Un estudio halla lesiones cerebrales en un 99% de exjugadores de la NFL
La investigaci¨®n m¨¢s amplia sobre las consecuencias del f¨²tbol americano agita el debate sobre la seguridad de este deporte
El cada vez mayor consenso sobre el da?o neurol¨®gico a largo plazo que produce el f¨²tbol americano encontr¨® este martes un nuevo punto de apoyo. Un estudio publicado en el Journal of American Medical Association ha encontrado lesiones cerebrales en 110 de 111 cerebros donados por exjugadores de la NFL, la liga profesional norteamericana. Aunque las conclusiones no se pueden extrapolar a todos los que practican el deporte m¨¢s popular de Estados Unidos, se trata de la mayor muestra estudiada hasta la fecha.
La enfermedad conocida como Encelopat¨ªa Traum¨¢tica Cr¨®nica (CTE, en sus siglas en ingl¨¦s) es una dolencia degenerativa relacionada con los golpes en la cabeza. En espa?ol se conoce tambi¨¦n como demencia del p¨²gil, porque empez¨® a estudiarse como una consecuencia del boxeo. La discusi¨®n sobre su relaci¨®n directa con la pr¨¢ctica del f¨²tbol americano comenz¨® hace poco m¨¢s de una d¨¦cada a ra¨ªz del estudio de exjugadores con problemas mentales tras su retiro. Las consecuencias pueden aparecer a?os despu¨¦s de los golpes.
En total, el estudio ha examinado 202 cerebros de personas fallecidas que jugaron en alguna categor¨ªa del f¨²tbol americano, desde el instituto hasta la NFL, despu¨¦s de los a?os 60. El CTE est¨¢ presente en el 87% de ellos, 177. Entre los que llegaron a profesionales, la proporci¨®n supera el 99%. En algunos de los casos, los investigadores solo ten¨ªan el cerebro. En los m¨¢s recientes, ten¨ªan tambi¨¦n entrevistas sobre el comportamiento general de la persona y otro tipo de experiencias con posibles consecuencias traum¨¢ticas, como haber estado en el Ej¨¦rcito.
El estudio encontr¨® signos de CTE en el 21% de los 14 que hab¨ªan jugado en el instituto, el 91% de los 54 que hab¨ªan jugado en la universidad, el 64% de una muestra de 14 que hab¨ªan jugado semiprofesonal y 7 de los 8 que hab¨ªan jugado en la liga canadiense.
El nuevo estudio publicado el martes ha sido realizado por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Boston y el hospital de veteranos de Boston. Se trata de la mayor muestra estudiada hasta la fecha. Los cerebros estudiados est¨¢n depositados en un banco de cerebros de Boston que gestionan estas dos entidades y fue creado en 2008 con el objeto de estudiar esta cuesti¨®n.
El estudio advierte que esa es una de las razones por las que no se puede concluir con absoluta seguridad que jugar al f¨²tbol americano est¨¦ directamente relacionado con el CTE. Los cerebros estudiados son de gente que los don¨® a la ciencia, precisamente, porque sospechaba que le pasaba algo, lo que hace que la muestra est¨¦ desviada. Adem¨¢s, la enfermedad solo se puede certificar con total seguridad en un examen postmortem. Los autores del estudio no pueden extrapolar sus conclusiones a todos los jugadores de f¨²tbol americano.
La conclusi¨®n del informe se limita a decir que ¡°en una muestra de jugadores de f¨²tbol americano fallecidos que donaron sus cerebros para la investigaci¨®n, una alta proporci¨®n ten¨ªan pruebas neuropatol¨®gicas de CTE, lo que sugiere que el CTE puede estar relacionado con la participaci¨®n en el f¨²tbol americano¡±.
La NFL se encuentra en pretemporada estos d¨ªas y a punto de empezar la competici¨®n. La liga nacional de f¨²bol americano eludi¨® el debate sobre el CTE durante a?os hasta que el a?o pasado, por primera vez, un ejecutivo de la organizaci¨®n admiti¨® la relaci¨®n entre el juego y la enfermedad al ser preguntado directamente durante una audiencia en el Congreso. El debate alcanz¨® su mayor nivel de visibilidad con la pel¨ªcula Concussion (La verdad duele) de 2015 sobre el doctor que diagnostic¨® la relaci¨®n entre la enfermedad y el deporte m¨¢s popular de Estados Unidos. Ese mismo a?o, la NFL lleg¨® a un acuerdo en una demanda colectiva de miles de exjugadores por la que se compromet¨ªa a pagar cinco millones de d¨®lares a cada jugador retirado con secuelas neurol¨®gicas graves.
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