Inglaterra arrolla a las Leonas
Espa?a es superada con claridad (56-5) en su debut mundialista ante las vigentes campeonas
Las Leonas hicieron bueno el lema de que el premio es el viaje en s¨ª mismo, no el destino. No pudieron esconder su alegr¨ªa durante el himno, sus sonrisas infinitas, por verse abriendo un Mundial ante el equipo con m¨¢s recursos que ha conocido el rugby femenino. Inglaterra hizo bueno el pron¨®stico y no dio opci¨®n a un rival amateur que se enfrentaba a otro mundo. El torneo terrenal de Espa?a empieza ahora ante Estados Unidos (domingo) e Italia.
El arranque fue terrible para Espa?a. Manos blandas para embolsar la endiablada patada de saque, dos placajes blandos y en apenas 50 segundos ya hab¨ªa ensayado Megan Jones. Siempre orgullosas, las Leonas quisieron dar respuesta y se lanzaron valientes a por la intercepci¨®n. No hubo premio y las Red Roses aprovechaban el espacio libre para avanzar al trote con sus delanteras. En un suspiro, mel¨¦ inglesa a cinco metros resuelta a placer por la banda. Hab¨ªan pasado siete minutos y el marcador (14-0) desvelaba que no era d¨ªa de gestas.
Las inglesas son el sue?o de cualquier entrenador. Siempre fiables en el juego corto, sus delanteras martillean cual maquinaria pesada, obligando al rival a que el placaje siempre lleve peaje. El ensayo parece inevitable, o por aplastamiento o por la velocidad de su trasera. Y con Katy Mclean como directora de orquesta, la apertura que maneja los tiempos y responde ante cualquier circunstancia. Sabe cu¨¢ndo expandirse, acelerar el comp¨¢s o romper el ritmo con una patada decisiva. Domin¨® a placer la contienda en un mal d¨ªa de cara a palos.
Superado el disgusto inicial, Espa?a asumi¨® su rutina: para ellas el campo siempre tendr¨ªa pendiente. La corpulenta Inglaterra avanzaba sin apuros y las Leonas se embarraron en su retaguardia. Con su esforzada delantera aplazaban lo inevitable. A las campeonas se les ca¨ªa alg¨²n bal¨®n, pero el regreso estaba asegurado. Y cuando el rival acumulaba efectivos en un costado, Mclean cambiaba al otro con una patada letal. Ante tanto frente abierto, Espa?a no llegaba a tiempo a sellar los escapes y necesitaba a cada instante un placaje salvador. Lo hicieron con mucho m¨¦rito B¨¢rbara Pl¨¢ y una Iera Echabarr¨ªa que placa como si pesara 20 kilos m¨¢s, pero no siempre sali¨® cara.
No le funcion¨® tampoco el ataque a Espa?a, sin tiempo para madurar la jugada ante un rival deseoso de anticiparse. As¨ª que el ensayo deb¨ªa llegar al contragolpe. La defensa frustr¨® un ataque ingl¨¦s y Patricia Garc¨ªa pate¨® con fe mientras el oval se arrastraba sin due?o por el c¨¦sped. Cuando las inglesas cortaron el juego, el resto de la manada hab¨ªa acompa?ado a su 10. El saque r¨¢pido de la prometedora Anne Fern¨¢ndez aprovech¨® la superioridad por el costado para que Diana Gasso posara. Una marca preciada.
Al descanso las Red Roses ganaban 24-5 y Kay Wilson ya ten¨ªa su hat-trick. Del banquillo saldr¨ªa Emily Scarrett, la mejor jugadora del pasado Mundial, para sumarse a la fiesta. Con ella en la ecuaci¨®n, un dos contra dos no es igualdad num¨¦rica. Las te¨®ricas inexpertas como Jones exhibieron fondo de armario y el maul, esa plataforma humana sin respuesta, ampli¨® la brecha. Su avance era un mon¨®logo, con diez ensayos y el ¨¢nimo de sumar otro en el descuento. Hasta que la combativa Gasso se lanz¨® rauda al c¨¦sped para apagar las luces.
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