Espa?a se refuerza en la pitada
La amenaza de una manifestaci¨®n contra Piqu¨¦ en el Bernab¨¦u aglutina al vestuario de la selecci¨®n, que ve en el conflicto una oportunidad de consolidar la idea de equipo
El temperamento levantisco de Gerard Piqu¨¦, a quien sus detractores imputan no solo el antimadridismo sino tambi¨¦n la antiespa?ol¨ªa, ha generado un conflicto popular que trasciende el f¨²tbol y que amenaza con estallar en la cara de la selecci¨®n de Espa?a justo este s¨¢bado, cuando se juega la clasificaci¨®n del Mundial frente a Italia. Es el d¨ªa decisivo para conseguir el pasaje directo a la Copa del Mundo de 2018 y es mucho m¨¢s que eso. Dicen en el entorno del seleccionador, Julen Lopetegui, que aqu¨ª no solo est¨¢n en juego los puntos m¨¢s importantes de la liguilla. El s¨¢bado en Chamart¨ªn se decidir¨¢ si Espa?a es o no es un equipo. Si existe o no existe uni¨®n entre sus integrantes. Si los gestos son vac¨ªos o en el seno del grupo se est¨¢ forjando la clase de complicidad que distingue a los campeones.
Lopetegui, Ramos, Busquets, Iniesta, y el propio Piqu¨¦, principales l¨ªderes del actual ciclo, observan la amenaza de manifestaci¨®n popular contra el central del Barcelona como una oportunidad. ¡°El p¨²blico espa?ol debe respetar a todos los jugadores que defienden nuestro escudo¡±, avis¨® Ramos el lunes, ¡°y Piqu¨¦ es uno de ellos¡±.
La corriente separatista en Catalu?a y sus resistencias trasladan al f¨²tbol un aire perturbador que pega de lleno en la selecci¨®n y en jugadores como Piqu¨¦, que no ha dejado de ventilar su vocaci¨®n de dirigir al Barcelona desde el sill¨®n presidencial. Cuando denunci¨® que Espa?a es un pa¨ªs condicionado por quien "mueve los hilos" desde "el palco del Bernab¨¦u", se?alando al presidente madridista Florentino P¨¦rez y deslizando una conspiraci¨®n para desvirtuar la competici¨®n, el central del Bar?a toc¨® la fibra sensible de parte del p¨²blico que le recibir¨¢ este s¨¢bado.
Afirman sus compa?eros que el propio Piqu¨¦ parece motivado ante la inminente producci¨®n de adrenalina. Uno de los miembros del cuerpo t¨¦cnico se?ala la clase de discurso que se repite en el hotel de la selecci¨®n. ¡°Esto es como Fuenteovejuna¡±, dice; ¡°aqu¨ª somos todos uno; pero no basta conque nos lo digamos de puertas para adentro. Hay que recordar cu¨¢les son nuestros objetivos, c¨®mo estamos y c¨®mo nos mostramos. Hay que actuar. Y actuar tambi¨¦n es declararlo p¨²blicamente, como han hecho Ramos y Nacho¡±.
¡°Es verdad que en los ¨²ltimos partidos que hemos jugado en Espa?a ha habido algunos pitos a Piqu¨¦ aunque tampoco tan significativos¡±, dijo ayer Nacho, modelo de canterano madridista. ¡°Lo que yo tengo que pedir como compa?ero de Piqu¨¦ es que el Bernab¨¦u est¨¦ con Piqu¨¦. Toda Espa?a nos estamos jugando una clasificaci¨®n para un Mundial, que es lo m¨¢s importante. Piqu¨¦ es un jugador de la selecci¨®n y siempre nos ha demostrado que est¨¢ con nosotros al cien por cien. Lo ¨²nico que tengo que hacer es pedir el m¨¢ximo apoyo para ¨¦l como para todos los dem¨¢s¡±.
Espa?a es una selecci¨®n heterog¨¦nea. La tensi¨®n interna es indisimulable desde hace a?os. Pero es en esas fuerzas contradictorias donde, seg¨²n Lopetegui, puede estar la clave del ¨¦xito. Los t¨¦cnicos son conscientes de que armonizarlo no es f¨¢cil. Son muchos los equipos de f¨²tbol que se han deshecho por efecto de las bander¨ªas internas y externas. La selecci¨®n, sin embargo, posee algo que sus integrantes consideran un elemento propio de los equipos que son capaces de sobrellevar estas divergencias: aqu¨ª hay jugadores de una experiencia y un temple poco com¨²n. Como ejemplo recuerdan la reacci¨®n de Piqu¨¦ a las burlas de Carvajal el d¨ªa que el Madrid celebr¨® el alir¨®n en Cibeles. El cul¨¦ se apresur¨® a decir en p¨²blico que aquellos c¨¢nticos jaleados por la hinchada era parte del juego. Este s¨¢bado, la unidad por encima de las facciones tambi¨¦n ser¨¢ parte del juego, seg¨²n expresan la mayor¨ªa de jugadores. Los madridistas, ante todo.
Si Busquets o Iniesta salen a defender la figura de Piqu¨¦, mucha gente lo percibir¨ªa como un acto de protecci¨®n entre compa?eros del Barcelona. La autoridad de los jugadores del Madrid en este punto resulta imprescindible y as¨ª lo han intuido ellos. Carvajal tambi¨¦n se ha unido al movimiento cuando en estos d¨ªas lanz¨® la advertencia: "Si pitan a Piqu¨¦ nos pitan a todos".
La gente parece responder. Miles de personas se reunieron ayer en Las Rozas para asistir al entrenamiento de la selecci¨®n. El ambiente vibraba con la presencia de una multitud de ni?os emocionados ante un pu?ado de ¨ªdolos. Los coros espont¨¢neos entonaron c¨¢nticos a Isco, Asensio y Villa. Como si a la afici¨®n que se prepara para asistir al Espa?a-Italia le importara un bledo el tema m¨¢s escabroso de los telediarios deportivos. Piqu¨¦ no oy¨® ni un reproche.
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