La pol¨¦mica envuelve las zapatillas del marat¨®n de dos horas
La placa de fibra de carbono en la mediasuela de las Nike dispara las especulaciones sobre la frontera del dopaje tecnol¨®gico
¡°Tienen que ser las zapatillas¡±, se gritaba en el anuncio que Spike Lee rod¨® para Nike para vender las Air Jordan. Era un lema ir¨®nico, por supuesto: todo el mundo sab¨ªa que solo Michael Jordan pod¨ªa dar esos saltos y mantenerse suspendido m¨¢gicamente en el aire, calzara las zapatillas que calzara, las suelas con c¨¢mara de aire o lo que fuera. ¡°Tienen que ser las zapatillas¡±, anuncian 30 a?os m¨¢s tarde los ejecutivos de Nike, y no hay ni sombra de iron¨ªa en su declaraci¨®n: han inventado un calzado at¨®mico para que un atleta baje de las dos horas en el marat¨®n, el nuevo grial del deporte.
Entre el r¨¦cord actual de marat¨®n (2h 2m 57s) y el objetivo (1h 59m 59s) hay 178s, un salto del 3%. Nunca en la historia se ha bajado tanto de golpe el r¨¦cord del marat¨®n, pero nunca antes hab¨ªa anunciado un fabricante como Nike unas zapatillas que permiten reducir un 4% el gasto energ¨¦tico necesario para correr. Si la proclamaci¨®n, basada en an¨¢lisis de laboratorio, se puede corroborar en la pr¨¢ctica, lo que dudan fisi¨®logos y biomec¨¢nicos, los atletas elegidos para la haza?a, Kenenisa Bekele o Eliud Kipchoge, capaces de correr ahora en 2h y 3m, tienen ya las dos horas en sus piernas. A su lado, palidece el 1% de ventaja que prometen las nuevas zapatillas de Adidas, la marca que compite por el marat¨®n en menos de dos horas y que anuncia una suela cargada de una espuma especial que devuelve la mayor parte de la energ¨ªa que el atleta deposita en la pisada.
Aparte de su peso, inferior a 200 gramos, su forma aerodin¨¢mica y su inclinaci¨®n hacia adelante, el secreto y la pol¨¦mica de la zapatilla Nike, bautizada Vaporfly Elite, est¨¢n en la mediasuela y tienen la forma acucharada de una delgad¨ªsima y r¨ªgida placa de fibra de carbono incrustada en la goma. ¡°Correr con estas zapatillas ser¨¢ como correr cuesta abajo, no se podr¨¢ correr despacio¡±, anuncian los investigadores que inventaron el producto, cuya versi¨®n m¨¢s sofisticada estrenar¨¢ en mayo Kipchoge, el atleta l¨ªder del proyecto, en el circuito de Monza. En el mercado costar¨¢ 250 d¨®lares.
Nada m¨¢s conocerse el truco, comenzaron a levantarse voces poniendo en duda la legalidad de las placas y de su efecto muelle o catapulta. La federaci¨®n internacional de atletismo (IAAF), el organismo que debe aprobar todos los materiales, ya ha anunciado que estudiar¨¢ el caso y la redacci¨®n del art¨ªculo que las regula y que proh¨ªbe cualquier ¡°ventaja injusta¡±. De fibra de carbono con efecto muelle eran las cuchillas pol¨¦micas que le permitieron a Oscar Pistorius correr con piernas artificiales contra atletas todo de carne y hueso.
El calzado cuenta m¨¢s que el atleta
Nike. Son las zapatillas m¨¢s pol¨¦micas por el efecto catapulta que proporciona la inclinaci¨®n de su suela y, sobre todo, por la placa de fibra de carbono r¨ªgida incrustada en la mediasuela que, seg¨²n sus inventores, proporciona un ahorro energ¨¦tico del 4%. Se llaman VaporFly Elite. Un modelo similar valdr¨¢ 250 euros en las tiendas.
Adidas. Las ventajas que anuncia el fabricante alem¨¢n son inferiores a las de Nike. La suela de las Adizero sub2 est¨¢ rellena de una llamada espuma explosiva que proporciona un ahorro del 1%. La marca a¨²n no ha anunciado el atleta que las calzar¨¢ para intentar bajar de dos horas.
El deporte, un mundo conservador y nost¨¢lgico que se aferra a la tradici¨®n como esencia de la leyenda que le alimenta, denuncia como escandalosa cualquier novedad tecnol¨®gica. Y a veces tiene raz¨®n. No la tuvo, y perdi¨® la batalla con los ba?adores de cuerpo entero que permitieron hace una d¨¦cada que todos los r¨¦cords de nataci¨®n quedaran anticuados. La tuvo, pese a la desesperaci¨®n de los que ven en el deporte un arte aparte de una demostraci¨®n de proeza f¨ªsica, el cambio de las raquetas de madera a las met¨¢licas (ahora de fibra de carbono y otros materiales sint¨¦ticos), que permitieron una expansi¨®n y un desarrollo tremendo del tenis. Algo similar ocurri¨® hace 25 a?os con la llegada al golf de los drives met¨¢licos. Los artistas se agarraron a las maderas de toda la vida y a su punto dulce y a su capacidad para interpretarlo, y despreciaron una novedad que, dec¨ªan, permitir¨ªa jugar al golf a un orangut¨¢n. La afici¨®n agradeci¨® las nuevas distancias del golf, y los jugadores se rindieron.
Stepanov y Puma
Las zapatillas de Nike, en todo caso, recuerdan m¨¢s a casos pasados en el propio atletismo. En 1957, el saltador sovi¨¦tico Yuri Stepanov salt¨® 2,16m, una altura que privaba a Estados Unidos de un r¨¦cord mundial que pose¨ªa desde hac¨ªa 44 a?os. Pronto se descubri¨® que la zapatilla del saltador ten¨ªa una suela de un grosor de cinco cent¨ªmetros, exagerado. En 1960 las prohibi¨® la IAAF. Stepanov, una v¨ªctima de la guerra fr¨ªa, no super¨® la depresi¨®n y se suicid¨® en 1963.
En 1968, ¨¦l tart¨¢n cubri¨® de superficie sint¨¦tica las pistas de atletismo. Puma invent¨® para los Juegos de M¨¦xico unas zapatillas que en lugar de los seis clavos habituales, que se frenaban en el tart¨¢n, ten¨ªan 68 puntitas colocadas en la suela como si fueran p¨²as de un cepillo. Tommie Smith las us¨® y gan¨® los 200m. Poco despu¨¦s, Adidas logr¨® que se prohibieran.
La noci¨®n de ventaja injusta o de dopaje tecnol¨®gico m¨¢s que en los laboratorios se ha fijado en los despachos. As¨ª se resolver¨¢ el caso de las mediasuelas de las zapatillas m¨¢gicas de Nike. La frontera del dopaje tecnol¨®gico, una l¨ªnea tan borrosa como la que delimita el marketing de la ciencia, puede volver a cambiar.
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