Guadalajara le canta una serenata a sus Chivas antes de la final de la liga

Leopoldo Garc¨ªa y sus hijos cruzan los dedos para que no les estafen. Han viajado desde Los ?ngeles, California a Guadalajara con el anehlo de encontrar boletos en la reventa para la final Chivas contra Tigres. Ellos tienen el celular en mano mientras toman fotografias, hacen una videollamada para ense?ar un poco de la serenata por la tarde que le han llevado los hinchas a los futbolistas de las Chivas a las afueras del hotel.

Al se?or Garc¨ªa, un trabajador de un parque p¨²blico, le prometieron unas entradas en 300 d¨®lares. "Nos ofrec¨ªan la renta de un palco en el estadio por 150.000 pesos. Nosotros estamos viendo si nos venden los otros, los sencillos", comenta Leopoldo Garc¨ªa, un mexicano que abandon¨® su natal Ciudad Guzm¨¢n, Jalisco para conseguir trabajo en Estados Unidos. Junto con su familia se tom¨® el fin de semana para apoyar al club de su padre.

"Ni la selecci¨®n de M¨¦xico despierta lo que despierta Chivas. Chivas es M¨¦xico. En la selecci¨®n juegan naturalizados, aqu¨ª puro mexicano", menciona Garc¨ªa vestido con una bermuda y una camiseta blanca del Guadalajara. Uno de sus sobrinos, Luis Ricardo de la Rosa, tuvo que esperarse 14 horas para conseguir un vuelo hacia M¨¦xico. ?l naci¨® en Los ?ngeles, una sucursal para los mexicanos y latinos. Desde peque?o ve¨ªa en el televisor el f¨²tbol mexicano. "Mi pap¨¢ era chivista. Yo ten¨ªa como unos 10 a?os y... Te lo voy a decir: yo le iba al Am¨¦rica", comenta entre risas y a?ade "un d¨ªa me llev¨® a un partido y ah¨ª me enamor¨¦ de las Chivas".

"Como nosotros hay muchos. Nosotros estamos esperanzados porque nos prometieron unos boletos, supuestamente nos lo van dar ahora", alza la voz entre el barullo que generan los hinchas rojiblancos. "?Reba?o querido, pronto vamos a volver a ser campe¨®n!", vociferan en conjunto desde oficinistas, adolescentes y veteranos. Los jugadores, como ha sido tradici¨®n en los ¨²ltimos meses, han salido de su guarida y han compartido los c¨¢nticos con los suyos incluso el entrenador, Mat¨ªas Almeyda, ha sido parte de los festejos.

Los aficionados est¨¢n a la espera de que sus jugadores salgan para lanzar una r¨¢faga de fotograf¨ªas desde sus m¨®viles, estirar los brazos para que les firmen las camisetas y, los afortunados, logran hacerse una selfie. "Nosotros nos quedamos en el mismo hotel que ellos y nos firmaron una playera, aqu¨ª la de Pineda, la de Pulido...", apunta con su dedo Leonardo, uno de los mexico-americanos que suspira por entrar al estadio.

Gabriela Vargas da de saltos y palmadas al ritmo de "?dale, dale, dale, reba?o!". Ella, junto con sus sobrinas y hermanas, iba a una exposici¨®n de m¨²sica hasta que se toparon con la reuni¨®n de los aficionados del Guadalajara."Este es el ¨²nico equipo mexicano. Si a Chivas le va bien a M¨¦xico tambi¨¦n. Es un reflejo. Vas a nuestro estadio y te encuentras a todas las clases sociales, por eso nos llaman chiva-hermano, porque no hay distinci¨®n", comenta.

En la ciudad de Guadalajara el juego no se podr¨¢ ver en la televisi¨®n abierta, s¨®lo en la restringida, por Internet o, en el mejor de los casos, desde el estadio. Eso ha provocado que las restaurantes y bares sean los puntos de reuni¨®n.Las autoridades locales permitir¨¢n que en la Minerva, el lugar donde celebran los rojiblancos, se siga el juego.

En la cantina La Fuente, uno de los establecimientos tradicionales, Jos¨¦ Maximiliano, uno de los fervientes aficionados, define al reba?o, a su equipo, como la tercer religi¨®n de M¨¦xico. "La primera es la cat¨®lica con la Virgen de Guadalupe, luego est¨¢ el culto a Pedro Infante y luego las Chivas". A un costado de una Iglesia venden toda suerte de crucifijos, cuadros b¨ªblicos y tambi¨¦n im¨¢genes con el escudo del equipo local. "No quiero irles a llevar serenata, quiero que ganen la liga", concluye el hombre que trae una cruz encima de su camiseta roja y blanca.