El Celta remonta al Shakhtar para seguir vivo en la Europa League
Los gallegos vencen en la pr¨®rroga y ser¨¢n el ¨²nico equipo espa?ol en octavos de la competici¨®n
El Celta estar¨¢ en octavos de final de la Europa League, ser¨¢ el ¨²nico equipo espa?ol entre los 16 mejores de la competici¨®n porque remont¨® el marcador adverso que cosech¨® en Bala¨ªdos ante el potent¨ªsimo Shakhtar. Le llev¨® contra las cuerdas, supo sufrir y levantarse para igualar la eliminatoria sobre la bocina y llevarla a una pr¨®rroga en la que sentenci¨® con un testarazo de Cabral, el premio a un tit¨¢nico esfuerzo en una noche para el recuerdo, por el marcador, por f¨²tbol, por esfuerzo y actitud, por orgullo. Hay una definici¨®n del car¨¢cter del Celta en su himno, una palabra en gallego, ¡°afouteza¡±, de la que ha hecho bandera el club y su gente. Su significado tiene que ver con una disposici¨®n de esp¨ªritu que lleva a acometer algo sin temor a los peligros o dificultades, tambi¨¦n con la seguridad en si mismo, con la firmeza de car¨¢cter. Todo eso fue el Celta en J¨¢rkov, a todo eso fue fiel para lograr una clasificaci¨®n sufrida y al tiempo merecida. Hay incluso mucho de justicia en que los focos le alumbren como ¨²nico superviviente del f¨²tbol espa?ol en el torneo.
El partido fue un ejercicio extenuante no ya por su metraje sino porque el Celta no se guard¨® nada y el Shakhtar no rehuy¨® ante el ¨®rdago del rival. En desventaja desde la semana pasada, Berizzo no quiso perder ni un minuto para intentar la remontada, arm¨® un once con tres centrales entre los que Roncaglia tuvo permiso para descolgarse, dos laterales que operaban deb¨ªan ejercer de maratonianos y tres delanteros con Aspas como pegamento con una medular que cerraba Wass, un multiusos que lo mismo juega de extremo que de mediocentro. Todos miraban hacia delante. Pronto comprobaron que el Shakhtar no iba a achantarse, con un ejercito de virtuosos brasile?os y el sost¨¦n de s¨®lidos locales o alg¨²n cl¨¢sico como Srna, plantean una interesante mezcla. Son adem¨¢s unas centellas: presionan, recuperan y salen disparados hacia el gol con la capacidad adem¨¢s de llegar con bastantes hombres al ¨¢rea.
El ida y vuelta fue inevitable, el descontrol convirti¨® el partido en ingobernable y bello a la vez, abrum¨® a ambos porteros, excelentes para frenar tanta producci¨®n atacante. Brill¨® primero el local Pyatov, que frustr¨® cuatro intentonas del prol¨ªfico Iago Aspas, que incluso intent¨® el gol de Wembley, esa rosca de zurda que coloca como pocos en el segundo palo. Se le march¨® fuera por un palmo.
El Celta se acostumbr¨® a convivir con el riesgo e hizo de ¨¦l un argumento para llegar al ¨¦xito
El Celta se acostumbr¨® a convivir con el riesgo e hizo de ¨¦l un argumento para llegar al ¨¦xito. El esfuerzo le expuso cada vez m¨¢s, le hizo palidecer en los compases iniciales de la segunda parte cuando tuvo que emerger el meta Sergio ?lvarez para mantener al equipo con vida. Se desconect¨® del ataque el cuadro de Berizzo y abri¨® varias v¨ªas en defensa, pero sali¨® indemne de sus peores momentos y encontr¨® f¨²tbol y aliento para retomar sus argumentos. Entre ellos estaba la variaci¨®n del dibujo, con zaga de cuatro y Jozabed de mediapunta en sustituci¨®n del exigido Roncaglia. Hubo entonces un viraje en el ¨²ltimo cuarto del partido. Obligado por el rival o invitado por su temor, puede que lastrado por el esfuerzo anterior, el caso es que el Shakhtar comenz¨® a taparse como no lo hab¨ªa hecho. El Celta se hizo con la pelota y se aprest¨® al asedio sabedor de que le estaban acechando para sentenciarlo a la contra. Existen los milagros futbol¨ªsticos y en J¨¢rkov se estaba produciendo uno: el partido mor¨ªa sin que nadie marcase gol. Le dol¨ªa al Celta, pero al final encontr¨® la ganz¨²a con un bal¨®n profundo hacia Guidetti, que supo forzar el penalti sobre la salida de Pyatov. Marc¨® al fin Aspas y abri¨® la pr¨®rroga.
El postre le lleg¨® al Celta con demasiados comensales en la mesa, con Bongonda, Jozabed, Rossi, Guidetti y Aspas sobre el campo y agotadas las sustituciones. Supo gestionar el equilibrio desde la solidaridad y las ayudas. El pist¨®n baj¨®, era entonces un partido de momentos y el Celta encontr¨® el suyo, un c¨®rner al primer palo que Cabral remat¨® a la red. Gan¨® el equipo de Berizzo y es justo el elogio, pero si hubiese perdido no deber¨ªa haber suscitado un reconocimiento inferior.
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