El Sevilla fulmina al M¨¢laga en dos minutos y deja a M¨ªchel en el alambre
Banega, de penalti, y Muriel dan el triunfo a los hispalenses en dos acciones casi seguidas y ponen al entrenador madrile?o al borde de la destituci¨®n
No hay consuelo posible para el M¨¢laga. El equipo de M¨ªchel sum¨® su s¨¦ptimo partido sin conocer la victoria, con solo un punto a favor, despu¨¦s de caer en el derbi regional ante el Sevilla, un prodigio de efectividad, con una plantilla llena de recursos, que se llev¨® los tres puntos al aprovechar dos errores del rival. Lo curioso del asunto es que el Sevilla derrot¨® al M¨¢laga en dos contragolpes, ambos pasados la hora de partido. Los jugadores de M¨ªchel se hab¨ªan defendido con solvencia durante todo ese tiempo ante un Sevilla con ciertas dificultades en la creaci¨®n del juego. Pero una carrera de Navas y un error de Rol¨®n fueron admirablemente aprovechados por el Sevilla. Primero con el penalti de Rosales a Correa, transformado por Banega. Despu¨¦s con la impresionante carrera de Muriel, que firm¨® su primer gol en Nervi¨®n.
El M¨¢laga se qued¨® con cara de tonto, superado por sus errores y la amplitud de plantilla del Sevilla. Por ejemplo, sali¨® Banega y le cambi¨® la cara a su equipo. Ofreci¨® profundidad y talento, adem¨¢s de valent¨ªa y tino para marcar el penalti. Con tanta munici¨®n a su favor, Berizzo se permite el lujo de dar descanso a hombres principales y acumula victorias en v¨ªsperas del par¨®n por selecciones. El M¨¢laga, por su parte, tiene un calvario por delante. Hace bien las cosas, pero le condenan errores infantiles y una preocupante falta de inteligencia. Cuando mejor estaba, dos contragolpes lo condenaron. M¨ªchel tendr¨¢ una dura semana por delante. El jeque, con el que no mantiene una buena relaci¨®n, puede decidir su destituci¨®n.
No debe ser f¨¢cil jugar al f¨²tbol a 32 grados de temperatura y el sol en todo lo alto. Tampoco cuando un M¨¢laga muy necesitado se planta en Nervi¨®n con un sistema de tres centrales y el orden defensivo como primer y ¨²nico lema de su f¨²tbol. A esas dos circunstancias que marcaron el choque se uni¨® tambi¨¦n la fe incontestable que tiene Berizzo en las rotaciones. Un credo que le hace dar descanso a Banega y N¡¯Zonzi, por ejemplo, a las puertas de un par¨®n liguero. Del mismo modo, el t¨¦cnico no tuvo problemas en colocar a Soria en la porter¨ªa, con todo lo que eso supone por el hecho de alternar los porteros. Berizzo hasta se permiti¨® el lujo de dejar en el banquillo a Ben Yedder, autor de tres goles ante el Maribor en la Liga de Campeones.
Posiblemente tocado por el sol y las rotaciones, el Sevilla domin¨® el bal¨®n, pero casi nunca el juego en un primer tiempo donde el M¨¢laga se defendi¨® de manera excelente. Primero con un sistema de tres centrales y luego, tras la lesi¨®n de Ricca, con una encomiable disciplina. En el Sevilla todo fue tedioso y lento, sin apenas capacidad para desmontar el entramado defensivo del M¨¢laga. Los jugadores hispalenses cayeron una y otra vez en el fuero de juego, el s¨ªntoma m¨¢s evidente de la falta de claridad de ideas en ataque y del buen trabajo de una zaga. El Sevilla solo pudo romper el sistema del M¨¢laga en dos acciones de Muriel, un delantero de tanta potencia como problemas a veces en la definici¨®n.
El M¨¢laga dio un paso adelante en el segundo tiempo. Incluso se atrevi¨® a buscar la porter¨ªa de Soria, que detuvo un disparo de Mula con cierto peligro. Con el partido algo tonto para el Sevilla, Navas sali¨® disparado en ataque y asisti¨® a Correa. El argentino recort¨® en el ¨¢rea y Rosales meti¨® la pierna. Una jugada en la que el defensa pica ante la acci¨®n del delantero, que exagera la ca¨ªda. Banega, que ya le hab¨ªa cambiado el aire a su equipo, hizo el 1-0. El M¨¢laga qued¨® atontado, paralizado por un f¨²tbol que le est¨¢ castigando demasiado. Un error de Rol¨®n un minuto despu¨¦s fue aprovechado por Muriel, que hizo el segundo para poner el punto y final a un partido donde el Sevilla, con lo justo, se llev¨® por delante al M¨¢laga, que lo intent¨® todo, pero que carece de calidad y suerte. En dos minutos, un equipo tan atenazado como el M¨¢laga entreg¨® el partido ante un Sevilla que se mueve con la solvencia de los grandes. Sin grandes alargues, tira de pegada para ganar. Con gente como N¡¯Zonzi y Banega en el banquillo. Tambi¨¦n con una incuestionable intensidad en el juego en las segundas partes, donde el Sevilla suele ganar los partidos.
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