Lo que quiera Mbapp¨¦
El PSG, que pone su plantilla al nivel de Madrid y Bar?a, afronta las dudas de los clubes dirigidos por magnates extranjeros pero goza del potencial de un jugador descomunal
Las coreograf¨ªas son la debilidad de Neymar J¨²nior. Siendo jugador del Santos, con apenas 18 a?os, implicaba a media plantilla en la sincronizaci¨®n de bailes multitudinarios en el vestuario. Quienes no le segu¨ªan se sent¨ªan extra?os y hac¨ªan que ¨¦l se sintiera decepcionado tambi¨¦n. Con el tiempo puso remedio a estos desencuentros ¡ªMessi no baila¡ª rode¨¢ndose de tois.
Toi es la denominaci¨®n con la que Neymar design¨® a cada uno de sus amigos profesionales. Cobran en torno a 4.000 euros mensuales por acompa?arle all¨ª a donde mande bailar, cosa que hizo inmediatamente despu¨¦s de que el PSG lo fichara por 222 millones, el pasado 5 de agosto. Subirse a su jet privado e irse de fiesta con sus tois a Saint-Tropez.
Para un analista que este verano tas¨® al brasile?o en 100 millones en su informe a un club de la Premier, la fiesta de la Costa Azul fue la convalidaci¨®n de un dictamen: ¡°Neymar no reclama reconocimiento para asumir m¨¢s responsabilidad; Neymar persigue m¨¢s reconocimiento para liberarse de responsabilidad. Se ha propuesto vivir en la adolescencia permanente y con ese fin el PSG es perfecto. All¨ª le dan todo a cambio de la mitad de presi¨®n que tendr¨ªa en uno de los grandes clubes tradicionales de Europa¡±.
Los fichajes de Neymar da Silva y Kylian Mbapp¨¦ por un global de 402 millones de euros han transformado la geograf¨ªa de la Champions. Por primera vez desde 2008, la hegemon¨ªa espa?ola en la competici¨®n de clubes m¨¢s prestigiosa se ve amenazada por una tercera fuerza. El PSG adquiere su posici¨®n de favorito en una temporada que apunta alteraciones. Alemania ya no parece la ¨²nica alternativa al poder¨ªo espa?ol. Despu¨¦s de a?os de transici¨®n, Inglaterra e Italia presentan clubes muy reforzados. United, City, Chelsea, N¨¢poles, Roma y Juventus gozan de un nuevo empuje econ¨®mico y deportivo.
Si el fichaje de Cristiano por el Madrid en 2009 (95 millones de euros) hizo de la Champions un choque de potencias resumido en el cl¨¢sico fue porque las plantillas de los dos grandes de Espa?a superaron al resto. El PSG ha roto el esquema. La plantilla financiada por el fondo soberano de Catar inclina la balanza hacia Par¨ªs. As¨ª lo contemplan muchos directores deportivos, al menos en lo que respecta a las perspectivas de sus integrantes. Neymar (25 a?os) y Mbapp¨¦ (18) son el futuro; Cristiano (32) y Messi (30) han traspasado la l¨ªnea del m¨¢ximo rendimiento f¨ªsico para iniciar el ocaso.
Brecha cultural
El PSG puede compararse a sus mayores rivales por el nivel de sus futbolistas. En lo dem¨¢s, ofrece la clase de inc¨®gnitas que exhiben los clubes administrados por empresarios ajenos al contexto cultural. Presidido por el arist¨®crata qatar¨ª Nasser al Khelaifi, el PSG es el m¨¢s destacado exponente de un grupo con dificultades para competir.
El f¨²tbol es un juego de leyes conservadoras. La tradici¨®n es concluyente. La secuencia de instituciones hist¨®ricas adquiridas por capitalistas extranjeros coincide con largos ciclos de fracaso y aprendizaje. Desde 2003, Chelsea, Arsenal, City, Liverpool, PSG, United, Valencia, Milan, Inter, Roma y M¨®naco han sido adquiridos por emprendedores estadounidenses, rusos, chinos, singapurenses o representantes de las peque?as monarqu¨ªas del Golfo P¨¦rsico. Con resultados irregulares. Han pasado 14 a?os y solo el Chelsea alcanz¨® la final de la Champions. El balance: 1.220 millones de euros por una copa. La inversi¨®n m¨¢s grande en fichajes de la ¨²ltima d¨¦cada, seguida de Madrid (1.200), United (1.150), Bar?a (1.100), Inter (1.070) y PSG (1.030).
El ¨¦xito del PSG depender¨¢ tanto del funcionamiento del equipo como de la habilidad de sus dirigentes para imponer un orden eficaz. Los testigos de la llegada de Neymar al complejo de Saint-Germain en Laye aseguran que la tensi¨®n en el vestuario fue m¨¢xima. Hay jugadores como Draxler, Di Mar¨ªa o Pastore que fueron puestos en venta. Otros, como Marquinhos o Thiago Silva, sintieron la irrupci¨®n de la estrella como una suerte de degradaci¨®n en la posici¨®n que ocupaban. Los agraviados se?alan detalles inquietantes, como que el entrenador, Unai Emery, retras¨® el entrenamiento de la ma?ana del 23 de agosto para que a Neymar le diera tiempo de regresar de la fiesta de cumplea?os de su hijo en Barcelona.
El contrapeso
Si Neymar se distrae, Mbapp¨¦ puede operar como contrapeso. Lo dicen los numerosos ojeadores que le han seguido: no vieron nada igual. Es un atleta colosal, tiene seda en los pies, y puede desmarcarse por un colador. Por no faltarle, no le falta ni arrogancia ni conocimiento. ¡°Quiero convertirme en un gran jugador¡±, dijo a L¡¯Equipe. ¡°No quiero ser un figurante. Y no tendr¨¦ problemas para adaptarme. El PSG es un equipo que tiene la posesi¨®n, en el que puedes salir de tu zona. Es un juego en movimiento. No es lo mismo que jugar un f¨²tbol directo, en donde te encasillas en una banda o en otra. Las alas, en el papel, est¨¢n abiertas, pero juegan realmente como interiores. Yo no soy un atacante derecho o izquierdo. Soy atacante. Y un atacante debe saber jugar en todas partes¡±.
Emery tiene motivos de preocupaci¨®n. Si los dirigentes qatar¨ªes no ejercen su autoridad, toda la presi¨®n del mando recaer¨¢ sobre el entrenador vasco, responsable de un equipo que se siente m¨¢s que el club. El camino es peligroso. Los recursos son abrumadores. Neymar ¡ªcon y sin tois¡ª tiene pasta de bal¨®n de oro. Mbapp¨¦ pertenece a la especie de los futbolistas capaces de cambiar la historia.
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