El Celta se salva a costa del Deportivo
En aquel decisivo partido de la temporada 69-70 salieron a relucir todos los agravios hist¨®ricos
En la 69-70, el Celta reaparec¨ªa en Primera Divisi¨®n, tras una d¨¦cada de ausencia. All¨ª se iba a reencontrar con el D¨¦por, que en los sesenta lleg¨® a ser conocido como equipo ascensor, porque sub¨ªa y bajaba continuamente. Pero en ese momento, con un presidente joven y audaz, Antonio Gonz¨¢lez, se sent¨ªa seguro. Aspiraba a m¨¢s. Se estaba dotando de una nueva estructura. Entr¨® como gerente un destacado periodista coru?¨¦s, Manuel Fern¨¢ndez Trigo, m¨¢s adelante gerente del Madrid.
Antonio Gonz¨¢lez era hombre prometedor y multifac¨¦tico. Exjugador del club, fue tambi¨¦n presidente de las federaciones gallega y espa?ola de h¨®ckey sobre patines, deporte en el que hab¨ªa llegado a ser internacional. Cuando lleg¨® la Asamblea de la Federaci¨®n del verano de 1969 sonaba para el Consejo Directivo, entonces m¨¢s reducido que ahora. Galicia ten¨ªa tres equipos en Primera (el otro era el Pontevedra) y dos en Segunda (Ferrol y Orense). ?l era la cara m¨¢s conocida de Galicia.
Un grupo de clubes que se mov¨ªan en aquel tiempo entre la zona del miedo en Primera o de las aspiraciones en Segunda, present¨® una propuesta: que la Primera pasara de 16 a 18 clubes. Encabezaba el movimiento el Sabadell, cuyo presidente, Ricardo Ros¨®n, reclut¨® para la causa a los gallegos a cambio de apoyar a Antonio Gonz¨¢lez para el Consejo Directivo.
Pero en la jaula de grillos que fue la Asamblea (como cada a?o), Gonz¨¢lez les fall¨®, o le fallaron ellos a ¨¦l. La cosa es que ni Gonz¨¢lez sali¨® ni la Liga se ampli¨®. En Vigo corri¨® que el D¨¦por ya no tem¨ªa el descenso, que estaba agrandado y que Gonz¨¢lez ni vot¨® ni hizo campa?a por la ampliaci¨®n. Le acusaron de ¡°nuevo rico futbol¨ªstico¡±.
Pero la realidad fue por otro lado. Al final de la primera vuelta, el?D¨¦por era el tercero por la cola y bajaban tres mientras que el Celta estaba cerca de la zona templada. Y tercero por la cola segu¨ªa el?D¨¦por cuando, a tres jornadas del final, le toc¨® recibir al Celta, que le preced¨ªa en tres puestos y cuatro puntos. El partido se presentaba con tintes dram¨¢ticos. El?D¨¦por necesitaba ganar. El Celta sab¨ªa que ganando se salvaba seguro.
De aquel partido se hablar¨ªa durante a?os.
Salieron a relucir todos los agravios hist¨®ricos. Salt¨® a relucir la fuga de varios jugadores vigueses (entre ellos el legendario Otero) al?D¨¦por cuando se fusionaron el Fortuna de Vigo y el Vigo Sporting para dar lugar al Celta. Sali¨® a relucir el partido en Chamart¨ªn de verano del 40, cuando el Celta le gan¨® al?D¨¦por y le cerr¨® la puerta de Primera. Sali¨® a relucir la liguilla de promoci¨®n del 53, con HH en el D¨¦por, en la que los dos quedaron en Primera por carambola, tras un choque final muy pol¨¦mico.
La semana previa es de gran emoci¨®n en ambas ciudades, con un par¨¦ntesis el viernes por la noche para el combate Urtain-Weiland, asalto del morrosko de Cestona al t¨ªtulo de Europa. Weiland lleg¨® a Espa?a diciendo ¡°las piedras que levanta Urtain yo se las lanzo a los pajaritos¡±, lo que cre¨® indignaci¨®n patri¨®tica. Hasta Vigo y La Coru?a se pararon por dos horas. Una vez que gan¨® Urtain y quedamos todos tranquilos, el primer plano en Galicia lo volvi¨® a ocupar el D¨¦por-Celta.
