Marcos Llorente, el gobernador del Alav¨¦s
El medio centro cedido por el Real Madrid se ha convertido en el mejor recuperador de la Liga
Si Marcos Llorente no hubiera sido deportista, con los antecedentes, de abuelo (Grosso), t¨ªo-abuelo (Gento), padre (Paco Llorente), t¨ªos (Julio Llorente, Joe y To?¨ªn) y primos (Juan y Sergio), entre el f¨²tbol y el baloncesto, habr¨ªa que pensar en un accidente gen¨¦tico solo explicable por hartazgo familiar. Una malformaci¨®n geneal¨®gica de haber sido bioqu¨ªmico, ingeniero aeron¨¢utico o pintor (que, por otra parte, el f¨²tbol no lo impide). Marcos, sin embargo, es otra rama de ese ¨¢rbol frondoso con ra¨ªces en Valladolid, Madrid, Cantabria, ahora plantado en el Alav¨¦s, pero cedido por el Real Madrid esta temporada.
Marcos Llorente es el p¨¦ndulo del equipo albiazul que ma?ana disputa (21.00, GOL) la semifinal de Copa contra el Celta en Mendizorroza (0-0 en la ida), una oportunidad hist¨®rica para el club y para un jugador de 22 a?os que pr¨¢cticamente se estrena esta temporada en Primera Divisi¨®n (jug¨® en 2014 15 minutos con el equipo blanco frente al Levante) tras haberse criado en la cantera del Real Madrid. Su segunda presencia en el primer equipo fue de mal recuerdo: era uno de los integrantes del conjunto que tras jugar en C¨¢diz los dieciseisavos de la Copa fue eliminado por alineaci¨®n indebida de Cheryshev.
Dos recuerdos difusos, ahora que se le ha abierto el cielo en Vitoria. El p¨¦ndulo del f¨²tbol antiguamente lo marcaban los delanteros centros, y los extremos hac¨ªan de tope o pared para que la aguja llegase a su destino. El reloj de arena lo adelantaban o atrasaban los delanteros puros. Cuando el f¨²tbol cambi¨® sus preocupaciones y en vez de poner el gol como ¨²nico objetivo fij¨® la vista en c¨®mo evitarlo, el p¨¦ndulo se fue hacia el medio centro. Si los extremos equilibraban el poder el delantero centro, ahora el medio centro equilibra al equipo. Si su reloj se para, el equipo se detiene.
Genes deportivos
Su padre es Paco Llorente, futbolista del Atl¨¦tico y Madrid (85-98). Su madre, M? ?ngeles Moreno, jug¨® al baloncesto.
Su abuelo materno es Ram¨®n Grosso, fallecido en 2002, que jug¨® en el Madrid de los a?os sesenta y setenta.
Su t¨ªo Julio Llorente jug¨® en el Madrid (1988-90) y en el Tenerife.
Otros dos t¨ªos, Jos¨¦ Luis y To?¨ªn Llorente hicieron carrera en el baloncesto profesional.
Su t¨ªo-abuelo es la leyenda del Real Madrid Paco Gento. Sus hermanos, Gento II y Gento III, tambi¨¦n fueron futbolistas profesionales.
Y ah¨ª, en el medio centro, se ha empoderado Marcos Llorente para gobernar el f¨²tbol del Alav¨¦s. Su espigada figura a lo largo de 180 cent¨ªmetros (un poco m¨¢s si cuenta el alto tup¨¦ de su pelo, no del gusto de la familia, seg¨²n dice) y apenas 70 kilogramos de peso le dan un aspecto a veces imperial. Es el faro del conjunto de Pellegrino, ayudado por el trabajo infatigable de Manu Garc¨ªa, un todoterreno incansable y volc¨¢nico.
