El hurac¨¢n Mbapp¨¦ barre al Bayern

Un aire de subversi¨®n baja por el valle del Sena y se arremolina entre el bosque de Boulogne y la isla de Saint Germain, en el c¨ªrculo de hormig¨®n del Parque de los Pr¨ªncipes. Digan lo que digan las cuentas de los auditores del fair play financiero de la UEFA, el fen¨®meno ha dado vida a la Champions, competici¨®n que ¨²ltimamente parece penalizar en exceso a los clubes retadores para privilegiar a un c¨ªrculo cada vez m¨¢s cerrado de instituciones que se retroalimentan y se enriquecen en un esquema que invariablemente frena a las dem¨¢s. Nadie representa mejor ese golpe de frescura que Kylian Mbapp¨¦, futbolista destinado a marcar ¨¦poca, autor de otro partido descomunal para desgracia del viejo Bayern. Un partido con m¨¢s fuerza simb¨®lica que deportiva, porque enfrent¨® dos modos de vivir en el mundo del f¨²tbol, y porque fue una forma de presentaci¨®n. Este 27 de septiembre se confirm¨® la aparici¨®n de una nueva superpotencia en el paisaje del f¨²tbol mundial.

El Bayern visit¨® Par¨ªs en mala hora. El equipo b¨¢varo se encuentra en plena crisis de fin de ciclo tras cinco a?os de ¨¦xitos repetidos. El agotamiento de los veteranos es cada vez m¨¢s patente. Ancelotti dio un volantazo procurando poner m¨¢s energ¨ªa pero fue en vano. Comenz¨® por elegir a S¨¹le en lugar de Hummels, emple¨® a Tolisso como escolta de Thiago en el eje, y acab¨® por situar a James a la izquierda, en la parcela que correspondi¨® a Rib¨¦ry. Disponer del 4-3-3 con James de falso extremo fue una decisi¨®n arriesgada. Por ah¨ª se quebr¨® el Bayern.

James se enfrent¨® a Dani Alves en el lateral, pero fue un emparejamiento ¨²nicamente nominal. En la primera jugada de la noche James se tir¨® al medio para jugar entre l¨ªneas, Alaba subi¨® a la posici¨®n de extremo, y cuando el PSG recuper¨® la posesi¨®n Alves se qued¨® solo. Solo en la banda derecha de su ataque mientras Neymar sorteaba una entrada de Thiago Alc¨¢ntara en el otro costado, escond¨ªa la pelota a los centrales y le pon¨ªa el pase al espacio vac¨ªo.

Fue la mejor jugada de Neymar y expuso la inmensa brecha que se abri¨® entre las l¨ªneas del Bayern. Sucedi¨® en el minuto dos del partido y tuvo un efecto determinante. Alves hizo aquello que le ha convertido en una leyenda. Corri¨® cortando la trayectoria, enga?ando, y apareciendo libre. Listo para recibir, entrar en el ¨¢rea, y meter el primer gol. El tanto que servir¨ªa al PSG de base para edificar su plan de repliegues y contragolpes.

El Bayern nunca encontr¨® respuestas ante la posici¨®n de desventaja. Obligado a adelantar l¨ªneas y a refinar el pase, se encontr¨® nadando en mar abierto en una corriente fr¨ªa y peligrosa. H¨¢bitat del nuevo fen¨®meno del f¨²tbol mundial. Mbapp¨¦ es un muchacho de 18 a?os con piernas de cig¨¹e?a y cara de pensionista, que cada vez que entra en acci¨®n provoca el estremecimiento de la multitud y el desconcierto en los rivales. Cuando no tiene la pelota aparece siempre a la espalda de sus marcadores, libre y dispuesto; cuando la tiene, se frena y despega en un chispazo. Nadie posee ese poder de aceleraci¨®n.

Mbapp¨¦ fue incontenible en el segundo gol. La acci¨®n se inici¨® con un contragolpe dirigido por Alves, de nuevo sum¨¢ndose al mediocampo ante la desbandada del Bayern. El pase frontal encontr¨® a Mbapp¨¦ rodeado de defensas. Javi Mart¨ªnez y S¨¹le le hostigaron sin intimidarle. Hizo un par de amagues, una conducci¨®n imposible, y se gir¨® para conectar con Cavani. El uruguayo, que lleg¨® desde atr¨¢s, recibi¨® el regalo solo en el borde del ¨¢rea y meti¨® el 2-0.

En el Bayern todo fueron aver¨ªas. Sin pausa ni velocidad, ni imaginaci¨®n, ni capacidad para profundizar m¨¢s que con centros, el equipo se entreg¨® al fracaso de sus individualidades. M¨¹ller, anta?o un le¨®n, cojeaba; James se mov¨ªa sin fe; Lewandowski se las jugaba todas solo y Thiago se esforzaba por meter el ¨²ltimo pase pero invariablemente acababa interceptado por Motta o Rabiot.

La segunda mitad acentu¨® el drama. Retirado James, sustituido por Coman, el Bayern se meti¨® en masa en campo contrario y se expuso a las mismas amenazas. Las concret¨® Mbapp¨¦ con una maniobra vertiginosa. Dos golpes de cadera, cuatro pasos en cinco metros, y Alaba y S¨¹le, dos expertos, dieron la impresi¨®n de comportarse como juveniles. Enga?ados, liberaron al delantero antes de que sorteara al portero Ulreich y le sirviera otro caramelo a Neymar para el 3-0.

La hinchada salud¨® a los nuevos h¨¦roes con un grito orgulloso: Ici c'est Paris. Esto es Par¨ªs. Nueva capital del mejor f¨²tbol.