Ecuador - Argentina, Messi fue tres veces Messi
El delantero del Barcelona marca los tres goles de la Albiceleste y asegura la participaci¨®n del equipo de Sampaoli en Rusia 2018
No hay un jugador en el mundo como Messi. Los partidos de Argentina?se resumen en los goles del 10. ?nicamente se contaron tres jugadas en el Ol¨ªmpico de Atahualpa y fueron los tres goles del delantero de Rosario frente a Ecuador (1-3). Argentina se uni¨® as¨ª a Brasil (3-0 a Chile), Uruguay (4-2 a Bolivia) y Colombia (1-1 en Per¨²) en el Mundial de Rusia 2018, mientras que los peruanos jugar¨¢n la repesca contra Nueva Zelanda y los chilenos, los campeones de Am¨¦rica, fueron eliminados.
Ecuador, 1; Argentina, 3
Ecuador: Banguera; Velasco, Arboleda, Aimar, Ram¨ªrez; Orejuela, Cevallos (Enner Valencia, m 41); Ibarra, Intriago (Uchuari, 76), Romario; y Ord¨®?ez. No utilizados: Piedra, Pedro Ortiz; Ronaldo Johnson, Jacob Murillo, Joao Plata, Garc¨¦s, Andr¨¦s L¨®pez y Arriaga.
Argentina: Romero; Mercado, Mascherano, Otamendi; Salvio (Fazio, m. 89), Enzo P¨¦rez, Biglia, Acu?a; Messi; Benedetto (Icardi, m. 75) y Di Mar¨ªa (Paredes, m. 84). No utilizados: Guzm¨¢n, Marches¨ªn; Pezzella, Pablo P¨¦rez, Casco, Rigoni, Banega, Dybala y Papu G¨®mez.
Goles: 1-0. M. 1. Romario Ibarra. 1-1. M. 12. Messi. 1-2. M. 20. Messi. 1-3. M. 61. Messi.
?rbitro: Anderson Daronco (Brasil). Amonest¨® a Cevallos, Acu?a, Biglia y Mascherano.
Estadio Ol¨ªmpico Atahualpa. Unos 38.000 espectadores.
Messi hace las cosas de manera tan f¨¢cil que dif¨ªcilmente tienen ¨¦pica, suceden como si fueran lo m¨¢s normal del mundo, por continuadas y sencillas, repetidas una y mil veces, en las jornadas sencillas y en los d¨ªas de m¨¢xima exigencia, como en Quito. Nadie metaboliza mejor el f¨²tbol que Messi, santo y se?a de la Albiceleste, por fin ganadora en un encuentro que tuvo el mismo tono que muchos de los empatados, simplemente resuelto por Messi.
Habr¨¢ quien maliciosamente le contin¨²e llamando enano sin tener en cuenta la altura de Ecuador. Nunca ser¨¢ tampoco un caudillo como Pasarella. Ni tiene por qu¨¦ parecerse cada d¨ªa a Maradona. Messi es Messi. Un jugador ¨²nico al que se agarra Argentina para caminar de torneo en torneo hasta llegar a las finales y perder hasta cuatro a la espera de ver qu¨¦ sucede en la Copa del Mundo de Rusia. Los goles del 10 con la Albiceleste no valen por ahora t¨ªtulos, ni se dan en los momentos ¨¦picos de los encuentros, tampoco son siempre geniales, sino que llegan en los minutos m¨¢s inesperados, de forma casi instant¨¢nea, cuando la hinchada le acusa de ser un pecho fr¨ªo, de no merecer el trato de rey que le dispensa el mundo entero desde que triunfa de forma continuada en el Barcelona.
