La federaci¨®n de gimnasia domestica el parkour
El organismo internacional aprueba la creaci¨®n de una nueva disciplina deportiva inspirada en esta pr¨¢ctica urbana
Se mueven como ninjas por las entra?as de la ciudad. No son realmente atletas o gimnastas, aunque compartan sus cualidades. Son traceurs y practican parkour, una disciplina que consiste en desplazarse utilizando los obst¨¢culos urbanos o naturales trepando, saltando, corriendo y empleando libremente los movimientos del cuerpo. La Federaci¨®n Internacional de Gimnasia (FIG), que ha detectado una oportunidad para acercarse al p¨²blico joven, ha anunciado esta semana la creaci¨®n de una nueva disciplina, a¨²n sin nombre, inspirada en esta pr¨¢ctica con dos formatos: una prueba de obst¨¢culos contrarreloj y otra de estilo libre, donde los competidores realizan un recorrido artificial con movimientos puntuados por jueces.
La primera prueba, con el apoyo de la FIG, se realizar¨¢ en Montpellier, Francia, el 28 de mayo dentro del Festival Internacional de Deportes Extremos (FISE). All¨ª asistir¨¢n representantes del Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional para captar tendencias para los Juegos de Tokio 2020.
Es en Francia donde se encuentran las semillas del parkour, concretamente en los suburbios parisinos de Lisses y Evry, en los dibujos urbanos que persegu¨ªan la ut¨®pica idea de la integraci¨®n social. Sus edificios, a veces desnudos, acoplados en distintos niveles de altura, serv¨ªan de correcalles perfectos para un grupo de adolescentes de origen multi¨¦tnico que a principios de los noventa decidieron ir en l¨ªnea recta cuando el consenso social suger¨ªa que se diera un rodeo. Saltaban de tejado en tejado, de balc¨®n en balc¨®n o bien deambulaban como funambulistas por las cornisas de los edificios realizando lo que ellos conoc¨ªan como el arte del desplazamiento.
Estos j¨®venes aplicaban el llamado m¨¦todo natural de Georges H¨¦bert, oficial de la marina, un entrenamiento cuya m¨¢xima es "estar fuerte para ser ¨²til" y que cre¨® a principios del siglo XX despu¨¦s de observar durante sus viajes los movimientos de tribus ind¨ªgenas y la facilidad que ten¨ªan para desplazarse por zonas con obst¨¢culos. El m¨¦todo natural lleg¨® de alguna manera a David Belle y lo inspir¨®. Seg¨²n ha contado en varias entrevistas, su padre, Raymond, un bombero y soldado criado en la Indochina francesa, fue quien le ense?¨® los fundamentos que le sirvieron para luego, junto a un grupo de amigos, sentar las bases del arte del desplazamiento y, m¨¢s adelante, el parkour. Ese grupo de amigos se hizo llamar Yamakasi y algunos de sus miembros acabaron protagonizando la pel¨ªcula hom¨®nima de 2001 escrita por el cineasta franc¨¦s Luc Besson y que populariz¨® el parkour en todo el mundo.
Lleg¨®, por ejemplo, a la industria del videojuego, que se ha fijado en los movimientos de los traceurs para la animaci¨®n de sus personajes. Tambi¨¦n al cine comercial: el propio Belle dirigi¨® su carrera hacia el cine como actor y especialista en escenas de acci¨®n mientras que su amigo Sebastian Foucan, miembro fundador de Yamakasi y creador del freerunning, una evoluci¨®n del parkour con acrobacias, protagoniz¨® en 2006 una escena de persecuci¨®n junto a Daniel Craig en Casino Royale, de James Bond, en la que trepaba por una gr¨²a y saltaba desde su c¨²spide.
Eso, saltar por edificios y tejados, no es realmente parkour, alertan muchos traceurs, que quieren preservar la disciplina como una pr¨¢ctica segura. "Subir a un sitio alto y hacer una foto no es parkour, es adrenalina", sugiere Rub¨¦n, Rubis, del grupo de traceurs Galizian Urban Project (GUP), que suele entrenarse en el barrio de los Rosales de A Coru?a. "El peligro es relativo, a?ade. Si vas con cabeza y antes de saltar cinco metros haces un mill¨®n de saltos de cuatro¡ Es un entrenamiento f¨ªsico y mental, mental sobre todo en altura", abunda. "Que me vean encima de un edificio y me digan que estoy loco, pero es lo que libera. Tengo cabeza y edad", replica Sergio Steel, tambi¨¦n de GUP, que ha conquistado espacios imposibles en Santorini, Sao Paulo o Lisboa, donde se desliz¨® por el Puente 25 de abril. "Somos enamorados de las vistas", asevera.
