Cuando Tiger abr¨ªa un campo de golf al d¨ªa
El n¨²mero de golfistas y de lugares de juego desciende en EEUU desde que se inici¨® el declive de Woods
Para entender lo que significa Tiger Woods se puede hablar de Jay Don Blake y Heath Slocum. Blake, estadounidense, fue el golfista n¨²mero 100 del mundo al final de 1995, el ¨²ltimo a?o antes de que Tiger se hiciera profesional y cambiara la historia. Ese curso, Blake gan¨® 333.000 d¨®lares. Slocum, tambi¨¦n estadounidense, fue el n¨²mero 100 al final de 2008, el a?o en el que Woods logr¨® el ¨²ltimo de sus 14 grandes. Se embols¨® 1,5 millones, cinco veces m¨¢s que Blake. En ese periodo, el dinero en premios que reparti¨® el circuito estadounidense pas¨® de 100 a 292 millones. Los golfistas con m¨¢s de un mill¨®n en ganancias se multiplicaron por 10¡
El golf est¨¢ dividido en antes y despu¨¦s de Tiger. Seguramente nadie ha impulsado un deporte como lo hizo Woods en cada detalle: la preparaci¨®n f¨ªsica, t¨¦cnica y mental, los ingresos televisivos, el patrocinio¡ Woods se invent¨® el golf profesional. Ya no era un juego sino un deporte global. De esa huella se beneficiaron las generaciones posteriores. De ah¨ª que ahora, con Tiger humillado despu¨¦s de su detenci¨®n por conducir en malas condiciones, el mundo del golf pida respeto para su dios.
¡°?Por qu¨¦ no ayudarlo de la misma manera que ¨¦l nos inspir¨®?¡±, pregunta el alem¨¢n Martin Kaymer, ex n¨²mero uno. ¡°Es asqueroso que la gente le patee cuando todav¨ªa est¨¢ en el suelo. ?l inspir¨® a ni?os, a adolescentes, nos inspir¨® a todos. Queremos verle feliz y volviendo a jugar¡±. Jack Nicklaus, el hombre de los 18 grandes a quien Tiger quer¨ªa batir, tambi¨¦n se alista a su lado: ¡°Soy su amigo. Me siento mal por ¨¦l. Necesita el apoyo de mucha gente. Y yo ser¨¦ uno de ellos¡±.
¡°Quiero pensar que ya ha tocado fondo¡±, comenta Gonzalo Fern¨¢ndez-Casta?o, que tambi¨¦n vive en Florida. ¡°Los grandes campeones se ven en la adversidad. Es momento de estar agradecidos a Tiger y darle nuestro apoyo, no machacarle. Da pena ver los v¨ªdeos. Hay que poner en perspectiva todo lo que ha hecho por el golf y por el deporte. Ha sido y es un referente. Deseamos que vuelva. Quienes le hemos visto en plenitud sabemos que es ¨²nico. Es de largo el mejor. Jugaba a otra cosa. No estaba al alcance. Ojal¨¢ vuelva porque el golf sin ¨¦l no es lo mismo. Los torneos son diferentes, el ambiente. Ten¨ªa esa aura especial¡±.
El golf no es lo mismo, no. De 1995 a 2008, en Estados Unidos se abrieron 4.000 campos nuevos de golf. Es decir, casi un campo inaugurado cada d¨ªa durante la ¨¦poca de Tiger. Y el 30% de los campos construidos en toda la historia del pa¨ªs. El n¨²mero de jugadores salt¨® de los 24 millones de ese a?o anterior a su llegada a los 30 millones en 2005, con Woods en la cumbre. Pero desde que dej¨® de ser el mejor¡ El a?o pasado el n¨²mero de campos en EE UU baj¨® en 143. La cifra de jugadores ha vuelto a niveles de hace 20 a?os. Seg¨²n la National Golf Foundation, 200.000 personas de 35 a?os o menos dejaron en 2016 de jugar al golf. La cantidad de rondas disputadas fue la m¨¢s baja desde 1995.
El efecto Tiger se ha diluido. A los 41 a?os, el f¨ªsico le tortura. Ha sido operado cinco veces de la rodilla izquierda y cuatro de la espalda. Hoy no puede jugar. Lleva a sus dos hijos al colegio y dice que ¡°no hay prisa¡± por volver. No hay rastro del jugador que fue. ¡°Es muy triste lo que le ha pasado a Tiger¡±, explica Robert Lusetich, autor de un libro sobre Woods. ¡°Fue una vez el deportista que ten¨ªa m¨¢s control sobre s¨ª mismo y ahora lo ha perdido. Creo que tiene un problema con las pastillas contra el dolor¡±. En 2009, cuando se desat¨® el esc¨¢ndalo de infidelidades que cambi¨® su vida y su carrera, la mujer de Tiger dijo a la polic¨ªa que tomaba Vicodin, un calmante, y Ambien, para dormir. ¡°Tiger perdi¨® pie psicol¨®gicamente. La adicci¨®n a los opi¨¢ceos es un problema muy grave en Am¨¦rica. Es muy f¨¢cil conseguir calmantes y ¨¦l ha tenido tantas operaciones que es m¨¢s sencillo para ¨¦l que un doctor se los recete. Ya vimos lo que pas¨® con Michael Jackson y Prince. Lo que ha pasado con Tiger es un grito de ayuda. Deber¨ªa estar en rehabilitaci¨®n. No necesita a abogados ni a su representante minimizando el da?o p¨²blico a su imagen. Es demasiado tarde para eso. Todo el mundo ha visto la foto policial. Espero que no sea as¨ª como le recordemos¡±.
Tiger fue n¨²mero uno 683 semanas. M¨¢s que los cinco siguientes en la clasificaci¨®n juntos (Norman, Faldo, McIlroy, Ballesteros y Donald). Hoy est¨¢ en el puesto 876. ¡°Yo pensaba que iba a volver y arrasar de nuevo¡±, dice Sergio G¨®mez, mano derecha de Chema Olaz¨¢bal y una enciclopedia del golf. ¡°Es 10 veces el mejor que he conocido, por su fuerza moral, capaz de ganar un grande con la pierna colgando. Pero ese jugador que lleg¨® con un 7% de grasa y que llev¨® a los dem¨¢s al gimnasio se ha visto mal f¨ªsicamente y eso ha conducido a lo otro. Se ha quedado solo y no lo ha superado. Ahora, cada d¨ªa que pasa es como un a?o para no volver¡±.
Tiger hizo del golf lo que es hoy. El golf quiere devolverle al menos una parte.
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