De Madrid a Las Vegas, la carrera del millón de dólares
Una 'startup' espa?ola desarrolla el software de la mayor carrera de coches 'online' en la que compiten pilotos profesionales y virtuales
Como si de una película de ciencia ficción se tratara, un hotel de Las Vegas, el Mandalay Bay, ha servido de escenario para la celebración de una carrera de coches virtual en la que compitieron los 20 profesionales de la Fórmula E, la mayor competición de monoplazas con motor eléctrico, contra los 10 mejores simracers del último a?o, o lo que es lo mismo, corredores que ruedan online, no por el asfalto.
La prueba, Las Vegas eRace, organizada por la Fórmula E, un holding presidido por el empresario Alejandro Agag, hace tiempo que estaba en la cabeza de Luis Pachón, fundador de Cloud Sport, una startup madrile?a que se ha encargado de dise?ar en exclusiva todo el software y un circuito virtual que concuerda con los espacios reales más emblemáticos de Las Vegas, la ciudad de los casinos y los hoteles; también ha dise?ado los coches en su totalidad: 30 monoplazas (virtuales) idénticos —los pilotos compiten en unos asientos, con volante y pantalla— con las mismas especificaciones técnicas y la misma puesta a punto.
La llaman la carrera del millón de dólares, que es el botín que se han repartido los competidores: 200.000 euros para el ganador, Bono Huis; 100.000 para el segundo, Felix Rosenqvist, el primer piloto profesional de carreras de coches reales en la clasificación (había más, como los ex de la F1 Nelsinho Piquet, Nick Heidfeld o Sebastian Buemi); o 50.000 para el tercero: Olli Pahkala, inicialmente primer clasificado de la cita, no exenta de polémica, que además se inició con retraso.
Ocurrió que Pahkala se extralimitó con el sistema de bonificación: a los pilotos más votados por la audiencia se les proporciona un extra de potencia para la carrera, pero está limitado a cinco segundos. En su caso la potencia de más —le permitió escalar a la primera posición— no finalizó tras esos cinco segundos. Y fue penalizado al terminar la prueba. A Olli lo sancionaron comisarios reales, que en este caso provenían de la FE. Benoit Dupont era ayer el director de la carrera (y el director deportivo en la Fórmula E) y aunque probablemente no estaba preparado para que ocurriera lo que pasó, sí lo estaba para sancionar como en una competición real: un choque entre pilotos, por ejemplo, está penalizado con 20 segundos; no dejar espacio en un adelantamiento, con cinco; lo mismo si pisas la línea blanca a la salida o entrada de boxes.
En las carreras virtuales los pilotos no sienten los efectos de las fuerzas G en las frenadas, no se dejan llevar por las inercias en la aceleración, pero sí lo notan sus coches. La programación del software es muy sensible y los monoplazas tienen un comportamiento muy parecido a los de las carreras de verdad: se ponen a tres ruedas, se desgastan los neumáticos, y hay que entrar a boxes para recargarlos (si se quedan sin energía en el caso de los coches eléctricos) o para poner combustible. Además, hay accidentes y el comportamiento del vehículo si pierde, por ejemplo, el alerón delantero en el choque es distinto.
Pachón, especialista en telecomunicaciones, procede del motor real: “Somos expertos en cronometraje y gráficos de televisión y nos interesaba interrelacionar los dos mundos; desarrollar el software para regular la competición online”, explica. Desde la fundación de Cloud Sport ha tardado solo un a?o en montar de cero una carrera sin igual como la que se ha disputado en Las Vegas.
“Es la constatación de que los pilotos de carreras virtuales son deportistas con la misma capacidad que un corredor de primer nivel”, apunta sobre la competición en la que unos y otros se han puesto a prueba. De hecho, a?ade, “ya ha ocurrido que el piloto que ganó la Seat León online luego participó, como premio, en la carrera de resistencia de Alca?iz (Kristian Kwietniewski, junto a Gené y Crivillé) y también ganó”. En un mundo en el que cuesta tanto dinero llegar a la cima, las carreras de simulación son el futuro para la formación de los deportistas. “Son un aprendizaje y una ayuda para dar el salto a la competición real”, cierra.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás a?adir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.