La decisi¨®n de la federaci¨®n de gimnasia ha levantado muchas suspicacias entre la comunidad de traceurs. Por un lado, ha chocado con Parkour UK, el ente regulador del parkour en Reino Unido ¡ªel primer pa¨ªs que lo reconoce como deporte¡ª que ha acusado a la FIG de apropiaci¨®n indebida. Y por otro, tambi¨¦n se ha encontrado con el temor de aquellos que quieren preservar el parkour como una disciplina no competitiva. "Creo que al final habr¨ªa gente que solo ir¨ªa a competir, a por el premio, tomando riesgos innecesarios", defiende Eduardo Arocha, miembro de la Asociaci¨®n Madrile?a de Parkour, que difunde la disciplina e imparte clases. Sus integrantes se mueven sobre todo por la zona de Azca, en Nuevos Ministerios, entre los ¨¢rboles, bancos y desniveles que encuentran en los espacios que dejan los grandes edificios de la zona.
Steel defiende esos mismos principios en contra de la competici¨®n. Asegura, sin embargo, que este rechazo b¨¢sicamente solo se da en Espa?a y que fuera los traceurs no son tan categ¨®ricos. ?l mismo ha participado en competiciones de?freerunning, como el Red Bull Art of motion, donde ahora ejerce de juez y adem¨¢s organiza desde 2015 el festival Vigo Street Stunts, otra variante del universo parkour, con acrobacias, que este a?o se celebra en septiembre.?
La FIG ha buscado apoyos como el del Movimiento Internacional de Parkour, Freerunning y Arte del desplazamiento para realizar la prueba de Montpellier. De hecho, antes de anunciar la decisi¨®n, el presidente Morinari Watanabe estuvo en Lisses para conocer los or¨ªgenes del parkour.? "La colaboraci¨®n entre Movimiento y la FIG asegura un enlace positivo entre las competiciones de obst¨¢culos y la pr¨¢ctica original del parkour, por definici¨®n una actividad no competitiva", asegur¨® Charles Perri¨¨re, presidente de Movimiento, durante la visita de Watanabe, seg¨²n recoge un comunicado de la federaci¨®n, en el que se subraya que la FIG no solo se centra en disciplinas competitivas.
¡°Es una oportunidad para que la gimnasia capte m¨¢s practicantes¡±, asegura el presidente de la federaci¨®n espa?ola, Jes¨²s Carballo, que en febrero asisti¨® al comit¨¦ ejecutivo de la FIG en el que se puso en marcha todo el proceso. "Una vez abierto este camino hay que empezar a trabajarlo y a desarrollarlo para hacerla una modalidad de la federaci¨®n como el resto. En Espa?a tenemos que contactar con la gente que lo practica", contin¨²a, "se trata de conservar y mantener la esencia de este deporte".
¡°En Espa?a cada vez hay m¨¢s gente que lo practica. Es el pa¨ªs que he visitado con los mejores sitios para el parkour¡±, asegura Alberto G¨®mez, traceur espa?ol y profesor de parkour en Alcobendas. ¡°Los que llevamos m¨¢s de seis a?os nos conocemos casi todos, pero ahora, cuando vas a una RT [Reuni¨®n de Traceurs convocadas por las redes sociales] vienen 300 personas que no has visto en tu vida¡±, cuenta.
Con el tiempo, estos tracerus se han convertido en verdaderos atletas. G¨®mez lo es por partida doble, ya que est¨¢ becado para entrenarse en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid como pertiguista. Sus condiciones f¨ªsicas le permiten saltar m¨¢s de cinco metros de un obst¨¢culo a otro. ?l tambi¨¦n defiende el car¨¢cter no competitivo del parkour, pero plantea un dilema: "Mi sue?o, como el de cualquier deportista, es ser ol¨ªmpico. Es lo mejor que me podr¨ªa pasar en la vida, pero en p¨¦rtiga. No s¨¦ si ir¨ªa con la misma mentalidad si fuera con el parkour. A¨²n as¨ª, habr¨ªa que tener mucha sangre fr¨ªa para decir que no a unos Juegos".
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