Bale vuelve a lo Bale y el Real Madrid derrota al Espanyol

Sin alardes, pero con solvencia, el Madrid despach¨® a un Espanyol sin chicha y arrugado, de puntillas por Chamart¨ªn. Como si jugara al solitario, el segundo equipo de Zidane se bast¨® para pasar una tarde pl¨¢cida, con un gobierno absoluto, sin otro desvelo que el resultado. Nada hizo por angustiarle su rival, pero el f¨²tbol tiene sus imprevistos... Hasta que reapareci¨® Bale e hizo de aut¨¦ntico Bale: carrer¨®n y fuego cruzado a la red de Diego L¨®pez. Antes, en el primer tiempo, hab¨ªa marcado Morata, que suma y suma como muchos otros de los suplentes. Zidane tiene cesto y lo sabe manejar.

Con un proceder que ya parec¨ªa de la Liga de Altamira, el Espanyol quiso jugar a que no se jugara. Y quien qued¨® en la nader¨ªa fue el propio equipo de Quique S¨¢nchez Flores. Tan chato result¨® el Espanyol que en el primer acto no tuvo una m¨ªsera pisada al ¨¢rea de Casilla, ni un c¨®rner, una falta volcada, alguna r¨¢faga, un corto romance con la pelota. Nada de nada. Y casi nada tras el descanso: un tirito.

Solo dispuesto a bloquear al Madrid, hasta con Gerard Moreno, su goleador, con la escoba por la banda derecha, los pericos apenas lograron su objetivo en el arranque del duelo. Lo que tard¨® el equipo de Zidane en dar carrete a sus volantes y no a los centrales, empe?ados de inicio en ser el centro de gravedad. Un espejismo de un cuarto de hora, suficiente para que el Espanyol, vaciado en ataque y con un pelot¨®n de reclutas en el medio campo, resultara permeable. Apareci¨® Isco, tir¨® de galones Kroos y el Madrid invadi¨® en su campo al adversario. Derribado el muro periquito, el Real comenz¨® a fluir cerca de Diego L¨®pez, y por distintas zonas: la de Nacho y Cristiano por la izquierda, la de Lucas por el otro costado, la de Isco por el embudo. Sin soluciones, metido en su cascar¨®n, el Espanyol qued¨® colapsado, sin una ruta de evacuaci¨®n, con todos sus muchachos a varias lunas de Casilla.

Con solo cuatro titulares de los que se retaron con el N¨¢poles, la segunda columna le volvi¨® a funcionar a Zidane. Morata, Lucas, Isco, Nacho... Con su div¨¢n, el t¨¦cnico franc¨¦s ha conseguido que casi nadie se sienta un simple telonero para jornadas de entretiempo. Como ejemplo Isco, quien mejor rumi¨® al Espanyol. El malague?o desabroch¨® a los rivales al ofrecerse como gancho entre el medio campo y la vanguardia. Isco puso fin a los pelotazos de sus centrales, al juego de espaldas de los delanteros.

La movilidad de Isco cambi¨® la escala del partido. Las posesiones locales se trasladaron al per¨ªmetro de Diego L¨®pez, ya con mejor panor¨¢mica para Kroos. Tambi¨¦n se anim¨® Cristiano. Como ante los napolitanos, otra vez con la orilla izquierda como punto de partida. Quique quiso arrestarle con David L¨®pez como lateral. Al primer mano a mano, en el pasaje m¨¢s art¨ªstico de la tarde, CR le sac¨® la cadena con una filigrana de Houdini, una el¨¢stica instant¨¢nea con ca?ito incluido. A¨²n queda un goteo del otro Cristiano, el que tambi¨¦n armaba el taco lejos de la porter¨ªa contraria.

Otra aventura del luso, esta por la derecha, deriv¨® en la primera gran oportunidad blanca. Su asistencia cruzada a Morata fue reba?ada por Duarte. Menos aplicada estuvo la zaga visitante poco despu¨¦s. Isco, con precisi¨®n de cirujano, ajust¨® la pelota en la cabeza de Morata, el ¨²nico madridista que anidaba en el ¨¢rea de Diego L¨®pez, batido sin remedio por el ariete local, que sum¨® su s¨¦ptimo tanto en Liga. Lo mismo dio que no fuera titular en el campeonato en lo que va de a?o. Como Pepe, este un tiempo lesionado, que no se alistaba de inicio desde el 10 de diciembre. No hubo futbolista del Espanyol que le hiciera ni cosquillas.

El gal¨¦s abri¨® gas y con un zurdazo tan potente como preciso mand¨® al garete al fl¨¢cido Espanyol

Tom¨® nota Quique en el intermedio. Retir¨® a Reyes en favor de Hern¨¢n y ancl¨® a Gerard Moreno como punta. Al menos un forastero cerca de Pepe y Varane. Pero nadie se sublev¨® en el Espanyol, que tard¨® una hora en echar un vistazo a la porter¨ªa ajena, un disparo de Hern¨¢n, el ¨²nico en m¨¢s de noventa minutos. Solo el resultado avalaba al cuadro catal¨¢n, pero en sus filas nadie dec¨ªa ni mu. Y solo el intrigante marcador daba vidilla a un encuentro que poco a poco se hizo sosaina.

Regres¨® Bale 88 d¨ªas despu¨¦s, ocup¨® la zona de CR y el luso tom¨® el puesto del relevado Morata. Y cuando declinaba el juego local, el gal¨¦s abri¨® gas, enfil¨® a Diego L¨®pez a toda mecha y con un zurdazo tan potente como preciso mand¨® al garete al fl¨¢cido Espanyol. Tambi¨¦n asisti¨® a CR en el ¨²ltimo segundo. El luso fue anudado por Aaron, el colegiado pit¨® penalti y un linier le hizo rectificar por un inexistente fuera de juego. Pese al disgusto de la grada, para el Madrid ya todo eran buenas noticias: tres puntos y Bale en estado puro en una jornada postChampions, lo que, en muchas ocasiones, suele distraer m¨¢s de la cuenta. De momento, no a este Madrid firme que ya mira a Valencia y Vila-real. La Liga a la vista y Bale de vuelta.