Bernstein tambi¨¦n es inmortal
Esta brillante partida y toda la carrera del ruso-franc¨¦s hacen justicia a una estrella maltratada por la historia
Blancas: Td1, Te1, Rg1, Ab2, Dc2, Cc3, Cf3, Ac4; peones en a3, b4, c5, e4, f2, g2 y h3.
Negras: Ta8, Ac8, Tf8, Dc7, Cg7, Ce6, Af6; peones en a7, b7, c6, e5, f4, g5 y h5.
La historia es a veces muy injusta. Al igual que Mark Taim¨¢nov (v¨¦ase el v¨ªdeo anterior de esta colecci¨®n) ser¨¢ recordado sobre todo por su derrota por 0-6 ante Bobby Fischer, existe el riesgo de que el ruso-franc¨¦s Osip Bernstein (1882-1962) lo sea por lo que ocurri¨® en el torneo de San Sebasti¨¢n 1911: protest¨® porque los organizadores hab¨ªan invitado al joven novato Jos¨¦ Ra¨²l Capablanca, quien lo inmortaliz¨® en una partida que gan¨® El Premio de Belleza.
Sin embargo, Bernstein fue un gran ajedrecista, como se aprecia en la partida de este v¨ªdeo, que incluye los sacrificios consecutivos de una pieza, la calidad (diferencia de valor entre una torre y un alfil) y la dama. Adem¨¢s, su vida podr¨ªa ser el guion de una gran pel¨ªcula: abogado especialista en finanzas, condenado a muerte tras la Revoluci¨®n bolchevique por ser asesor bancario, fue salvado del pelot¨®n de ejecuci¨®n cuando un oficial le reconoci¨®. Se arruin¨® tres veces (la Revoluci¨®n, la Gran Depresi¨®n y la invasi¨®n nazi de Francia) y -por su origen jud¨ªo- tuvo que huir a Espa?a con su familia atravesando a pie los Pirineos, donde regres¨® y muri¨® muchos a?os despu¨¦s, en el sanatorio de Saint Arroman.
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