Garbi?e Muguruza y Venus Williams, el ayer y el ma?ana
La hispano-venezolana, llamada a protagonizar el futuro, aborda a la pentacampeona de Wimbledon en su fase crepuscular. Con 23 a?os aspira a levantar su segundo Grand Slam en su tercera gran final
Cuando Garbi?e Muguruza naci¨®, Venus Williams ya ten¨ªa 13 a?os; cuando la estadounidense alz¨® su primer Grand Slam, a los 20, la primera apenas hab¨ªa comenzado a empu?ar la raqueta y justo aterrizaba en Barcelona para emprender su aventura; y cuando la norteamericana, 37 primaveras actualmente, hab¨ªa conquistado ya siete grandes ¨Ccinco t¨ªtulos de Wimbledon y dos del US Open¨C, la joven a la que los entendidos apuntan como una de las potenciales dominadoras del futuro era una adolescente de 14 a?os que ve¨ªa algunos de los partidos de Williams por la televisi¨®n. ¡°S¨ª, recuerdo algunos de ellos¡±, reconoce Muguruza, ¡°pero no suelo verlos completos porque, ya sabes, soy tenista, y con un poco es suficiente¡±.
Hoy (15.00, Movistar+ Deportes y #0), ambas se encuentran frente a frente en la final de Wimbledon, con la una de ida y la otra de vuelta, en la representaci¨®n de un choque generacional que ofrece un cierto paralelismo con el que protagonizaron Conchita Mart¨ªnez y Martina Navratilova en 1994. Entonces, la aragonesa ven¨ªa de vencer a la estadounidense en la arena de Roma; ten¨ªa 22 a?os, uno menos que Muguruza, y su rival 37, exactamente los mismos con los que competir¨¢ esta tarde la mayor de las hermanas Williams, que ¨²nicamente ha perdido un duelo con Muguruza, curiosamente este a?o en Roma.
¡°S¨ª, s¨ª, ya lo he pensado, pero es pura coincidencia¡¡±, indica Conchita, que aquel a?o se convirti¨® en la segunda espa?ola que consegu¨ªa inscribir su nombre en el hist¨®rico del grande brit¨¢nico, despu¨¦s de que lo hiciera Manolo Santana (1966); luego triunf¨® Rafael Nadal, en dos ocasiones (2008 y 2010), y ahora es Muguruza la que aspira a dejar su huella para siempre en el santuario londinense. ¡°Las dos tenemos las mismas oportunidades¡±, dec¨ªa ayer Garbi?e; ¡°me veo con m¨¢s chances ahora que hace solo cinco d¨ªas. Solo quiero salir a la pista y pensar que puedo ganar, como lo pienso siempre. Debo cre¨¦rmelo¡±.
Ayer, las dos finalistas se cruzaron en el ¨¢rea de entrenamientos. Muguruza acababa de finalizar su sesi¨®n en la pista 11 y Venus se dispon¨ªa a comenzar la suya en la 9. No hubo siquiera una mirada, ni un adem¨¢n de saludarse. ¡°Me sorprende que todav¨ªa siga jugando, que con todo lo que ha conseguido tenga la motivaci¨®n de jugar, de seguir yendo a los torneos¡±, incid¨ªa Muguruza con el mismo gesto contenido de estas dos semanas en Londres; ¡°lo que m¨¢s me sorprende es eso, el hambre que tiene todav¨ªa. Yo a su edad no me imagino as¨ª, no me imagino a los 37 a?os jugando a ese nivel¡¡±.
El servicio y la movilidad, claves
Asoma Williams con toda la historia lleva impl¨ªcita su apellido, con su saco de trofeos y el embrujo que le acompa?a cuando salta a la central de Wimbledon. Sin embargo, la veterana est¨¢ lejos de la campeona de hace una d¨¦cada. A excepci¨®n de la semifinal que firm¨® el a?o pasado en el torneo brit¨¢nico y de la final que alcanz¨® este a?o en Australia, hab¨ªa desaparecido pr¨¢cticamente del radar de los Grand Slams en los ¨²ltimos seis a?os. Desde entonces, ning¨²n resultado rese?able en los grandes escenarios, aunque ha sabido sacar partido al vac¨ªo jer¨¢rquico del circuito para encontrar un espacio propio.
Ya no es la misma. Es lenta, sufre en los desplazamientos y desde el plano f¨ªsico intenta abreviar al m¨¢ximo los partidos. Pese a ello, interpreta el juego de f¨¢bula y su derecha sigue cortando. Asiste hoy como la mejor sacadora del torneo ¨C28 aces y un 80% de puntos con primeros¨C y ninguna ha salvado tantas bolas de break como ella (75%), pero Muguruza contrarresta con una mayor autoridad al saque: solo ha cedido cuatro juegos, por los seis de la norteamericana, cuya estancia en pista (8h 24m) ha sido muy similar a la de Garbi?e (8h 11m).
Hac¨ªa 20 a?os que Londres no acog¨ªa una final pulso tan antag¨®nico en lo referido a la edad, entre dos ¨¦pocas tan marcadas. En 1997, la suiza Martina Hingis (16), ni?a prodigio, bati¨® a la checa Jana Novotna (28); entre una y otra, 12 a?os. Hoy, Muguruza desaf¨ªa otra vez a una Williams. Ahora bien, ni Garbi?e es la Garbi?e de 2015, la que perdi¨® contra Serena, ni Venus la antigua Venus. Esta tarde, en Londres, un cruce de caminos. El ayer, el presente y el ma?ana.
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