El Celta vuelve a penar por su fragilidad defensiva y cede un empate ante el Getafe
La constancia del equipo madrile?o le da un premio postrero con gol de ?ngel ante un rival que sufre cuanto m¨¢s cerca se juega de su porter¨ªa
No acaba de arrancar el Celta porque tiene un agujero en la retaguardia, sea por un rendimiento colectivo o individual en un equipo que en cinco jornadas ha probado tres parejas distintas de centrales. No acaba de tocar la tecla Juan Carlos Unzu¨¦, tampoco sus jugadores. El Celta es todav¨ªa un equipo grato de ver, pero en la transici¨®n que realiza se ha dejado alguna se?a de identidad que no hace tanto le acercaba a la excelencia, por ejemplo ese frenes¨ª en las transiciones que cuando todo encajaba le convert¨ªa en imparable incluso para los mejores equipos del continente. Los problemas defensivos siempre estuvieron latentes o presentes. Ahora son palmarios y decisivos. Contra el Getafe, en ventaja en el marcador desde mediada la primera parte, en cuanto toc¨® remar hacia atr¨¢s se barrunt¨® un hundimiento que pudo ser incluso total porque, tras empatar a falta de cinco minutos y la prolongaci¨®n, el equipo madrile?o se asom¨® a la victoria. Todo sucedi¨® en un estadio de Bala¨ªdos que volvi¨® a presentar con medio aforo la grada que se asoma a las c¨¢maras de televisi¨®n, que sufrieron adem¨¢s los rigores de un estadio, en obras, mal iluminado. M¨¢s madera para la hoguera de los directores de partido de la Liga.
¡°Lo importante es que al menos sumamos un punto¡±, rescat¨® Hern¨¢ndez, uno de los destacados del Celta al final del partido. Su equipo hab¨ªa llegado al partido en puesto de descenso y eso aunque apenas haya transcurrido un mes de competici¨®n alerta a los m¨¢s impresionables. A los cinco minutos de partido brotaron silbidos desde la grada cuando los zagueros se pasaban la pelota a la espera de que apareciese una l¨ªnea para salir con m¨¢s profundidad. Pero el Celta est¨¢ cimentado con la argamasa de la paciencia. No est¨¢ ah¨ª la ra¨ªz de sus problemas, y s¨ª en el error, en una interpretaci¨®n err¨®nea de tiempos, espacios y riesgos. Ante el Getafe se plante¨® minimizarlos y no dud¨® en buscar el env¨ªo en largo cuando el rival le apretaba en la salida. Esa mezcla le reforz¨® y hasta le dio un gol, el que le adelant¨® en el marcador tras env¨ªo en largo de Hern¨¢ndez al pico del ¨¢rea rival. All¨ª Hugo Mallo se llev¨® la pelota de cabeza ante la dimisi¨®n de Amath, que tras hacer acto de presencia en la acci¨®n decidi¨® agacharse y no disputar el salto en una acci¨®n m¨¢s propia de un alev¨ªn que de un profesional. Mallo tuvo fe y le dio un gol en bandeja a Maxi G¨®mez, que sin apenas relacionarse con el juego marc¨® su cuarto gol del campeonato.
Para entonces el Celta controlaba la pelota, la mov¨ªa sin mayores problemas y apenas sufr¨ªa cosquillas por parte de un rival chato. Todo cambi¨® cuando tras el descanso el Getafe dio un paso adelante y m¨¢s despu¨¦s de que los improductivos Fay?al Fajr y Portillo dejasen su puesto a ?lvaro Jim¨¦nez y ?ngel, Bordal¨¢s acoplase al equipo con dos puntas y el Celta empezase a temblar.
La mejor defensa es tener la pelota y huir con ella del ¨¢rea propia. Lo logr¨® el Celta durante los minutos que siguieron a la salida al campo de Emre Mor, un futbolista delicioso, que evolucion¨® por dentro y amenaz¨® con dinamitar el partido para unos y para otros porque se arm¨® un correcalles. Pero el Getafe cort¨® la mecha, se junt¨® y volvi¨® a encimar a la zaga del Celta. De nuevo se barrunt¨® el peligro para Sergio ?lvarez. Lleg¨® el empate en un centro profundo de ?lvaro Jim¨¦nez al que llegaron al segundo palo tanto Arambarri como ?ngel, que fue quien remat¨® a la red mientras varias camisetas celestes se quedaban en el molde. Con urgencia se aplic¨® el Celta a arreglar el roto. No lo logr¨®. Tiene mucho por coser.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.