Eibar y Alav¨¦s saldan con un empate su primera vez
El conjunto armero puso m¨¢s en el empe?o ante un rival que solo quiso no perder
Se dice que la primera vez, en muchas facetas de la vida, no suele ser la m¨¢s satisfactoria. Si acaso, la m¨¢s emocionante. Se les not¨® a Eibar y Alav¨¦s, que se encontraban por primera vez en su vida en Primera Divisi¨®n y se mostraban extra?os, nerviosos, a pesar de disfrutar de una comodidad en la clasificaci¨®n, a¨²n sin urgencias el Alav¨¦s, a¨²n sin sentir el mal del altura el Eibar. Como adolescentes en estos duelos de m¨¢ximo nivel, se fueron repartiendo el protagonismo. Salio impetuoso el Eibar y remilgado el Alav¨¦s. El Eibar sustituy¨® a Adri¨¢n por Rub¨¦n Pe?a cambiando la velocidad de este por la llegada de aquel. El Alav¨¦s volvi¨® a los tres centrales y prefiri¨® futbolistas de desgaste a jugadores resolutivos. Deyverson, Ibai G¨®mez, Edgar calentaban banquillo como si fueran confeti en un partido de pi?atas.
Tir¨® dos cohetes en 10 minutos el Eibar con Rub¨¦n Pe?a e Inui como improvisados artificieros. Volaron bajo. Durante 20 minutos, su fogosidad le llev¨® al ¨¢rea casi en estampida, mientras el Alav¨¦s resist¨ªa bajo su paraguas como si supiera que iba a llover y hab¨ªa que protegerse bajo el dintel de su portal. Solo cuando Manu Garc¨ªa recibi¨® un pase vertical, largu¨ªsimo, y encar¨® a Yoel que repeli¨® su disparo, los nervios cambiaron de lugar.
Apareci¨® en pinceladas Llorente, un par de gotas de Theo, demasiado subrogado a la presencia de Pedro Le¨®n, cohibido por el veneno que tiene en la botas el jugador murciano. Con eso ganaba en defensa y perd¨ªa en ataque. Todo un cap¨ªtulo de intenciones. Femen¨ªa, en el otro costado, pensaba lo mismo. Y todos pensaban lo mismo. El Alav¨¦s era un equipo precavido, satisfecho con haber producido un par de ocasiones y so?ando con recibir pocos sobresaltos.
El Eibar vivi¨® confundido y su confusi¨®n confundi¨® el partido, una sucesi¨®n de topetazos, p¨¦rdidas de bal¨®n y ninguneo de los centrocampistas, de tal forma que la ¨²nica estad¨ªstica que crec¨ªa era la de los errores convirtiendo los aciertos en fuegos artificiales. El Eibar rescat¨® el partido en la segunda mitad, cuando el Alav¨¦s so?aba con el placer del empate. Pero a¨²n as¨ª solo consigui¨® una ocasi¨®n de gol cuando Pedro Le¨®n envi¨® un disparo al larguero.
ubi¨® la intensidad el Eibar, gan¨® con la entrada (muy tard¨ªa) de Capa y de Adri¨¢n, se adue?o del encuentro, pero no supo que hacer con ¨¦l. El Alav¨¦s, a¨²n con la llegada de Deyverson, Edgar o Ibai G¨®mez sigui¨® pareciendo un ahorrador asustado, de los que guardan sus bienes bajo el colch¨®n. Y por m¨¢s que corrieron y corriendo, encendieron y apagaron luces, y alternaron la m¨²sica de baile, entendieron que la primera vez no es siempre la m¨¢s placentera y consiguieron un empate que a nadie satisfizo pero no dej¨® a nadie insatisfecho. ?Qui¨¦n puso m¨¢s? Eso es lo de menos.
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