El Atl¨¦tico recupera la fe y remonta al Celta en un partido loco

El Atl¨¦tico vuelve a creer. De otro partido loco de ida y vuelta como el ¨²ltimo en el Camp Nou sali¨® reforzado y victorioso. Por dos veces se adelant¨® el Celta y tuvo que remontar en un partido ¨¦pico, jugado en par¨¢metros futbol¨ªsticos alejados de su versi¨®n m¨¢s industrial, pero con un punto en com¨²n: la fe pasional para creer en s¨ª mismo.

?El duelo naci¨® tan mete¨®rico como muri¨®. A toda mecha, con dos equipos exigidos por la necesidad de puntos y de olvidar sus respectivas eliminaciones en las semifinales de Copa. Hubiera sido una final preciosa, por lo que mostraron uno y otro. En esa sobreexcitaci¨®n inicial cupo de todo. Dos goles, una ida y vuelta fren¨¦tica generada por dos equipos que atacaban el bal¨®n para recuperarlo o para distribuirlo con celeridad. Una traca de partido en la que se mezclaban las afiladas cabalgadas de Pione Sisto, los aguijoneos de Torres, Carrasco y Griezmann o la buena mezcla para coser triangulaciones da?inas de Hugo Mallo con Aspas, Jozabed y Guidetti. Golpe¨® primero el Celta a los cinco minutos, favorecido por la en¨¦sima concesi¨®n defensiva del Atl¨¦tico en lo que va de temporada. Qui¨¦n le ha visto y qui¨¦n le ve al equipo de Simeone. Se le rompe el cadenaje defensivo en detalles y acciones antes impensables en el que fue el mejor conjunto defensivo del f¨²tbol mundial. Esta vez fue Moy¨¢, el que err¨®. El c¨®rner ya naci¨® grotesco porque Pione Sisto se resbal¨® en su primer intento de golpeo. El segundo fue una rosca con ca¨ªda a la frontal del ¨¢rea que Moy¨¢, entre la duda de blocarla o despejarla, convirti¨® en un despeje con los pu?os cruzados directo a la cabeza de Cabral.

El tanto pon¨ªa a prueba esa reacci¨®n que se vislumbra en el Atl¨¦tico desde esa segunda parte contra el Barcelona en la ida de las semifinales de Copa. Puesto a reaccionar, de nuevo fue Fernando Torres el que enarbol¨® la bandera del levantamiento de la lona de su equipo. No lo hizo con una jugada de raza. El Ni?o levant¨® a la tropa y al Calder¨®n con una genialidad, un golpe de delantero resabiado en plena crecida an¨ªmica y futbol¨ªstica. Pic¨® un desmarque de espaldas escorado a la izquierda del punto de penalti. All¨ª le gan¨® la posici¨®n a Cabral para amortiguar un pase de Carrasco y aprovechar el bote para dibujar una chilena en parado. Del gesto de pillo sali¨® una par¨¢bola de la que no se enter¨® ni Cabral, ni despu¨¦s Sergio. Cuando central y portero se dieron la vuelta, Torres ya estaba celebrando uno de los goles m¨¢s est¨¦ticos que se le recuerdan vestido de rojiblanco.

Empatado el duelo, no hubo tregua en el tiroteo en lo que rest¨® de primer tiempo. Treinta y cinco minutos a dos porter¨ªas. Mallo, magistral en la elecci¨®n de sus subidas, tambi¨¦n particip¨® en otro tuya m¨ªa en el que participaron Aspas y Guidetti y Jozabed estamp¨® en la cepa del poste. La respuesta, como no, lleg¨® de Torres. En otro desmarque le arranc¨® un penalti a Roncaglia que el ¨¢rbitro no se?al¨®. El testigo lo tom¨® Carrasco, m¨¢s activo que en otros partidos en los que practicaba la evasi¨®n. El belga logr¨® que el ¨¢rbitro se?alara penalti en el intento de Cabral por reba?arle el bal¨®n. Carrasco quiso lanzarlo, pero acab¨® cediendo ante los galones de Torres. La maldici¨®n de los 11 metros que persigue al Atl¨¦tico desde la final de Mil¨¢n tambi¨¦n se ceb¨® con su estandarte. Tir¨® a romper y rompi¨®... el travesa?o.

Una maldici¨®n sin ensayo

Seis penaltis fallados de nueve es como para que Simeone se plantee ensayarlos m¨¢s, aunque no tenga que ver la presi¨®n de un entrenamiento con la de un partido. Los jugadores de baloncesto practican el tiro a diario y las condiciones no son las mismas que pueden encoger la mu?eca a un lanzador ante un pabell¨®n lleno. Al poco del error, Carrasco tuvo un mano a mano con Sergio con el que se cerr¨® ese vertiginoso primer acto. El segundo quiso nacer con m¨¢s control, pero la verticalidad y la ambici¨®n de los dos equipos generaron otra ruptura fren¨¦tica en la media hora final.

Vrsalkjo sustituy¨® a Juanfran, con una lesi¨®n en el hombro, y le toc¨® lidiar con Pione Sisto. Berizzo meti¨® despliegue quitando a Jozabed y metiendo a Wass. Fue Guidetti, en pleno frenes¨ª el que ajustici¨® a Moy¨¢ tras una contra bien guiada por Aspas y apoyada por Wass. El 1-2 hizo que parte de la grada la tomara con Carrasco por algunas p¨¦rdidas. En descargo del belga hay que decir que le sali¨® el orgullo del extremo para pedir la pelota y seguir intent¨¢ndolo. No se vino abajo, pese al ruido en su contra. Tuvo el empate en otro mano a mano y lo caz¨® con una volea tremenda a falta de cinco minutos. En plena descarga, un centro pasado de Correa, que entr¨® a un escenario ca¨®tico e ideal para su anarqu¨ªa, se lo dej¨® de cabeza Gameiro a Griezmann para que este culminara una remontada ¨¦pica.