El acento gallego
El Celta se present¨® en el Bernab¨¦u con alma docente
![Los jugadores del Celta celebran el segundo gol ante el Real Madrid.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/TMNXYFDJBHC5AFYPQJX7RY6AP4.jpg?auth=dbab3418b38539ea438a2e2409454393249ae051fcf12ac59cfc9a0b85182aa7&width=414)
Adem¨¢s de que nos pregunten si llevamos encima algo de coca¨ªna, lo que m¨¢s suele molestar a los gallegos que visitamos la capital es la machacona referencia a nuestro acento, como si por alguna extra?a raz¨®n resultase sorprendente que un paisano de Galicia se expresase con una entonaci¨®n propia de su tierra y no la de Escocia, Noruega o Jap¨®n. Por no polemizar, solemos responder levantando un poco los hombros en se?al de aparente conformidad pero, en silencio, acostumbramos a preguntarnos a qu¨¦ acento se refiere esa buena gente.
Con alma docente se present¨® ayer el Celta en el Bernab¨¦u, alineando a tres chavales de la cantera que simbolizan nuestra amplia oferta de entonaciones, tres ejemplos pr¨¢cticos de las diferentes variantes musicales con que acostumbramos a decorar otros idiomas. Acept¨® la propuesta el Madrid que aline¨® a otros dos: Lucas V¨¢zquez, ese bendito irmandi?o al servicio de la nobleza castellana, y Marcelo. El brasile?o es tan gallego como el que m¨¢s pero ¨¦l no lo sabe, muy digna su mui?eira en el primer gol aunque le faltase punta y le sobrara tac¨®n.
Iago Aspas es natural de Moa?a, un peque?o municipio ba?ado por la R¨ªa de Vigo cuyos habitantes conjugan en su deje el carnaval y la revuelta, la calma y la tormenta. Juega igual que se expresa, con esa bondad asesina que suele atragantarse a las defensas y espantar a los porteros. Ayer parec¨ªa desconectado mientras Casilla y los centrales se preguntaban si iba o ven¨ªa, si sub¨ªa o bajaba. Fue entonces cuando el portero sinti¨® la piedra zumbando sobre su cabeza y descubri¨® la pelota alojada en la red, que es as¨ª como se las gastan en la pen¨ªnsula de O Morrazo, lo mismo para asaltar catedrales del f¨²tbol que para desalojar a un alcalde.
La porter¨ªa celti?a la defendi¨® un vikingo, un moderno Ragnar Lodbruck con acento de la R¨ªa de Arousa y nombre de se?orito andaluz. Como todos en Catoira, Sergio ?lvarez habla con aire reposado, de coloso reci¨¦n levantado, y son gente acostumbrada a los desembarcos, de ah¨ª que no se dejen impresionar f¨¢cilmente por la artiller¨ªa rival y mucho menos por la comprada en Portugal, al peso. Adem¨¢s, como buen vikingo, tiene Sergio de su parte a los verdaderos dioses y ayer le toc¨® a Thor truncar un gol cantado de Benzema, enviando la pelota al segundo anfiteatro del Valhalla con un ligero soplido de su martillo.
Desde Agust¨ªn, en los ochenta, ning¨²n otro futbolista nacido en Mar¨ªn hab¨ªa celebrado victorias en la casa blanca. Hugo Mallo, como todos los criados en esa coqueta villa de la R¨ªa de Pontevedra, tiene acento de gaita bien afinada, con su chill¨®n, su punteiro y su ronqueta. La suya es una m¨²sica compleja que termin¨® por desesperar a cuantos rivales se acercaron por su banda, incapaces todos ellos de comprender por qu¨¦, en su cabeza, no dejaba de repetirse una voz de ultratumba que dec¨ªa ¡°xente de Mar¨ªn, tropa do carallo¡±.
Lo cierto es que quiz¨¢s no sucediese as¨ª, al menos no exactamente. Confieso que no pude ver el partido pero me gusta imaginar a tan distintas voces de mi tierra resonando, otra vez, en las paredes del Bernab¨¦u: algo que no suced¨ªa desde que el acento gallego en el Celta lo pon¨ªan Karpin y Mostovoi, aunque a ustedes les pareciera ruso.
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