El Bar?a amplia la ruta hacia el gol

Aunque su discurso siempre ha sido el mismo, pues Luis Enrique evoca con persistencia la palabra mejorar tanto en las duras como en las maduras, desde que comenzara este curso es un imperativo porque alterna actuaciones imponentes con otras an¨®nimas ¡ªpas¨®, por ejemplo, de jugar la mejor media parte de su ¨¦poca contra el City a ¡°caer en barrena¡± en la vuelta¡ª, por m¨¢s que el equipo est¨¦ en los octavos de la Champions y la Copa, tambi¨¦n segundo en la Liga a tres puntos de un Madrid que cuenta con un partido menos por el Mundial del Clubes. Pero la falta de juego no significa que el Bar?a no descosa a las defensas rivales, toda vez que con la tripleta de atacantes (Messi, Luis Su¨¢rez y Neymar), marca por norma.

Tener a tres delanteros planetarios en el equipo fue un reto que quiso aceptar Luis Enrique, consciente de que el problema ser¨ªa pedirles que trabajaran en la fase defensiva o que bajaran con el lateral de trazas largas de turno. Decidi¨® el t¨¦cnico recuperar la presi¨®n adelantada perdida en tiempos de Vilanova y desatendida con Martino, para jugar con el equipo junto y convertir en fortaleza lo que pod¨ªa ser una debilidad. No siempre ocurre que Messi corra hacia atr¨¢s o que Neymar persiga al carrilero, pero tampoco importa tanto si Luis Enrique atiende a ese principio cruyffista de que para ganar tan solo hay que meter un gol m¨¢s que el contrario. Y ante el marco rival, no perdonan, hasta el punto de que el Bar?a ha firmado el mejor registro goleador desde 1959, cuando el equipo de Kubala, Evaristo, Czibor y el otro Luis Su¨¢rez se qued¨® en 3,19 tantos por encuentro [segunda mejor marca azulgrana en la historia, despu¨¦s de 1943, cuando C¨¦sar y Mariano impulsaron a su equipo a firmar 3,55 redes por duelo]. En este a?o de 2016, el Bar?a ha festejado 174 dianas en 59 choques (sale a una media de 2,95 goles por partido). Y si solo se toma la mitad de este curso, la media se queda en 2,74, que viene a ser la misma que en 2012 (2,77) cuando empez¨® Guardiola y culmin¨® Tito.

¡°Jugamos para los de arriba porque se lo han ganado¡±, cuenta Rakitic. ¡°No nos va mal as¨ª, ?no?¡±, se cuestiona Piqu¨¦; ¡°son tan buenos que tenemos que sacarles lo mejor¡±. Aunque eso suponga en ocasiones un duelo m¨¢s abierto que de costumbre. ¡°Con los tres aviones que tenemos delante es m¨¢s normal que salgamos bien parados en los intercambios de golpes¡±, apunta Rafinha. Y Luis Enrique, pragm¨¢tico como pocos, a?ade: ¡°Me da igual el estilo y ya estoy cansado porque he defendido la idea de f¨²tbol que queremos, que no es otra que la del Bar?a. Yo me he criado aqu¨ª como entrenador¡±.

La mitad de goles, en est¨¢tico

Las criticas al t¨¦cnico, dado que el Camp Nou siempre tuvo un paladar fino para la est¨¦tica del f¨²tbol, versan sobre la falta de toque y la tenacidad de la contra. Aunque es obvio que se ha perdido posesi¨®n si se compara con el equipo de Guardiola o Vilanova, el Bar?a sigue siendo un conjunto de recursos porque Luis Enrique siempre dijo que se trataba de ser impredecibles. As¨ª, de los 74 goles que han celebrado en esta temporada, 39 han sido con un ataque est¨¢tico (53% del total), 19 al contragolpe (25%) y 16 a bal¨®n parado (22%), de los que dos fueron de falta directa y una indirecta, adem¨¢s de cinco penaltis y ocho saques de esquina.

De los tantos, adem¨¢s, hay una cosa clara: los puntas no se adornan en la definici¨®n. Axioma que corroboran los n¨²meros porque 50 dianas han sido al primer toque y 14 exigieron un control previo. Y en muy pocas ocasiones se requiri¨® algo m¨¢s elaborado, con cuatro goles de tres toques; tres tantos de cuatro toques; otros dos de cinco; y uno ¨²nico, el del baile de Messi ante Osasuna, se fragu¨® con ocho toques. La necesidad de tirar r¨¢pido, tambi¨¦n se expresa en la zona del gol. O, lo que es lo mismo, el Bar?a ha marcado 20 tantos desde el ¨¢rea chica (27% del total), 45 dentro del ¨¢rea grande (61%) y solo nueve desde fuera de la terraza del portero (12%).

Con todo por decidir, dice Luis Enrique el Bar?a debe mejorar. Pero dif¨ªcilmente ser¨¢ en la cantidad de goles a marcar.