Un ¡®sprint¡¯ en las monta?as en la 17? etapa del Tour

Terminada la etapa del descenso por autopista del Galibier tan alto y minutos despu¨¦s de la victoria del atacante del d¨ªa, Primoz Roglic, un esloveno que antes que ciclista fue campe¨®n de saltos de esqu¨ª y que se lanza at¨®mico por las laderas, en la meta de Serre Chevalier el presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron, se acerca a Romain Bardet triste y sudoroso y le abraza y le susurra algo al o¨ªdo. Quiz¨¢s quiera transmitirle no solo la exigencia de la victoria por su Francia, sino tambi¨¦n el secreto de su ¨¦xito sorprendente y avasallador en las elecciones francesas. Quiz¨¢s todo eso le vaya bien al franc¨¦s que marcha tercero, empatado con el segundo, a 27s del maillot amarillo, pero no ser¨¢ todo lo que necesita para convertirse en el primer franc¨¦s que gana el?Tour?desde 1985, cuando Macron ten¨ªa siete a?os y Bardet a¨²n no hab¨ªa nacido.

Pero eso no le bastar¨¢ al ciclista, que lo que de verdad querr¨ªa es que el l¨ªder no fuera Chris Froome, un ingl¨¦s que le controla en la monta?a como quien no quiere la cosa apoyado en un equipo extraordinario y que, encima, le dar¨¢ un ba?o en la contrarreloj decisiva.

Solo la debilidad manifiesta de Fabio Aru, que se defiende a chepazos exagerados y no logra mantener el pulso, le dio un poco de alegr¨ªa al franc¨¦s, que ve un pel¨ªn m¨¢s cerca su segundo podio consecutivo. El sardo perdi¨® 31s, lo que le deja ya a 53s en la general. El resto fue tan amargo como la constataci¨®n de que por cuatro cent¨¦simas de m¨¢s gastadas en la contrarreloj de D¨¹sseldorf frente a Rigo Ur¨¢n, es el colombiano el que ocupa la segunda plaza y ¨¦l el tercero.

Reparto de bonificaciones

Por eso, por la superioridad de Froome y el control de su Sky, el Tour se decide al sprint en las monta?as. En la fotofinish entre los mejores, siempre los mismos cuatro o tres, los d¨ªas en que se acaba tras largo descenso, como en Chamb¨¦ry hace 10 d¨ªas, en Foix una semana despu¨¦s o en Serre Chevalier el mi¨¦rcoles; con unos segundos entre ellos los d¨ªas de final en repecho, en la Planche, en Peyragudes y hasta en Rodez. En la clasificaci¨®n por bonificaciones obtenidas manda Ur¨¢n, con 22s (una victoria de etapa y dos segundos puestos), seguido por Aru (14s, una etapa y un tercero), Froome (12s, dos segundos) y Bardet (10s, una etapa). Sin ellas, la general estar¨ªa m¨¢s aclarada (Bardet ser¨ªa segundo, a 25s; Ur¨¢n, tercero, a 37s, y Aru, cuarto, a 55s), pero igualmente apretada y abierta.

O quiz¨¢s lo que le falte al Tour para acabar con empates y cerrojos, quiz¨¢s lo que realmente podr¨ªa dar la media del Froome versi¨®n 2017, tan Anquetil en su control de los segundos, ser¨ªa un Contador con 10 a?os menos en las piernas y con la misma edad y decisi¨®n en la cabeza y en el coraz¨®n. Con el mismo desprecio por los segundos y las cent¨¦simas; con el mismo sentido del espect¨¢culo, la misma necesidad de hacer siempre en el Tour todo a lo grande. Y tambi¨¦n ganarlo, lo que ya no puede.

Alberto Contador ama el Galibier y ama aventurarse por sus rampas cerradas por rocas descarnadas y polvo blanco como el de las minas de yeso que dan aire de desierto al valle del Maurienne, de donde en los Alpes parten los grandes cols, los de m¨¢s de 2.000 metros, la Madeleine, el Glandon, la Croix de Fer, el T¨¦l¨¦graphe, el Galibier¡­ Los tres ¨²ltimos son los que recorre la traves¨ªa alpina del 17.

La fuga del d¨ªa, la que ¨¦l querr¨ªa haber cogido, nace antes de la Croix de Fer, y ¨¦l se ve obligado a un sobreesfuerzo, a un ataque lejano y a destiempo para el que anima a un compa?ero de penurias y alegr¨ªas, a Nairo Quintana, tan deseoso como ¨¦l de una gesta que se recuerde muchos a?os, y m¨¢s escaso de fuerzas a¨²n. Con Nairo se lanza en la Croix de Fer, que el colombiano asciende como un viacrucis con la cruz a cuestas, y se frena cuando no puede m¨¢s. Contador sigue. Y seguir¨¢ hasta donde pueda con la ayuda de compa?eros (Michael Gogl, Jarlinson Pantano exhaustivo en la entrega, generoso hasta la ¨²ltima gota, y Bauke Mollema entregado) que le esperan escalonados por delante.

Contador est¨¢ a siete minutos en la general, y llega a contar con cuatro de ventaja, lo que concede a la fuga importancia y urgencia. La aventura de Contador irrefrenable marca la etapa y el trabajo de los Sky, que la controlan, y se desgastan y fatigan. Lo dice Froome: ¡°Contador nos ha metido mucha presi¨®n, nos ha hecho trabajar de lo lindo¡±.

En modo control

A Contador le alcanzan, ya un ciclista sin aliento que pedalea mec¨¢nicamente, en los ¨²ltimos metros del Galibier, cuando ya aceleran todos tras los alocados, repetidos y cortos ataques de Bardet, que nunca llega lejos. ¡°Hemos funcionado en modo control y no hemos tenido problemas con Bardet¡±, dice Froome. ¡°Y estoy mucho mejor que en los Pirineos, ?eh?¡±.

Desde 1922, por el Izoard, por su Casse D¨¦serte, en cabeza, solos, de amarillo, han pasado 11 corredores que despu¨¦s ganaron el Tour. P¨¦lissier, Maes, Bartali, Coppi, Bobet, Merckx y Th¨¦venet, entre otros. Froome, de la edad de las im¨¢genes ic¨®nicas, ser¨¢ el 12? el jueves. O eso desear¨¢.