La Central de Espect¨¢culos de Vigo vende 5.000 entradas. Otros 5.000 viajar¨¢n, confiando en conseguir entrada en La Coru?a. All¨ª hay colas en las taquillas. Es d¨ªa del club, tienen que pagar todos los socios y abonados. Se advierte que a las nueve del s¨¢bado se cierran las taquillas y el sobrante se vender¨¢ al p¨²blico en general.
El Celta viaja el mismo s¨¢bado, duerme en Santa Cruz, en el hotel Portocobo. Se dice que llevan 100.000 pesetas de prima por cabeza, una exageraci¨®n. Son 25.000. El?D¨¦por duerme en el hotel Santa Cristina. Tiene una baja muy sensible, Dom¨ªnguez, alma del equipo, y es duda Bellod, lateral atacante. Van a misa, a los jesuitas, junto al hotel.
La ma?ana del domingo llegan de Vigo un tren de especial, numerosos autocares y much¨ªsimos coches con la matr¨ªcula PO. La baza del entusiasmo es viguesa. Los coru?eses van desconfiados al partido. Son las 4.30 del 5 de abril del 70 cuando con un sol revent¨®n salen a Riazor los dos equipos:
D¨¦por: Joanet; Miguel, Luis, Cholo; Sertucha, Manolete; Loureda, Cervera, Beci, Jos¨¦ Luis y Mart¨ªnez. En el 39¡¯, Bordoy por Miguel; en el 45¡¯, Chapela por Jos¨¦ Luis.
Celta: Berm¨²dez; Pedrito, Manolo, Herminio; Rivera, Costas; Lezcano, Almagro, Abel, Juan y Jim¨¦nez. Arza, entrenador del Celta, viejo zorro, ha cambiado la alineaci¨®n al saber que faltaba Bellod. Rivera, habitual delantero, pasa a la media, en lugar de Hern¨¢ndez, m¨¢s de contenci¨®n.
Un equipo del NO-Do ha acudido a filmar el partido. Es noticia nacional.
Minutos de tanteo hasta que en el 9¡¯ Sertucha mete un tiro en el palo. Eso anima al D¨¦por, que ataca con firmeza 10 minutos, pero al Celta se le ve m¨¢s calmado. Pasado el chaparr¨®n, se despliega. Rivera, el delantero convertido en medio, se hace due?o del juego. Ser¨¢ el hombre del partido. En el 42¡¯, falta cerca del ¨¢rea del D¨¦por. La saca Quique Costas (que luego har¨ªa gran carrera en el Bar?a de Cruyff) para Rivera, y¡
¡ªLe dije que me la tocara cortita y le pegu¨¦ con todo. Sali¨® un tiro raso que pas¨® por debajo de la barrera y se col¨® junto al palo.
Para Joanet, el buen meta deportivista, un tiro inalcanzable. Para Rivera, un hito en su carrera. Nacido en O Carballi?o, donde hoy vive, fue Pichichi de Tercera con el Orense, jug¨® en el gran Sevilla de mediados de los sesenta y regres¨® a Galicia para fichar por el Celta, de Segunda. ¡°Muchos me dec¨ªan que c¨®mo me iba del Sevilla, que era puntero, al Celta en Segunda. Pero yo quer¨ªa volver a Galicia¡±. Hizo bien. Fue Pichichi en Segunda con el Celta, vivi¨® el ascenso y grab¨® en m¨¢rmol su nombre en la historia de la gran rivalidad gallega con ese gol.
En la segunda mitad mand¨® el Celta, al que le anularon otro gol. El D¨¦por, falto de Dom¨ªnguez, que pon¨ªa el esp¨ªritu, se embarull¨®.
Al regreso a Vigo hubo desfiles y cohetes en Santiago. En La Coru?a qued¨® depresi¨®n: el?D¨¦por estaba condenado. Aunque luego empat¨® en Mallorca y el ¨²ltimo d¨ªa gan¨® al Granada 3-0, termin¨® tercero por la cola y baj¨®.
En Vigo no dejaron de recordar que si Antonio Gonz¨¢lez hubiera peleado m¨¢s por la ampliaci¨®n, el?D¨¦por seguir¨ªa en Primera.
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