¡°No estamos aqu¨ª por bonitas¡±
Por primera vez en un Mundial de balonmano masculino, dos mujeres ofician de ¨¢rbitras. Son las gemelas Bonaventura
En medio de la pista de Bercy, azotada por un vendaval de carreras desenfrenadas entre tipos altos y pesados que se disputan a vida o a muerte una pelota llena de pegamento, Julie y Charlotte Bonaventura lucen menudas mientras corren de un lado a otro de la pista. Piden la palabra a golpe de un pitido estridente. Son las dos ¨¢rbitras de este Rusia-Eslovenia en octavos de final del Mundial de balonmano que se est¨¢ celebrando en Francia. Las primeras mujeres del planeta que ofician en una competici¨®n masculina internacional de este deporte.
Juntas, Charlotte y Julie llevan diez a?os desempe?ando el papel de jueces en una pista de balonmano en Francia, tanto en la liga femenina como en la masculina. Una vocaci¨®n que surgi¨® precisamente por su condici¨®n de hermanas durante un torneo que disputaron en un instituto de la regi¨®n de Marsella, donde se criaron. ¡°?ramos tres equipos. El que no jugaba ten¨ªa que proponer dos jueces para los otros dos. Como ¨¦ramos gemelas, todas nuestras amigas nos designaron. Nosotras no quer¨ªamos al principio, pero poco a poco nos ha ido gustando. Ahora estamos muy agradecidas a nuestras excompa?eras¡±, recuerda entre risas Julie.
Adem¨¢s del Rusia-Eslovenia, las gemelas ya ejercieron su papel de ¨¢rbitras en otros tres partidos del torneo. ¡°Les ha tocado romper el hielo. Ha venido bien para refrescar la disciplina. Est¨¢n haciendo un buen Mundial¡±, observa su hom¨®logo Oscar Raluy, que forma junto con ?ngel Sabroso la ¨²nica pareja de ¨¢rbitros espa?oles del torneo. ¡°Que sean mujeres no cambia absolutamente nada. Son valoradas como el resto. Lo importante es que tomen decisiones acertadas en la pista. Cuando se arbitra bien, los jugadores, los entrenadores y el p¨²blico se olvidan de qui¨¦n est¨¢ arbitrando¡±, prosigue el Raluy.
Charlotte y Julie abundan en el discurso. Aseguran estar aceptadas por sus pares y reivindican el nivel deportivo como ¨²nico criterio de selecci¨®n en la pista. Asumen ser pioneras de la disciplina. ¡°El orgullo que tenemos es completar buenos partidos, no oficiar en partidos internacionales para hombres aunque sea un paso importante en nuestra carrera¡±, asegura con pragmatismo Charlotte. De las 16 parejas de ¨¢rbitros en este Mundial, son las ¨²nicas mujeres. ¡°No somos ni portavoces ni modelos. No pretendemos serlo. Pensamos en nuestra carrera y en nuestra suerte de vivir nuestra pasi¨®n por el balonmano¡±, afirma Julie.
Como la mayor¨ªa de sus hom¨®logos masculinos, Charlotte y Julie tuvieron que tomar vacaciones para arbitrar en este Mundial. Charlotte trabaja en una caja de pensiones y Julie en el sector inform¨¢tico, desarrollando p¨¢ginas webs. A pesar de la creciente cantidad de ingresos que genera el balonmano a nivel mundial, la disciplina necesita profesionalizarse todav¨ªa m¨¢s. ¡°Es verdad que el arbitraje va un poco atrasado en este aspecto, pero creemos que ese tiempo llegar¨¢ a corto o largo plazo¡±, dicen con buenas esperanzas.
En la pista de Bercy, ser gemelas les ayuda en sus decisiones t¨¦cnicas. Se nota. Coinciden en todas de ellas. Cartulina para uno, expulsiones de dos minutos para otro, uso del videoarbitraje cuando hace falta. ¡°Nos entendemos con los ojos cerrados¡±, conf¨ªan. Charlotte y Julie desprenden discreci¨®n, coherencia y eficacia en el rect¨¢ngulo parisino. ¡°Los chicos esprintan a una velocidad muy r¨¢pida, eso s¨ª¡±, subraya Charlotte. ¡°El hecho de ser mujeres nos ayuda tambi¨¦n para gestionar los conflictos. Cuando nos las piden, procuramos explicarles nuestras decisiones. Una vez, un jugador nos dijo que le gustaba nuestra manera de arbitrar porque ¨¦ramos m¨¢s psic¨®logos y m¨¢s pedagogos que nuestras hom¨®logos masculinos¡±, apunta Julie. ¡°No estamos aqu¨ª por bonitas, sino por facilitar la expresi¨®n personal de los jugadores en la pista. Nos gusta nuestro deporte y lo que prima al final es el buen juego¡±. Palabras de ¨¢rbitras.
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