El Valencia es un volc¨¢n

¡°El Valencia necesita un l¨ªder¡±, dice Anil Murthy. ¡°Y, mientras tanto, Peter me ha dicho que me haga cargo¡±.

Peter es Peter Lim, el propietario singapurense de origen chino que dirige al Valencia CF desde las ant¨ªpodas v¨ªa m¨®vil. Murthy es el hombre que coge el tel¨¦fono. En su piso de la calle Col¨®n, o en el palco de Mestalla, este hombre tranquilo escucha y aplica con la legitimidad que le confiere su cargo de consejero ejecutivo. A sus 43 a?os est¨¢ descubriendo un mundo nuevo. Porque para ¨¦l, ingeniero el¨¦ctrico titulado y diplom¨¢tico de oficio, el mundo del f¨²tbol es un enigma que se revela a diario. Ha tardado un par de meses en entender y hacerse entender en castellano con los futbolistas, conocer los entresijos de la ciudad y ganarse amigos y enemigos por igual en el club m¨¢s agitado de Espa?a.

¡°Cometimos dos errores¡±, dice Murthy, remont¨¢ndose a la adquisici¨®n de la entidad por parte de Lim, en 2014; ¡°confundimos al Valencia con una empresa convencional y no pusimos el ¨¦nfasis en el aspecto puramente deportivo¡±. Murthy reconoce que ha descubierto que el f¨²tbol es un negocio ¡°b¨¢sico¡±. Al final, dice, ¡°todo se resume en gestionar las ambiciones de un grupo de gente muy joven, que son los jugadores. Si ellos se encuentran seguros y felices, todo funcionar¨¢ mejor. Nuestro problema es que Cesare Prandelli atac¨® a la plantilla. Esto gener¨® una gran inseguridad. Ahora, para salvarnos, debemos recuperar la moral de los futbolistas¡±.

A un cent¨ªmetro de quedar eliminado en la Copa y a un puesto del descenso a Segunda en la Liga, el Valencia ofrece un panorama ins¨®lito desde que el entrenador, Cesare Prandelli, y el director deportivo, Jes¨²s Garc¨ªa Pitarch, presentaran sendas dimisiones incondicionales denunciando caos, deshonestidad y falta de escr¨²pulos en la gesti¨®n. La afici¨®n duda entre el mot¨ªn y la desafecci¨®n. Mestalla es un volc¨¢n pero Murthy se explica con serenidad.

El consejero sostiene que, metidos como est¨¢n en el v¨¦rtigo del remolino ya no es urgente ni fichar a otro director deportivo ¡ªel tercero de la era Lim¡ª ni contratar otro entrenador ¡ªser¨ªa el quinto de la serie¡ª. Hay cosas m¨¢s apremiantes. El equipo afronta esta noche la vuelta de la Copa ante el Celta (19:00, beIN LaLiga Bala¨ªdos) sin centrales: Abdenour est¨¢ en la Copa de ?frica, Garay y Santos est¨¢n lesionados, y Mangala, sancionado. Salvador Gonz¨¢lez, Voro, el delegado, se har¨¢ cargo del banquillo hasta el final de temporada. ¡°Queremos que siga¡±, dice Murthy. ¡°Fichar a un t¨¦cnico ahora supondr¨ªa riesgos que preferimos no correr¡±.

¡°No ha acertado¡±

Mario Kempes, figura m¨ªtica del valencianismo, hace un diagn¨®stico doloroso: ¡°?Ni a mi peor enemigo le deseo la situaci¨®n del Valencia! Es muy dif¨ªcil hacer un equipo y poner a tus amigos porque no les puedes reprochar nada. Peter Lim hizo estudios econ¨®micos pero no ha acertado con la gente. Su plan de negocio fue traer jugadores j¨®venes para foguearlos y venderlos, pero le sali¨® el tiro por la culata. Contrataron futbolistas que no sab¨ªan ad¨®nde ven¨ªan, chicos que nunca se hab¨ªan encontrado en una situaci¨®n de crisis y que se devaluaron porque la camiseta del Valencia es muy pesada. A los que no se devaluaron, como Alc¨¢cer y Andr¨¦ Gomes, los vendieron pero fue peor porque dejaron hu¨¦rfanos a los que se quedaron. ?A Paco Alc¨¢cer lo obligaron a decir que se quer¨ªa ir para que el p¨²blico no se echara encima de los directivos!¡±.

Murthy argumenta que una vez fuera de la Champions, y sin los ingresos que asegura el torneo, en el verano pasado Lim decidi¨® vender jugadores. El desfase entre altas y bajas destil¨® en casi 80 millones a favor de la caja de Meriton, la empresa propietaria de las acciones. ¡°Meriton es 100% propiedad de Lim¡±, dice Murthy, ante la insinuaci¨®n de que Jorge Mendes, el agente amigo del due?o, pueda tener parte del capital de la compa?¨ªa. El consejero asegura que la plantilla es la cuarta m¨¢s cara de Espa?a con 150 millones de euros de gastos por temporada. Advierte que es preciso recortar gastos con m¨¢s ventas.

Murthy, como la presidenta Layhoon Chan, goza del respeto de la mayor¨ªa de los empleados. Pero todos saben que ellos no mandan sin que antes mande Lim. Y Lim, ¨²nico l¨ªder reconocible de este Valencia en busca de referencias s¨®lidas, sigue siendo un lejano misterio.