Alekhine, un genio para varias pel¨ªculas
La novela 'Teor¨ªa de las sombras' resume la tormentosa vida de un ajedrecista muy pol¨¦mico
Prisionero en Alemania durante la Primera Guerra Mundial. Expropiado y encarcelado por la Revoluci¨®n Rusa, e indultado dos horas antes de la ejecuci¨®n. Huy¨® de la URSS con una periodista suiza a la que luego abandon¨®. Residente en Par¨ªs, fue campe¨®n del mundo de ajedrez, perdi¨® el t¨ªtulo por alcoholismo y lo recuper¨®. Asombraba en exhibiciones a ciegas. Obligado o no, colabor¨® con los nazis. Y muri¨® misteriosamente en Estoril (Portugal). Es la procelosa vida de Alex¨¢nder Aliojin (1892-1946; m¨¢s conocido como Alekhine), sintetizada por Paolo Maurensig en la reciente novela Teor¨ªa de las sombras.
El prestigioso Maurensig (Gorizia, 1943) ha escrito la novela (publicada por Gatopardo) que yo quer¨ªa escribir, fascinados ambos desde hace lustros por la trepidante, conmovedora y tr¨¢gica vida de Aliojin. Y lo ha hecho muy bien, centrando la acci¨®n en los ¨²ltimos d¨ªas del campe¨®n en la coqueta ciudad de Estoril, y recordando desde all¨ª algunos de los pasajes m¨¢s asombrosos de la vida del protagonista. Adem¨¢s, Maurensig alimenta con habilidad la fundada sospecha de que Aliojin fue asesinado, aunque la polic¨ªa portuguesa se esforzase al m¨¢ximo en subrayar que la muerte fue por asfixia, provocada por un trozo de carne atascado en su garganta. Glosar con acierto en s¨®lo 212 p¨¢ginas una vida que da para varias pel¨ªculas tiene mucho m¨¦rito.
La maldad que, en mayor o menor medida, anida en todo ser humano podr¨ªa llevarme a destripar (no me resisto a abrir este par¨¦ntesis para mostrar mi irritaci¨®n por quienes caen en el papanatismo de decir o escribir ¡°hacer un spoiler¡± cuando esas tres palabras se pueden sustituir por destripar, reventar, revelar, desvelar, descubrir¡) la trama y el desenlace de Maurensig, en venganza por haberse adelantado a mi proyecto. Pero no caer¨¦ en tal bajeza.
De momento -el pr¨®ximo mi¨¦rcoles este blog volver¨¢ a referirse a Aliojin desde otra perspectiva-, basta decir que el controvertido campe¨®n del mundo fue un genio, y tambi¨¦n un hombre atormentado por algunas cosas que hizo y otras que pudo hacer, a pesar de que acumul¨® toneladas de gloria. Buena parte de su declive, antes de refugiarse en Estoril, transcurri¨® en la Espa?a franquista, donde era capaz de beberse una botella entera de co?ac mientras lograba un buen resultado en una exhibici¨®n de simult¨¢neas.
En el primer tomo de una obra monumental, Mis Geniales Predecesores (Ediciones Mer¨¢n, 2003, traducci¨®n de Antonio Gude), Gari Kasp¨¢rov resume as¨ª el cap¨ªtulo dedicado a Aliojin: ¡°El estilo de Alekhine es la personificaci¨®n de la agresividad psicol¨®gica. Descomunal preparaci¨®n previa, energ¨ªa explosiva en el tablero, ambici¨®n man¨ªaca de rematar al rival en virtud de una rica fantas¨ªa combinativa. Siempre asombroso, y tan parecido a la devastadora guerra en la sacudida Europa de mediados del siglo XX. En el ¨²ltimo momento, el p¨¦ndulo de la existencia de Alekhine oscil¨® a uno y otro lado: el nuevo campe¨®n sovi¨¦tico, Botv¨ªnik, lo ret¨® oficialmente a un duelo por la corona mundial. Sin embargo, el rey falleci¨® prematuramente, permaneciendo invicto¡±.
Sobre esa muerte, Maurensig recrea una vida muy dram¨¢tica y logra construir una novela que cualquiera puede disfrutar, aunque no tenga la menor idea de ajedrez. Porque adentrarse en las profundidades de la mente no requiere de conocimiento t¨¦cnico alguno.
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