El derbi de Messi
El argentino firma una actuaci¨®n extraordinaria ante un disminuido Espanyol. Iniesta dirigi¨® al equipo azulgrana y Luis Su¨¢rez ratific¨® su buen momento con dos goles mientras los blanquiazules perdieron por lesi¨®n a Diego L¨®pez
Al Espanyol le pierde la ambici¨®n cuando desaf¨ªa al Bar?a. Hab¨ªa anunciado un derbi en el Camp Nou y result¨® ser un partido sin tensi¨®n ni ri?a, gobernado por un futbolista angelical, el ¨²nico que seguramente se lleva bien con los dos equipos, el manchego Iniesta, y firmado por un hombre de paz de nombre Leo Messi. No hubo m¨¢s equipo que el Barcelona, que complet¨® un encuentro estupendo, serio e irreprochable futbol¨ªsticamente, muy por encima del desnortado Espanyol. Los blanquiazules lucieron m¨¢s en el palco por la presencia de Mara?¨®n y Tamudo, anunciados como presagio de la victoria, que en la cancha, abatidos despu¨¦s de nueve jornadas invictos en la Liga. Las ¨²ltimas gestas del Espanyol se dieron por sorpresa, desde la humildad y la precariedad, o si se quiere desde la adversidad, dif¨ªcilmente desde la bonanza, por m¨¢s que ahora tengan un buen entrenador como Quique S¨¢nchez Flores.
Individual y colectivamente, la actuaci¨®n del Bar?a fue rotunda, rematada por un delicioso Messi. El virtuosismo del 10 complet¨® la excelente actuaci¨®n coral de un equipo comandado por Iniesta. Los azulgrana empezaron ganando a la carrera y acabaron goleando en ataque est¨¢tico, prueba de su madurez, recursos y buen momento, muy superiores a un contrario cuya excitaci¨®n se acab¨® con la ch¨¢chara y empez¨® a correr el cuero por el Camp Nou.
Luis Enrique afil¨® la alineaci¨®n con Denis Su¨¢rez, un volante m¨¢s sutil y ofensivo que Andr¨¦ Gomes y, por el contrario, sin el despliegue f¨ªsico de Rakitic. Aspiraba a que su equipo fuera muy fino y jugara r¨¢pido, dos virtudes capitales para enfrentar a un rival muy solido y bien armado, muy buen contragolpeador, temido en sus salidas de Cornell¨¤. Ayer no se intimid¨® precisamente en su visita al Camp Nou. Apret¨® muy arriba nada m¨¢s salir al estadio y el partido se jug¨® sorprendentemente en cancha del Bar?a.
El atrevimiento blanquiazul habilit¨® las transiciones azulgrana, uno de sus mejores recursos desde que Luis Enrique junt¨® a Neymar, Su¨¢rez y Messi. El argentino perdon¨® un gol que le dio hecho el brasile?o despu¨¦s de una carrera del uruguayo y poco m¨¢s tarde Su¨¢rez culmin¨® un pase profundo magistral de Iniesta (1-0). Una jugada de tres toques ¡ªel robo de Mascherano, el control y asistencia del manchego y la salida y el tiro del 9¡ª expres¨® la comodidad con la que se disparaba el Bar?a a campo abierto y la dificultad del Espanyol para atacar y para defender las contras de los muchachos de Luis Enrique.
La lesi¨®n de Diego L¨®pez
Las faltas t¨¢cticas de los blanquiazules se suced¨ªan tanto como las llegadas de los barcelonistas, que perdonaron el segundo en una carrera mal resuelta nuevamente por Messi cuando David L¨®pez yac¨ªa en el ¨¢rea azulgrana despu¨¦s de un bloqueo y un manotazo de Busquets. Tocaba en corto y en largo Iniesta, indetectable para un Espanyol solidario y fiable con la defensa parada y vulnerable cuando se estiraba, y propiciaba la presi¨®n, la recuperaci¨®n y la verticalidad del Barcelona. A los azulgrana les bast¨® con Mascherano, oportuno en la anticipaci¨®n, para reducir al Espanyol.
El encuentro empeor¨® todav¨ªa m¨¢s para el Espanyol cuando se lesion¨® Diego L¨®pez. El portero tap¨® un remate de Luis Su¨¢rez, habilitado por Messi, y su rodilla derecha sali¨® malparada en su choque con el 9 del Bar?a. Ya disminuidos por las lesiones de Leo Baptistao, V¨ªctor S¨¢nchez y Hern¨¢n P¨¦rez, los espa?olistas se entregaron a un sufrido ejercicio futbol¨ªstico, personificado en la d¨¦bil marca de Javi L¨®pez a Neymar, mejor en el desequilibrio que en el disparo, negado tambi¨¦n ante el suplente Roberto.
Quiz¨¢ no fue casualidad que la retirada de Diego L¨®pez coincidiera con la irrupci¨®n de Messi. El derbi, al fin y al cabo, se hab¨ªa anunciado como un litigio entre el portero del Espanyol y el 10 del Bar?a. Y Messi se marc¨® una actuaci¨®n sublime que redonde¨® con la r¨²brica del 4-1. La jugada del 2-0 fue primorosa por la tenacidad y habilidad de Iniesta y despu¨¦s por el cat¨¢logo de regates, sotanas y fintas de Messi, que se fue de uno, de dos, de tres y de cuatro rivales para sentar a tres m¨¢s y puntear al cuerpo de Roberto.?El estadio se qued¨® mudo, asombrado por una jugada may¨²scula sintetizada en un espacio y tiempo min¨²sculos, como si fuera un resumen del gol maradoniano que le meti¨® en su d¨ªa al Getafe. La acci¨®n ped¨ªa gol y el rechazo del meta lo recogi¨® Luis Su¨¢rez. Igualmente incontenible se vio a Messi en una irrupci¨®n por el costado que culmin¨® Jordi Alba. Y, finalmente, el argentino se apoy¨® en Luis Su¨¢rez para poner el 4-1 antes de que la pelota botara en el suelo y pudiera reaccionar el sorprendido Roberto.
Al Espanyol, que se conform¨® con marcar el gol del honor, le qued¨® el consuelo de remitirse a Messi para justificar su actuaci¨®n en el Camp Nou. Nunca fue rival para una de las mejores versiones del Barcelona. Los azulgrana recuperaron la gracia que le otorgan futbolistas ¨²nicos como Iniesta y Messi y la voracidad que le dan Luis Su¨¢rez y Neymar, y cont¨® una goleada, f¨¢cil y sencilla, cuando se presum¨ªa un partido dif¨ªcil y complicado por la marcha del Espanyol. No hubo derbi sino una exhibici¨®n del Barcelona de Messi y de Iniesta.
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