Llorente ya tiene su primer r¨¦cord: actualmente es el l¨ªder en recuperaciones de bal¨®n de la Liga. 170 veces le ha quitado la pelota al contrario para que la juegue su equipo. No es un r¨¦cord menor. El primer objetivo del medio centro es ese; el segundo no perder la pelota recuperada. Y Llorente la asegura mediante el pase corto con un porcentaje de acierto del 75%. A¨²n as¨ª, no teme el fallo. ¡°No puedes tener miedo al error si quieres prosperar en Primera¡±, afirmaba en una entrevista concedida a este peri¨®dico en octubre del pasado a?o
El gol a¨²n le pilla lejos. Antes lo ten¨ªa m¨¢s cerca, pero aquel recuerdo de cuando empez¨® a jugar de extremo queda muy lejos. Ahora no es su principal misi¨®n en un equipo tan t¨¢ctico y organizado como el de Pellegrino. El Alav¨¦s, reci¨¦n ascendido, en la zona de confort de la clasificaci¨®n, juega de memoria con la lecci¨®n bien aprendida. Algunos nombres empiezan a dar que hablar en la competici¨®n: el portero Pacheco, el central Laguardia, los laterales Femen¨ªa y Theo, Camarasa, Marcos Llorente... Unos muy j¨®venes, otros rescatados del almac¨¦n de la Liga.
¡°Juega como sabes¡±
Llorente jugando no parece tan joven. Se le aprecia una experiencia que no tiene en la alta competici¨®n por su manera de desenvolverse, con suficiencia (pasotismo lo llama ¨¦l ir¨®nicamente), indudablemente sin miedo al error porque ¡°para jugar en Primera Divisi¨®n hay que tener car¨¢cter y personalidad¡±, seg¨²n dijo el d¨ªa de su presentaci¨®n en Vitoria. ¡°Juega como sabes¡±, dijo ese d¨ªa que le hab¨ªa pedido Mauricio Pellegrino.
Marcos Llorente no ha traicionado la gen¨¦tica familiar. Mantiene la competitividad de un clan que nunca se arrug¨® en el campo o en el pabell¨®n, con distinta suerte para cada uno, y muestra las primeras dosis de calidad a la espera de contrastarlas en el tiempo. La duda estriba en si volver¨¢ a la casa blanca la pr¨®xima temporada. Hay opiniones para todos los gustos. En este momento nadie lo sabe. Antes de eso, hoy mi¨¦rcoles tiene la oportunidad de alcanzar un objetivo hist¨®rico: jugar una final de Copa del Rey con el Alav¨¦s, si elimina al Celta, y por lo tanto tener la posibilidad de ganarla. No est¨¢ mal para empezar a escribir su autobiograf¨ªa.
Pellegrino: ¡°Que el mejor partido est¨¦ por venir¡±
No hay mejor mensaje de esperanza que el optimismo. Y el entrenador del Alav¨¦s, Mauricio Pellegrino, lo lanz¨® en su comparecencia de prensa cuando se?al¨® que espera que ¡°el mejor partido est¨¦ por venir¡±. Pero antes espera el Celta, al que el Alav¨¦s quiere afrontar ¡°jugando como siempre y con la garra de siempre¡±, como dijo uno de los capitanes, el vitoriano Gaizka Toquero, y manteniendo el estilo aunque, quiz¨¢s, ¡°con algunas variantes¡±, como se?alo el t¨¦cnico argentino. Celta y Alav¨¦s son dos equipos muy reconocibles que dif¨ªcilmente alterar¨¢n un libreto que vienen representando con acierto.
¡°Hoy en d¨ªa ganar o perder pende de un alfiler¡±, asegur¨® Pellegrino, ¡°por lo que tenemos que cuidar los detalles, porque estos partidos a veces se resuelven por esos detalles¡±. Muchos de los titulares del Alav¨¦s descansaron en el partido contra el Sporting en Gij¨®n, aunque el resultado de los no habituales fue satisfactorio (2-4). El temporal administrativo ya es historia.
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