El c¨¢ntaro del Athletic de Bilbao se rompi¨® con el APOEL
El conjunto chipriota elimina de la Liga Europa al conjunto rojiblanco en otro ejercicio rutinario
Lo dijo el refr¨¢n popular recogido por Ram¨®n J. Sender en su R¨¦quiem por un campesino: ¡°Si el c¨¢ntaro da en la piedra o la piedra en el c¨¢ntaro, siempre pierde el c¨¢ntaro¡±. Y el c¨¢ntaro, en cuanto se aleja de Bilbao, lleva el escudo del Athletic marcado a fuego. Con Aduriz y sin Aduriz, con Laporte o sin Laporte. No es cuesti¨®n de firma, sino de DNI, y el del Athletic, cuando viaja no tene validez. Es un sin papeles, un refugiado que intenta sobrevivir en la penuria de su juego cuando extra?a el c¨¦sped, el ambiente, la ciudad, ?Qui¨¦n sabe? ?La mirada? Es como un viajero que se sienta al lado y no habla, ni discute, ni se le cae el libro... No molesta. Y como no molest¨®, el APOEL le liquid¨® la cuenta con dos golpes de lapicero. As¨ª, en siete minutos, dos golpes secos. Dos ara?azos venenosos. Ni uno m¨¢s ni uno menos. Como en San Mam¨¦s, economizando al m¨¢ximo la prima de riesgo: tres ocasiones en Bilbao, dos goles; dos ocasiones en Nicosia, dos goles.
El c¨¢ntaro se segu¨ªa rompiendo, porque el Athletic defiende mal, muy mal, en lo colectivo y en lo personal. Incre¨ªble que Efrem centrase desde el bander¨ªn de corner como si fuera Txetxu Rojo (que no lo es, ni se le parece) y que Sotiriou rematase de espuela ante el tard¨ªo cruce de Etxeita. M¨¢s delicado a¨²n fue el penalti de Balenziaga a Gianniotas, que una vez m¨¢s (e iban...) le pill¨® la espada al lateral izquierdo rojiblanco. Dos veces con la piedra, el c¨¢ntaro se agujere¨®. El APOEL es poca cosa, su infierno, un frigor¨ªfico apagado, pero su efectividad es monstruosa en esta eliminatoria. Quiz¨¢s no haya nadie en ninguna competici¨®n que en dos partidos haya marcado cuatro goles en cinco ocasiones.
Pero quiz¨¢s no haya ninguno que haya malgastado tantas como el Athletic. En Nicosia apenas dej¨® estrellas fugaces al inicio del encuentro, por obra y gracia de Williams. Despu¨¦s las nubes le cegaron la mirada. Nadie jug¨® bien, nadie empuj¨®, nadie disput¨® con la energ¨ªa y la rabia que exig¨ªa el trabajo, nadie supo qu¨¦ hacer jugando contra diez rivales buena parte del encuentro, con el 2-0 en contra. Nadie supo qu¨¦ hacer con el partido, con la eliminatoria. Faltan muchas piezas en el mecano del Athletic. Lo que hay no llega para tanto. Ni para eliminar al APOEL. Y por eso el c¨¢ntaro se rompi¨® con unas pocas pedradas. En Nicosia fue de hojalata.
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