Benzema honra a Juanito en la victoria del Real Madrid ante el Alav¨¦s
Liderados por el franc¨¦s y con la culminaci¨®n de Isco, los blancos golean a un rival que mereci¨® m¨¢s en el 25 aniversario de la muerte del malague?o
El Madrid tiene de todo. Lo mismo se arranca con un buen juego general, que se gripa un largo rato del segundo periodo y luego cierra la jornada con su descomunal pegada. Por las tres fases pas¨® ante un Alav¨¦s firme primero e inquietante despu¨¦s, que no mereci¨® el reflejo de un marcador tan abultado. Pero Benzema y m¨¢s tarde los ca?ones madridistas le dejaron en la cuneta.
No siempre suda como una regadera, pero la dicha de Benzema est¨¢ muy por encima de las irremediables sospechas que levanta en un sector de la hinchada. Pendular en ocasiones, como tantos y tantos, pero al franc¨¦s se le perita con microscopio. Se desde?an con facilidad sus bienaventuranzas. Y son tales, que en siete temporadas y media ya se ha convertido en el d¨¦cimo goleador hist¨®rico del Real Madrid, con 120 goles, uno m¨¢s que Amancio. Un siete memorable al que desbanc¨® y otro siete eterno al que honr¨® con su espl¨¦ndida actuaci¨®n, Juanito, recordado por todo Chamart¨ªn a los 25 a?os de su muerte.
En el sobrecogedor homenaje al extremo de Fuengirola, desde el primer parpadeo Benzema se aup¨® por encima del buen tono general del Madrid en el primer acto. No hubo compa?ero al que no diera palique con la pelota. Y no hubo sector del ataque por el que no floreciera. Con el galo como bisagra, el equipo de Zidane se abri¨® paso en la barricada alavesista. Tarea ardua para cualquiera, como ya comprobaron en la primera vuelta Barcelona y Atl¨¦tico, v¨ªctimas en casa propia ante el buen conjunto articulado por Pellegrino. No hay pavos reales en el grupo, pero todos funcionan como camaradas. En el Bernab¨¦u sinti¨® el peaje que ya sab¨ªa desde hace meses. Esas cobardicas cl¨¢usulas del miedo le impidieron alistar a Marcos Llorente, al que el Madrid foguea en Vitoria como nuevo Casemiro a la vista. Su baja hizo retocar la alineaci¨®n del Alav¨¦s, con tres centrales y Camarasa m¨¢s cerca de Manu Garc¨ªa. Con todo, el equipo de Pellegrino exigi¨® que el Madrid tirara de f¨®rceps. No hay batalla que d¨¦ por perdida alg¨²n blanquiazul.
Un contratiempo a los diez minutos alter¨® los planes de Zidane, que ante los ocho partidos que le esperan al Madrid este mes, algunos crudos, crudos, dio aire a Keylor, Ramos, James y Marcelo. Varane, lesionado desde finales de febrero, se resinti¨® y pidi¨® el relevo. Carvajal, otro a la sombra, tuvo carrete. Para entonces, el Madrid, a hombros de Benzema, ya ten¨ªa fluidez. A la causa se sum¨® Isco, animado desde el inicio, lo contrario que Modric, extra?amente impreciso y aparcado poco despu¨¦s de la hora en beneficio de Kovacic. El Alav¨¦s se cerraba mucho mejor de lo que se expand¨ªa, m¨¢s c¨®modo sin el bal¨®n.
A los veinte minutos, el Madrid, con ritmo y soltura, ya hab¨ªa encadenado cuatro remates, todos desde fuera del ¨¢rea y sin que exigieran la intervenci¨®n de Pacheco. Se?al de que la trinchera del Alav¨¦s no es de plastilina. Hasta que Benzema, c¨®mo no, se asoci¨® dos veces con Carvajal. A la asistencia del lateral respondi¨® el franc¨¦s con un zurdazo a la red. Benzema, que ya ha marcado a los 31 adversarios en Liga a los que se ha enfrentado, hubiera merecido otro gol. En el inicio de la jugada estaba en fuera de juego, y en la finalizaci¨®n quiz¨¢ tambi¨¦n CR, en la trayectoria de la pelota. Si Benzema tuvo otro de esos d¨ªas para despejar malas caras en la grada, tambi¨¦n Kiko Casilla tuvo su relevancia. Con Keylor tambi¨¦n en la diana,?la lupa sobre el portero canterano, decidido en el juego a¨¦reo y sin mal de altura a la hora de actuar lejos de su zona.
Llegado el segundo tramo ya no hubo buenas noticias del Madrid. El equipo se desplom¨® durante un largo trecho de forma proporcional a la crecida de su rival. Los de Zidane perdieron el hilo, sus l¨ªneas se alargaron y perdi¨® de vista el bal¨®n. Ya ni Benzema era el mismo Benzema. Sus colegas, extraviados, ni le ten¨ªan en el radar. Desconectado el Madrid, el Alav¨¦s se solt¨® en ataque. Deyverson, Edgar y Manu Garc¨ªa se quedaron a un dedo del empate. Comenz¨® el mosqueo entre las gentes que poblaban Chamart¨ªn. Zidane se desga?itaba para que Bale retrocediera y equilibrara el medio campo con un 4-4-2. No hubo manera y el t¨¦cnico ech¨® el lazo a Lucas en detrimento de Benzema. El pagano de costumbre. Lo mismo da su repertorio anterior. Esta vez, el p¨²blico le despidi¨® con honores.
Con los cambios, el Madrid aplac¨® al Alav¨¦s y se ahorr¨® angustias finales. M¨¢xime cuando Isco acert¨® con un derechazo en posici¨®n muy escorada y Nacho puso el sello final al cazar un rechace del larguero tras un golpeo de falta sensacional de Bale. Despejados los fantasmas, por el Bernab¨¦u todos contentos y con Juanito en el latido general.
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