El Bar?a se pierde en Atenas

El Barcelona certific¨® su incapacidad para alcanzar la consistencia y continuidad que demanda una victoria lejos del Palau Blaugrana en una competici¨®n como la Euroliga. Atenas se convirti¨® en otra parada del v¨ªa crucis del equipo azulgrana, que acumula ya 11 derrotas, siete seguidas en sus desplazamientos.

Al recital de Bourousis, a los triples de Singleton y Rivers, se a?adieron los regalos de un Barcelona muy discontinuo y err¨¢tico. Lleg¨® a perder 21 balones, y eso es casi medio partido. El otro medio se le fue por una sucesi¨®n de fallos concretos, f¨¢cilmente detectables. Rice y Tomic no estuvieron a la altura de los acontecimientos, desenchufados, muy superados por Calathes y Bourousis. Doellman empez¨® muy bien y acab¨® diluy¨¦ndose, como Navarro. Y Renfroe y Perperoglou, que reparec¨ªa, pasaron por el partido de puntillas.

La producci¨®n ofensiva azulgrana volvi¨® a ser p¨¦sima, en consonancia con la timidez de casi todos sus hombres. Les cuesta mirar el aro, vacilan, acaban equivoc¨¢ndose en los pases. Nada es gratuito. La escasez de los movimientos sin bal¨®n de muchos de ellos, condenan a menudo a quien lo conduce. Renfroe, Ryce, Navarro, quien sea quien lo maneje, acaban a menudo condenados a perderlo o a cederlo en muy malas condiciones.

El Panathinaikos, sin hacer nada del otro mundo, incluso perdiendo la batalla por el rebote (30-37), a pesar de su desastroso balance desde la l¨ªnea de tiros libres (8 de 15) y de la mala forma de su reciente fichaje, el italiano Gentile, llev¨® siempre la iniciativa, domin¨® todo el tiempo, por momentos con autoridad (39-39 y 63-56). Y lo consigui¨® superando tambi¨¦n sus bajones, cuando el Barcelona se adelant¨® durante un instante (22-25 en el segundo cuarto) o se situ¨® a un punto (57-56).

La deficiente defensa del Barcelona empez¨® en la l¨ªnea exterior, desde donde el Panathinaikos clav¨® 11 triples, y termin¨® bajo el aro, donde Tomic, Faverani y Doellman fueron cediendo ante un Bourousis espl¨¦ndido, con 14 puntos y 11 rebotes. El Barcelona evidenci¨® una vulnerabilidad tan di¨¢fana y tan repetida que cada vez se adivina m¨¢s dif¨ªcil que pueda meterse entre los ocho primeros.