El Barcelona doma al Espanyol
El tridente azulgrana marca las diferencias en un partido serio y marcado por los errores blanquiazules
La euforia del cl¨¢sico del Bernab¨¦u se extendi¨® en el barcelonismo hasta el derbi de Cornell¨¤. No perdon¨® el Bar?a y se equivoc¨® el Espanyol. Jurado se confundi¨® de porter¨ªa, torpe al empezar ante Ter Stegen y asistente despu¨¦s de Luis Su¨¢rez, y el partido vir¨® irremediablemente hacia el lado del Barcelona. Los azulgrana hab¨ªan trabajado mejor el partido, estuvieron siempre muy serios y se afirmaron desde la necesidad de ganar para mantener sus aspiraciones de ganar el campeonato, nada que ver con los blanquiazules, que se batieron por un asunto de rivalidad, desplazados a la zona de an¨®nimos de la Liga.
No fue un derbi de artistas sino para esforzados como Luis Su¨¢rez, infalible en las cuestiones de honor, como la planteada en campo del Espanyol. Reapareci¨® el 9, volvi¨® a jugar Neymar y fue de nuevo decisivo Messi. A expensas del Madrid, el Bar?a ha recuperado la fe en el t¨ªtulo desde la convencionalidad o la ortodoxia, a partir del tridente, la f¨®rmula propia de Luis Enrique, nada del dichoso 3-4-3. La naturalidad y la regularidad parece que han vuelto al Camp Nou.
Al Bar?a, en cualquier caso, le cuesta entrar en juego, incluso cuando est¨¢ advertido y apremiado como anoche y sabe de la dificultad de enfrentar a equipos fuertes y organizados como el Espanyol. Muestra un cierto desaire, no de suficiencia ni superioridad, sino de confianza o puede que de falta de autoridad o igual de resignaci¨®n, la que se supone al equipo visitante en una cancha caliente como la de Cornell¨¤-El Prat. La intensidad blanquiazul se manifiesta en cada bal¨®n dividido, como comprob¨® Sergi Roberto nada m¨¢s empezar la contienda en un choque con Piatti, un bal¨ªn en el robusto plantel de S¨¢nchez Flores.
La presi¨®n alta del Espanyol dej¨® a Jurado ante Ter Stegen poco despu¨¦s de que sacara de centro el Bar?a. No atin¨® el volante y se pudo reponer el equipo azulgrana, estirado por el desborde de Neymar. Los barcelonistas encontraron un respiro por el costado del brasile?o, muy intervencionista y tambi¨¦n err¨¢tico en el tiro, despu¨¦s de que Busquets y Messi no precisaran el pase en corto y Ter Stegen tampoco conectara en largo con Luis Su¨¢rez. As¨ª que al Bar?a no le quedaba m¨¢s remedio que insistir en Neymar y aguardar a Messi.
El partido gir¨® mucho tiempo alrededor del 11. Neymar se ofrec¨ªa, incordiaba, atacaba, desbordaba y exig¨ªa mucho a la solidaria y bien puesta defensa del Espanyol. A veces le tiraban y en ocasiones se peleaba hasta que el ¨¢rbitro le pitaba falta, omnipresente el brasile?o en un equipo falto de ritmo y de profundidad, excesivamente impreciso, aunque tan intenso como el Espanyol. Andr¨¦ Gomes se present¨® entonces como un jugador seguro, m¨¢s presente que en jornadas anteriores, justificada su alineaci¨®n como volante en ausencia del lesionado Iniesta.
La velocidad de bal¨®n era demasiado baja en el ataque azulgrana para desestabilizar el sistema de contenci¨®n del Espanyol. Los centrales blanquiazules cerraban muy bien su zona y apenas hab¨ªa noticias de Messi. La igualdad era m¨¢xima y escaseaban las ocasiones, los remates, las jugadas en las ¨¢reas despu¨¦s del intercambio de remates iniciales entre Jurado y Neymar y un cabezazo fuera de foco de Sergi Roberto.
Abierto como estaba desde que pit¨® Undiano Mallenco, el encuentro exig¨ªa una concentraci¨®n extrema, incluso a los centrocampistas m¨¢s finos, jugadores de la clase de Jurado. El interior se confi¨® en exceso en el flanco derecho del campo y cedi¨® la pelota hacia atr¨¢s, a la zona de nadie, donde se supone que estaban Reyes y David L¨®pez. Un toque sin ton ni son que habilit¨® sin querer a Luis Su¨¢rez. Est¨¦ril en los ¨²ltimos cinco partidos, incapaz de acabar el f¨²tbol de sus compa?eros, incluso de asociarse con Messi, el uruguayo penaliz¨® sin pesta?ear el fallo de Jurado con un tiro imposible para Diego L¨®pez.
El gol enrabiet¨® al Espanyol, muy bien refrescado con el cambio de Leo Baptistao, y descoloc¨® al Barcelona. El arrebato blanquiazul fue continuo ante un rival que no sabe qu¨¦ hacer sin el bal¨®n, salvo buscar a Messi o hacer correr a Neymar, tan el¨¦ctrico como desacertado en el punto y final, turbado ante buenos porteros como Diego L¨®pez.
El Barcelona ha perdido paciencia y control de juego, m¨¢s a gusto en la presi¨®n que la elaboraci¨®n, entregado al poder¨ªo de Piqu¨¦, omnipresente en el juego a¨¦reo, y a la presencia de Messi. A veces no hace falta que el 10 juegue sino que alcanza con aguardar a que se muestre, a dar fe de vida, ¨²nico en la percepci¨®n del gol como se vio en el 0-2. Atento a la hiperactividad de Neymar, Messi tom¨® el cuero del brasile?o y no se par¨® hasta asistir a Rakitic. Y Luis Su¨¢rez meti¨® tambi¨¦n el 0-3 despu¨¦s de una pifia de Aar¨®n.
El Espanyol se desquici¨® cuando advirti¨® que no se descompon¨ªa el Bar?a. No acostumbran a fallar los azulgrana en la dificultad, fuertes con los fuertes y d¨¦biles con los d¨¦biles en la Liga, vencedor del cl¨¢sico y del derbi, dispuesto a batirse en un mano a mano final con el Madrid. La tensi¨®n es m¨¢xima y a los rivales de ambos les cuesta aguantar a la presi¨®n, o as¨ª lo pareci¨® con el Espanyol, domado por un buen Barcelona.
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