Exhibici¨®n del Real Madrid B ante el Deportivo
El equipo de Zidane, con solo dos de los titulares frente al Barcelona, da un simposio de buen f¨²tbol en Riazor. Isco, tan arrebatador como laborioso, vuelve a liderar a los blancos
Por Riazor pas¨® la marabunta vestida de blanco. Un convoy de madridistas liderado por Isco dej¨® un rastro arrollador, muse¨ªstico. Seis goles, dos remates al poste y un sinf¨ªn de oportunidades, unas clar¨ªsimas y otras m¨¢s claras todav¨ªa. Por el camino, una fraternidad de equipo. Salvo Nacho y Marcelo, ninguno parti¨® contra el Bar?a el pasado domingo. Son los camaradas del segundo pelot¨®n y no es la primera vez, ni mucho menos, que se al¨ªan para dar un recital. En Galicia, como en otros escenarios, el supuesto Real Madrid B se exhibi¨® como no ha hecho en todo el curso el decretado Real Madrid A. Cuesta creer que con jugadores como los que desfilaron por A Coru?a alguien se empe?e en arriesgar m¨¢s de la cuenta con Bale.
No faltaron las virguer¨ªas, algunas para rebobinar y rebobinar con deleite. Con la pelota, el Madrid meti¨® mecha cuando deb¨ªa, puso pausa en el momento preciso. Las permutas de los de Zidane eran constantes. La gente lo mismo quer¨ªa el bal¨®n al pie que al espacio, en un sector y en otro. Tocaban y llegaban todos, salvo los dos centrales. A estos, Nacho y Varane, nunca les falt¨® el socorro con la pelota en botas ajenas. Es lo que tiene alinear a reclutas tan predispuestos al auxilio como Lucas, como este Isco que ya no reh¨²ye el tajo. Y Asensio, Kovacic... No hubo madridista que se hiciera el remol¨®n a su espalda. Todos se prestaron al tajo.
?Y el Deportivo? Fue un gui?apo durante 35 minutos, vapuleado antes de que a nadie le cayera una gota de sudor. Danilo le reba?¨® el bal¨®n a Kakuta, Isco enfil¨® a Morata, que a los 52 segundos de partido, con Arribas en Babia, bati¨® a Lux por el palo que m¨¢s defend¨ªa el meta argentino. A partir de tan madrugador gol, el ba?o fue sonado. Irrumpi¨® el Madrid m¨¢s sinf¨®nico de la temporada. Como la imaginaci¨®n y el buen gusto no conspira contra la eficacia, el cuadro de La Castellana mostr¨® tanto ingenio como consistencia. Laminado el Deportivo, bailaba Isco, bailaba James, bailaba Asensio, bailaba Lucas, bailaba Morata... As¨ª uno tras otro, con Danilo y Marcelo como ventiladores y Kovacic en el puesto de Casemiro, como ancla, el ¨²nico volante con posici¨®n fija. El croata no tiene el aplomo del brasile?o y le cuesta articular el juego, pero tiene una arrancada tan poderosa que le permite saltar trincheras adversarias y descorchar rivales. En ocasiones, tanta conducci¨®n le deja a la intemperie. En Riazor mantuvo el tipo.
Como el cuchillo a la mantequilla, el Madrid rajaba una y otra vez al conjunto de Pepe Mel. El Deportivo no daba con el dique por m¨¢s que tuviera dos pivotes como Berganti?os y Guillerme y tres medios por delante ¡ªtres zurdos, Carles Gil, ?olak y Kakuta¡ª. Isco y Asensio dispararon al poste izquierdo de Lux, que luego se interpuso en m¨¢s de una ocasi¨®n. El Madrid era un torrente de f¨²tbol.
En uno de esos sprints de Kovacic, que puso el turbo a pocos metros del ¨¢rea propia, el balc¨¢nico dej¨® a rueda a dos contrarios, conect¨® con James y este con Lucas, que asisti¨® el gol para el cafetero. Tic, tac, tic, tac... El Deportivo no cazaba ni moscas. El devenir del encuentro sonaba a masacre deportiva para el escuadr¨®n gallego. Solo encontr¨® respiro pasada la media hora, cuando Morata, con la pelota detenida y de frente a Lux estrell¨® el disparo en el rostro del guardameta, retirado luego tras el descanso. Ah¨ª lleg¨® el ¨²nico freno blanco en toda la noche. Pero, al contrario que en otras jornadas, cuando el equipo de Zidane se dilu¨ªa en muchas fases de un mismo choque, esta vez la p¨¢jara fue espor¨¢dica. Lo aprovech¨® Andone para recortar el marcador tras una jugada en la que Kakuta, con un disparo pifiado, descoloc¨® a todos. El Madrid no se demor¨® en recuperar el gobierno absoluto. Lo que tard¨® Isco en armar el jugad¨®n del d¨ªa, y eso que hubo unos cuantos. El malague?o, Nureyev con espinilleras, avanz¨® desde el costado izquierdo, despach¨® a dos enemigos. Cerca del balc¨®n del ¨¢rea le anudaron y cay¨® al c¨¦sped. Se aup¨® de inmediato y sali¨® del enredo con una ruleta pasmosa y tuvo vista para filtrar un pase a Marcelo, al que secund¨® Lucas V¨¢zquez para el broche final. Que el D¨¦por hubiera llegado al intervalo con 1-2 habr¨ªa sido un milagro.
No hubo rebajas tras el intermedio y James y Casemiro, que est¨¢n en d¨ªas de goleadores, m¨¢s Isco certificaron la brillant¨ªsima goleada. Hay otras que no siempre son derivadas del juego. En Riazor, al Madrid le fluy¨® todo y se dio un fiest¨®n. Con la segunda columna al frente, no hay quien racanee. A nadie se le advierte desesperado por las suplencias en los d¨ªas m¨¢s marcados del calendario. Todos quieren y dejan huella. No hay ahorros que valgan. Ante tanto m¨¦rito madridista nada debiera reprocharse el D¨¦por, medido por un rival se puso el frac y dio un simposio de f¨²tbol.
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