia y con unos amigos despu¨¦s de pagarse la entrada de su bolsillo.
Por la tarde, tras jugar apenas unos minutos con los juveniles reusenses, recibi¨® la noticia de que quedaba apartado del equipo por deslealtad al club. ¡°Mi hijo se equivoc¨® pero las formas del Reus no son la correctas¡±. Gen¨ªs S¨¢nchez, padre del jugador, lamenta que la entidad demostrara semejante contundencia con un miembro del f¨²tbol base. ¡°No olvidemos que estamos hablando de un chaval de 17 a?os¡±, dice.
Gin¨¦s asume que su hijo meti¨® la pata. ¡°Yo ya se lo advert¨ª pero a ver qui¨¦n es capaz de hacer razonar a un adolescente¡±, sostiene. Su malestar con el Reus no responde tanto al castigo como al m¨¦todo usado para comunicarle al jugador su expulsi¨®n: ¡°Lo pillaron cuando estaba solo a la salida del vestuario y se lo soltaron. Si para ficharlo me llamaron a m¨ª y nos reunieron en las oficinas, para darle la baja podr¨ªan haber hecho lo mismo¡±, opina. El club, tras la intervenci¨®n del m¨¢ximo accionista Joan Oliver, abri¨® de nuevo las puertas al jugador y asumi¨® que el despido fue precipitado. ¡°Demasiado tarde¡±, sentencia el padre de Rub¨¦n. El chaval ya est¨¢ jugando con la Canonja.
Noem¨ª Rubio militaba en el Espanyol cuando una foto colgada en Facebook donde se la ve¨ªa animando al Bar?a en la final de Copa de 2009 desencaden¨® la tormenta. ¡°Aquello fue muy bestia¡±, recuerda con pocas ganas. Noem¨ª, hincha del Bar?a desde peque?a pero que ¡°sal¨ªa a muerte¡± a defender la camiseta perica en cada partido, ¡°como antes hice con la del Sabadell¡±, recibi¨® amenazas de grupos radicales. Vivi¨® d¨ªas de angustia que prefiere no rememorar. Tras una reuni¨®n con el club, se decidi¨® que no jugara m¨¢s con el Espanyol. Al poco la fich¨® el Bar?a y, casualidad, el primer partido que disput¨® de blaugrana fue en feudo perico. No se recuerda semejante dispositivo de seguridad para un encuentro de la liga femenina.
Nuria Villagra es vicedecana en la Universidad Complutense y especialista en gesti¨®n de marca y procesos de comunicaci¨®n. Responde con prudencia alegando que ser¨ªa menester investigar el fondo de cada supuesto pero no disimula su sorpresa por el hecho que deportistas amateurs puedan recibir un trato que parece reservado a profesionales de ¨¦lite. ¡°Seguro que las altas personalidades del deporte s¨ª deben tener contratos donde queda fijado qu¨¦ pueden y qu¨¦ no pueden hacer¡±. Villagra razona que ¡°parte de sus salarios responde a su proyecci¨®n p¨²blica¡± y, en este sentido, las conductas que lleven a cabo pueden acarrear un perjuicio para la imagen de una entidad. La vicedecana indica que el deporte de alto nivel reproduce los patrones que se dan en el ¨¢mbito empresarial y en las grandes corporaciones. ¡°En una empresa todos los trabajadores son fundamentales pero si un alto cargo con mucha visibilidad tiene un comportamiento contrario a los ideales de la empresa, es distinto a que eso mismo lo haga un trabajador de base en el anonimato¡±.
¡°La reputaci¨®n de una compa?¨ªa tiene tanta importancia como el producto que venda¡±, cuenta. En este contexto, en los actos p¨²blicos los discursos neutros y homog¨¦neos de los cargos directivos abundan tanto como las corbatas de id¨¦ntico color corporativo. La imagen es clave para la marca. ¡°De los l¨ªderes se espera que tengan un comportamiento determinado, pero solo de los l¨ªderes¡±, esgrime.
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