Garbi?e Muguruza, la heredera de Conchita Mart¨ªnez
La hispano-venezolana recoge el testigo de la aragonesa, campeona en Londres hace 23 a?os y este torneo en su banquillo. Es el s¨¦ptimo t¨ªtulo del Grand Slam que obtiene el tenis femenino espa?ol
¡°Garbi, ?pero ya te han quitado la bandeja?¡±, le preguntaba Conchita Mart¨ªnez a Muguruza antes de que las dos se fundiesen en un abrazo, en los pasillos que conducen al vestuario de Wimbledon. Una escena de un alto contenido simb¨®lico, hereditario, porque no en vano lo protagonizaban las dos ¨²nicas jugadoras espa?olas que han podido inscribir su nombre en el historial del grande brit¨¢nico. La aragonesa lo consigui¨® en 1994, hace 23 veranos, cuando bati¨® a otra norteamericana que tambi¨¦n compet¨ªa con 37 a?os, la c¨¦lebre Martina Navratilova, la plusmarquista que venci¨® nueve veces sobre el c¨¦sped del All England Tennis Club.
¡°La raqueta no sabe la edad de quien la empu?a¡±, dijo esta una vez, seguramente cuando a Muguruza casi no le hab¨ªan salido ni los dientes. ¡°Al final lo importante es eso, que hable la raqueta. Es lo que ha ocurrido estas dos semanas¡±, describ¨ªa la campeona, quien a lo largo del torneo ha tenido a su lado la mejor fuente de inspiraci¨®n posible, Conchita. ¡°Ella, al fin y al cabo, vivi¨® todo esto y por eso pensamos que era la mejor opci¨®n para acompa?arme¡±, explicaba Muguruza, que se sac¨® la espina de hace dos a?os y de paso firm¨® un doble ¨²nico, Roland Garros y Wimbledon, un logro extraordinario.
¡°Cuando juegas la primera final de un Grand Slam aprendes mucho. En la segunda ya vas preparada y a Garbi?e se le ha visto hoy mucho m¨¢s tranquila¡±, indicaba Arantxa S¨¢nchez Vicario, la tenista espa?ola m¨¢s laureada. Ella, sin embargo, nunca consigui¨® hacerse con el major londinense, puesto que perdi¨® las dos finales que disput¨® (1995 y 1997), en ambas ocasiones contra la alemana Steffi Graf. La exjugadora catalana, a la que estos d¨ªas se le ha visto raqueta en mano en el torneo de veteranas, tambi¨¦n felicit¨® a Garbi?e despu¨¦s de que esta saludase al rey em¨¦rito don Juan Carlos: ¡°?Disfr¨²talo Garbi, disfr¨²talo!, ?ok?¡±.
Ayer, cuando Muguruza elev¨® el trofeo de campeona de Wimbledon (conocido como Venus Rosewater Dish), el tenis femenino espa?ol sum¨® su s¨¦ptimo t¨ªtulo en el Grand Slam. Abri¨® la senda Arantxa, campeona en Roland Garros (1989, 1994 y 1998) y en el US Open (1994); le sigui¨® Conchita en el All England Tennis Club (1994), con la inolvidable victoria frente a Navratilova, 15 a?os mayor que ella; y continu¨® ayer Muguruza, cincelada en la Academia Bruguera de Barcelona desde los seis a?os, ganadora de dos grandes en los dos ¨²ltimos ejercicios.
En t¨¦rminos m¨¢s globales, se trata del 33? major para el tenis espa?ol. La contribuci¨®n masculina se desgrana en: Rafael Nadal (15), Manolo Santana (4), Sergi Bruguera (2), Manuel Orantes (1), Albert Costa (1), Carlos Moy¨¤ (1), Juan Carlos Ferrero (1) y Andr¨¦s Gimeno (1).
A pesar del escepticismo que envuelve al futuro, porque a excepci¨®n de Garbi?e no se vislumbran a corto plazo jugadores j¨®venes que puedan prolongar la cadena de grandes ¨¦xitos de las dos ¨²ltimas d¨¦cadas, el tenis espa?ol contin¨²a en primer plano y ha sabido regenerarse sobre la marcha. La base ¡ªescuelas, academias y centros de formaci¨®n¡ª ha sido la gran perjudicada de la gesti¨®n federativa que se ha llevado a cabo durante el ¨²ltimo lustro, pero incluso en los malos tiempos la marca espa?ola no ha desaparecido del cartel. Despu¨¦s de dos a?os oscuros, Nadal ha resurgido en una versi¨®n todav¨ªa m¨¢s completa, siendo a¨²n mejor tenista, y con Muguruza el porvenir se contempla desde una ¨®ptica mucho m¨¢s amable.
El mallorqu¨ªn triunf¨® otra vez en Par¨ªs y alcanz¨® la final del Open de Australia, y Garbi?e aporta de un a?o a otro alegr¨ªas. En 2015 tute¨® a la mism¨ªsima Serena y el curso pasado celebr¨® su primer grande; ahora, en La Meca ten¨ªstica, ha vuelto a confirmar que a la gloria le queda recorrido, que si no se sale del carril la perspectiva es bien optimista. Ella (23 a?os) es la piedra de toque sobre la que se debe edificar un proyecto en el que la aportaci¨®n de la segunda l¨ªnea ¡ªlos Roberto Bautista, Pablo Carre?o, Albert Ramos, Jaume Munar, Carla Su¨¢rez, Lara Arruabarrena o Sara Sorribes¡ª es imprescindible.
¡°Todo fue muy f¨¢cil¡±, relata Conchita, de 45 a?os. ¡°Me llam¨® Sam [Sumyk, el t¨¦cnico habitual de Garbi?e] y enseguida acept¨¦ porque ¨¦l, ella y yo estamos en la misma sinton¨ªa. Hay una visi¨®n com¨²n y eso ayuda¡±, agrega la preparadora, que abri¨® la puerta de la victoria en Londres a mediados de los noventa y ahora ha guiado a Muguruza. ¡°?Yeees!¡±, celebraban las dos, delante de Santana. Y Don Manolo, emocionado: ¡°Ya la tienes Garbi?e, ya la tienes¡±.
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