Kiko: ¡°Yo era el ¡®ceniciento¡¯ del equipo¡±
El gaditano fue la estrella de una selecci¨®n que con el oro ayud¨® al f¨²tbol espa?ol a recuperar autoestima
La selecci¨®n espa?ola de f¨²tbol no estuvo concentrada en la Villa Ol¨ªmpica. ¡°Mejor¡±, dice ahora Kiko, ¡°t¨² imag¨ªnate all¨ª a unos t¨ªos de 20 o 21 a?os, con las hormonas por ah¨ª jugueteando, en ese sitio donde siempre hab¨ªa alguna fiesta¡±. Los futbolistas disputaron el torneo en Valencia y solo pisaron Barcelona para jugar y ganar la final el 8 de agosto de 1992, el d¨ªa del ¨¦xtasis espa?ol en los Juegos.
La inesperada estrella de aquel equipo fue Kiko Narv¨¢ez (Jerez de la Frontera, 1972), entonces un delantero que empezaba a asomar en el C¨¢diz. Mito del Atl¨¦tico del Doblete a?os despu¨¦s, los Juegos de Barcelona le pusieron en el mapa futbol¨ªstico internacional. ¡°Yo era el ceniciento. El titular era Manjar¨ªn, pero se lesion¨® y empec¨¦ a jugar. En un equipo donde hab¨ªa gente que acababa de ganar la Copa de Europa [Guardiola y Ferrer] o estaban asentados en grandes [Luis Enrique, Alfonso, Soloz¨¢bal, L¨®pez¡], ah¨ª estaba yo, que acababa de salvarme con el C¨¢diz jugando la promoci¨®n ante el Figueras¡±.
Los Juegos coincidieron con la peor ¨¦poca del f¨²tbol espa?ol en las ¨²ltimas d¨¦cadas. La selecci¨®n absoluta se hab¨ªa quedado fuera de la Eurocopa de ese a?o y el t¨¦cnico, Vicente Miera, estaba condenado al despido tras el torneo ol¨ªmpico. ¡°Al m¨ªster no se le not¨® nada. Su situaci¨®n no afect¨®. Adem¨¢s, hab¨ªa estado enfermo. Fue un ejemplo de coherencia y sensatez y nos supo llevar muy bien¡±, comenta Kiko, que tan solo recuerda un momento de tensi¨®n: ¡°Un d¨ªa, antes de un partido, entr¨® Clemente [que ya hab¨ªa sido designado sucesor de Miera] al vestuario y fue un momento un poco desagradable, al menos para m¨ª¡±.
Una vez que el bal¨®n empez¨® a rodar todo fue como la seda, pero antes hubo problemas en la negociaci¨®n de las primas y tedio en la concentraci¨®n de Cervera de Pisuerga. El d¨ªa anterior a la ceremonia inaugural Espa?a pas¨® por encima de Colombia (4-0) en el primer partido y los jugadores pidieron asistir a la fiesta de Montju?c, a lo que Miera se neg¨®. ¡°Hubo un medio mot¨ªn. Dijimos que pag¨¢bamos nosotros el ch¨¢rter de Valencia a Barcelona para ir. Ya que jug¨¢bamos gratis no nos quer¨ªamos perder lo m¨¢s bonito de los Juegos¡±, recuerda Kiko. Finalmente, Miera cedi¨® y el equipo acudi¨® a la ceremonia. ¡°Es lo que m¨¢s recordamos cuando nos juntamos. Ahora entendemos al m¨ªster. Que les digan ahora a Pep o Lucho que los jugadores abandonan la concentraci¨®n¡¡±.
Espa?a continu¨® ganando partido tras partido. En cuartos Italia cay¨® con un gol de Kiko y en semifinales la v¨ªctima fue Ghana. El equipo hac¨ªa un f¨²tbol fluido y en la porter¨ªa Toni Jim¨¦nez echaba el candado: lleg¨® invicto a la final. ¡°Ten¨ªamos tres atr¨¢s, carrileros largos, el Pep en el medio que conectaba muy bien conmigo entre l¨ªneas¡±, cuenta Kiko, que lo que m¨¢s recuerda de esos partidos y entrenamientos es el entendimiento casi ciego que ten¨ªa con Guardiola. ¡°Yo me mov¨ªa y, sin mirarme, el Pep me pon¨ªa el bal¨®n en el pie¡±. Todo ese tiempo juntos tambi¨¦n gener¨® lazos de amistad en unos chavales que tras ese verano ser¨ªan conocidos como La quinta de Cobi. ¡°Tengo muy buena relaci¨®n con muchos de ellos. Toni [el portero] fue el padrino de mi hija¡±, apunta el gaditano.
El d¨ªa de la final los chavales se desplazaron a Barcelona para jugar en un Camp Nou abarrotado. Con la ciudad engalanada de aros y extasiada de esp¨ªritu ol¨ªmpico, los futbolistas se percataron de la grandeza de los Juegos. ¡°Hasta ese momento no notamos el ambiente especial. All¨ª en Valencia est¨¢bamos como jugando otro torneo¡±, dice Kiko. Polonia era el rival por el oro, un equipo potente, sobre todo en la delantera, que se adelant¨® en el marcador. ¡°Lo que hasta entonces era jugar para disfrutar pas¨® a ser una responsabilidad. En la primera parte no hicimos nuestro f¨²tbol¡±.
El gol de la final
El punto de inflexi¨®n de aquel partido no se produjo en el Camp Nou, sede del duelo, sino en el Estadio Ol¨ªmpico de Montju?c. ¡°De repente se escuch¨® un griter¨ªo en el estadio¡±, rememora Kiko, ¡°Ferm¨ªn Cacho gan¨® en 1.500 y nos lleg¨® mientras jug¨¢bamos. Nos dio alas. Luego lleg¨® el Rey y ya est¨¢bamos lanzados¡±. Espa?a remont¨® con goles del gaditano y Abelardo tras la salida al campo de Amavisca, que dio profundidad al equipo por la banda izquierda. Aunque Polonia volvi¨® a empatar, casi con los 90 minutos cumplidos, Kiko recogi¨® un rechace y mand¨® el bal¨®n a la red. ¡°Menos mal que marqu¨¦. Tener que jugar una pr¨®rroga con el cansancio y el calor que hac¨ªa¡¡±, r¨ªe ahora.
Ese gol, en cierto modo, relaj¨® la tendencia pesimista del f¨²tbol espa?ol y a Kiko le cambi¨® la vida. ¡°Hay un antes y un despu¨¦s de los Juegos en mi carrera deportiva, y tambi¨¦n a nivel mental. La experiencia fue muy gratificante, personal y deportivamente. Compens¨® much¨ªsimo¡±. Los grandes pusieron sus ojos en ese delantero alto y con aires de artista. ¡°Si pilla en esta ¨¦poca el C¨¢diz hubiese pegado un pelotazo conmigo. Te viene un equipo de la Premier, paga 25 o 30 millones y se te acaban las penas¡±. El Atl¨¦tico de Madrid lo fich¨® un a?o despu¨¦s junto a su amigo Mami Quevedo y, como se suele decir, el resto es historia.
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