Froome, atropellado a prop¨®sito: ning¨²n ciclista est¨¢ a salvo

El ciclismo es el deporte m¨¢s democr¨¢tico. Como si cualquiera con una entrada al Bernab¨¦u o al Camp Nou pudiera saltar al c¨¦sped al pelotear antes de un Cl¨¢sico, cualquier aficionado al ciclismo puede ascender en bicicleta el puerto de monta?a por el que minutos despu¨¦s sus campeones m¨¢s admirados se jugar¨¢n el Tour o la Vuelta. De la misma manera, rec¨ªprocamente, cualquier ciclista que se entrena, hasta el mejor del mundo, comparte con el aficionado an¨®nimo que se pasea en bicicleta los mismos peligros en la carretera, donde no goza de ninguna protecci¨®n por ser quien es. Ni siquiera Chris Froome.

Unas semanas despu¨¦s de la muerte del italiano Michele Scarponi, que choc¨® contra una furgoneta cuyo conductor no hab¨ªa respetado su prioridad de paso, el ingl¨¦s ganador de tres Tours ha denunciado hoy martes la agresi¨®n a manos de un conductor que lanz¨® intencionadamente su coche contra ¨¦l y lo persigui¨® hasta en la acera. El ciclista result¨® ileso, pero su Pinarello qued¨® destrozada, como atestigua la fotograf¨ªa con que Froome acompa?¨® su denuncia en Twitter. El incidente tuvo lugar en el sur de Francia, en Beausoleil, en una carretera cercana a M¨®naco, donde el l¨ªder del Sky vive. El conductor agresor, a?adi¨® Froome, se dio a la fuga.

Los corredores, cuyo cuerpo es la carrocer¨ªa del veh¨ªculo con el que comparten asfalto con coches, camiones, tractores y cosechadoras, ya no solo son v¨ªctimas de accidentes inevitables en la carretera por despistes (como el que sufri¨® en enero de 2016 todo el equipo Giant, atropellado en Alicante por una conductora inglesa que circulaba por la izquierda) o de atropellos por parte de conductores en estado de ebriedad o bajo el efecto de las drogas, tambi¨¦n son el blanco de la agresividad de ciertos conductores, que llegan hasta a derribarlos intencionadamente. ¡°As¨ª es¡±, dice el exciclista Pedro Delgado, quien, a?os despu¨¦s de ganar el Tour y un par de Vueltas sigue saliendo en bicicleta por la carretera. ¡°He notado que cada vez hay m¨¢s respeto a los ciclistas por parte de los conductores, pero al mismo tiempo hay una agresividad mucho m¨¢s alta que la que hab¨ªa antes por parte de algunos. Antes lo normal era que te agobiaran a claxonazos y te obligaran casi a pararte para dejar pasar a los coches y te insultaran. Ahora los hay que se echan encima, cierran el paso o hasta se bajan del coche para pegar al ciclista¡±.

En agosto pasado, el medallista ol¨ªmpico en pista Jos¨¦ Antonio Escuredo se estaba entrenando para los Juegos Paral¨ªmpicos, donde quer¨ªa ser piloto de t¨¢ndem, cuando pocos minutos despu¨¦s de discutir con un taxista en marcha al que recriminaba no guardar la distancia de seguridad se vio de repente en el suelo, atropellado por el taxista con su coche. Acab¨® en el hospital con varias costillas rotas y un pulm¨®n perforado. La ¨²ltima semana de abril, el ciclista franc¨¦s Yoann Offredo fue agredido por un conductor y su acompa?ante que frenaron delante de su bicicleta y le atacaron con un cutter y un palo de escoba despu¨¦s de haber mantenido una discusi¨®n a gritos porque el conductor cre¨ªa que una carretera no era lugar para un ciclista.

Cuando sale a entrenarse en Colombia, a Nairo Quintana le abre paso un polic¨ªa en motocicleta que regula el tr¨¢fico en los cruces y mantiene a distancia de seguridad a los coches que le adelantan. Detr¨¢s, un empleado de Telef¨®nica Colombia cierra la marcha en un coche. Muchas veces cuando lo cuenta, a Nairo le llaman exagerado o le dicen que lo hace para evitar atracos porque, creen, Colombia es muy peligrosa. En Europa muy pocos profesionales salen con ese tipo de protecci¨®n a entrenarse, aunque la ley se lo permite. ¡°Cualquier ciclista, aunque vaya uno solo, puede llevar detr¨¢s un coche de protecci¨®n, as¨ª lo recoge el reglamento de tr¨¢fico¡±, explica el excorredor Jos¨¦ Luis de Santos, presidente del sindicato de ciclistas profesionales de Espa?a. ¡°El coche deber llevar una luz giratoria en el techo y un cartel en la baca con el texto de ¡°atenci¨®n, ciclista en la carretera¡±.

¡°Yo nunca llev¨¦ protecci¨®n¡±, recuerda Delgado. ¡°Y ahora solo he visto a alguno con escolta, muy poquitos. ¡°Quiz¨¢s hacerlo, aunque nos proteja, significa tambi¨¦n que renunciamos a nuestro derecho a circular libremente por la carretera¡±.