Aparece el 10 y se le perdona todo al Barcelona
Muchas historias azulgrana acaban en la Copa, un b¨¢lsamo frente a las calamidades
Hay torneos que parecen hechos a medida de algunos equipos, en la precariedad y en la abundancia, y la Copa es la competici¨®n por excelencia del Bar?a, el m¨¢s veces finalista (39) y campe¨®n (29), ganador de las tres ¨²ltimas ediciones con la de ayer en la despedida del Calder¨®n. Muchas historias azulgrana empiezan o acaban en la Copa, no solo las m¨¢s ¨¦picas, como la de 1928, la Oda a Platko, o la de las botellas en 1968, cuando el m¨¦s que un club, sino tambi¨¦n las m¨¢s l¨ªricas, pocas como la de Mestalla en 1990. Cruyff salv¨® entonces su cabeza en un c¨¦lebre partido contra el Madrid. Guardiola inici¨® y concluy¨® su carrera como t¨¦cnico barcelonista con la Copa. Y Luis Enrique se despidi¨® como entrenador azulgrana con su tercera Copa.
Los triunfos son ¨²ltimamente m¨¢s f¨¢ciles con Messi, incluso en las condiciones m¨¢s desfavorables, cuando se suceden los pleitos judiciales, hay un expresidente preso, el club tambi¨¦n ha sido condenado, el entrenador anunci¨® que se iba, el capit¨¢n no renueva y el contrato del propio Messi est¨¢ pendiente de ser cerrado por un presidente petrificado como Bartomeu. El encuentro parec¨ªa una penitencia para el Bar?a, tan da?ado, manso y poco entusiasta que por una vez a nadie pareci¨® importarle en Madrid que su hinchada pitara el himno y al Rey. La caravana de la gent blaugrana era menos numerosa que en ediciones anteriores y se apreciaba una cierta pereza o desgana en la afici¨®n, excepci¨®n hecha de la legi¨®n de seguidores de Messi.
Aparece el 10 y se le perdona todo al Bar?a. Nada afecta al depredador Messi, m¨¢s presente que nunca en un momento muy delicado para la instituci¨®n, tan pendiente de la Copa como de la final de Cardiff. Messi le dio contenido y grandeza a un partido dif¨ªcil de jugar para el Barcelona porque, a pesar de todas las calamidades, se le daba la victoria por descontada ante el Alav¨¦s.
Muchos de los encuentros del Bar?a tienen el mismo guion, tambi¨¦n la final de Copa. El de anoche fue todav¨ªa m¨¢s exagerado porque el Alav¨¦s defendi¨® muy atr¨¢s, agrupado y con la pierna fuerte, reincidente en las faltas t¨¢cticas, pendiente de que los azulgrana se perdieran, se equivocaran, resbalaran o concedieran una transici¨®n, vulnerables como son en el repliegue los muchachos de Luis Enrique. El Bar?a tambi¨¦n aguarda siempre de forma paciente a que aparezca Messi.
A veces la espera se hace eterna, el f¨²tbol barcelonista se vuelve tan ret¨®rico en la elaboraci¨®n que parece aborrecer el partido mientras el adversario amenaza, corre, y chuta al palo, como Iba. Los azulgrana, sin embargo, juegan con ventaja porque habitualmente el 10 aparece puntual para marcar las diferencias, con un gol (1-0) una jugada majestuosa (3-1) rematada por Alc¨¢cer o una maniobra de distracci¨®n (2-1).
A partir de las selectivas intervenciones de Messi, la final result¨® muy f¨¢cil y sencilla para el equipo azulgrana y para su entrenador, que hasta pudo dar salida a Aleix Vidal, Nadie habl¨® de lesiones (Mascherano) ni de los ¨¢rbitros (sancionado Su¨¢rez) ni de los errores estructurales (tuvo que jugar de lateral Andr¨¦ Gomes). La trayectoria barcelonista ha sido ejemplar en la Copa, toda una suerte para el Athletic, que podr¨¢ participar en la Liga Europa mientras Valverde recala ma?ana en el Camp Nou. No fall¨® el equipo en la despedida de Luis Enrique, ganador de 9 t¨ªtulos sobre 13. Lucho comprendi¨® el poder de Messi el d¨ªa de Reyes de 2015 y desde entonces ha sido su fiel defensor: ya son 700 partidos en total, 30 trofeos y 25 goles en 26 finales con el Bar?a.
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