Messi apareci¨® en Quito despu¨¦s de que Argentina maldijera a Mascherano por medir mal el salto con Roberto Ord¨®?ez mientras ped¨ªa fuera de juego y dar continuidad a una jugada que acab¨® con un remate cruzado de Romario Ibarra. Apenas se hab¨ªa sacado de centro y Argentina ya cargaba con un gol en contra en el estadio Atahualpa. Apareci¨® entonces Messi para darle la vuelta al marcador en un santiam¨¦n con dos goles inapelables despu¨¦s de dos acciones en las que se asoci¨® con Di Mar¨ªa y Enzo P¨¦rez. El 10 tir¨® una pared con el delantero del PSG para llegar al ¨¢rea peque?a y poner el 1-1 y acto seguido recuper¨® una pelota que coloc¨® en el ¨¢ngulo izquierdo de Banguera para dejar 1-2.
Resultados y clasificaciones
Brasil, 3; Chile, 0
Ecuador, 1; Argentina, 3
Paraguay, 0; Venezuela, 1
Per¨², 1; Colombia, 1
Uruguay, 4; Bolivia, 2
Clasificaci¨®n: Brasil, 41 puntos.
Uruguay, 31
Argentina, 28
Colombia, 27.
Per¨², 26. Jugar¨¢ la repesca
Chile, 26. Eliminada
Paraguay, 24
Ecuador, 20
Bolivia, 14
Venezuela, 12
No hab¨ªa m¨¢s jugador en el campo que Messi. No necesitaba jugar Argentina para encontrar al 10. Ecuador tampoco sab¨ªa c¨®mo marcar al delantero del Bar?a. Messi era indetectable para la zaga local y un faro para la Albiceleste. Ning¨²n aficionado al f¨²tbol hubiera dicho que Argentina sumaba cuatro partidos sin meter un gol si se except¨²a el que se meti¨® en propia porter¨ªa Venezuela. Los argentinos despertaron de su mal sue?o en un abrir y cerrar de ojos, ocho minutos, el tiempo que tard¨® Messi en encontrar el arco y descerrajar dos tiros imposibles para el meta de Ecuador, desprotegido por su defensa, abatidos los once muchachos de C¨¦lico, rendidos al aura del delantero de Rosario.
La pegada de Messi marc¨® las diferencias para suerte de un equipo sin cambios de ritmo ni profundidad, escaso de f¨²tbol, superado cuando Mercado y Otamendi sal¨ªan a tapar los costados y dejaban solo a Mascherano en la defensa de tres dise?ada por Sampaoli. A la Albiceleste le alcanz¨® con dos aceleraciones de Messi, igual de contundente al nivel del mar que a 2.850 metros de altura, para optar a disputar la Copa de Mundo. Los goles del 10 permitieron que la afici¨®n argentina volviera a mirar al marcador simult¨¢neo para saber si su clasificaci¨®n era directa o habr¨ªa que disputar el repechaje mientras los ecuatorianos se distra¨ªan con el Brujo Manuel, enviado por Argentina.
El partido no ten¨ªa ning¨²n inter¨¦s, ni siquiera para Messi, que descansaba a la espera de acontecimientos, sin saber si necesitar¨ªa reactivarse o valdr¨ªan sus tantos, demasiado peso para un contrario diezmado por las ausencias, sin opciones para acudir a Rusia, entregado a un t¨¦cnico interino como el argentino C¨¦lico. La ¨²nica inc¨®gnita que ten¨ªa el encuentro hab¨ªa quedado resuelta antes de tiempo con el 1-1 y con el 1-2 de Messi. El 10 se hab¨ªa reencontrado con el gol despu¨¦s del que le meti¨® de penalti a Chile y a Argentina, que solo hab¨ªa contado 16 en 17 partidos, le val¨ªa para ganar en Quito.
Ecuador lleg¨® a pensar que ten¨ªa alguna opci¨®n de empatar por el silencio de Messi. Una falsa ilusi¨®n porque a su despliegue respondi¨® el rosarino con el 1-3. La pelota sali¨® despedida en mitad de la cancha y el 10 la acun¨®, se dio media vuelta y ya no par¨® hasta pisar el ¨¢rea y colar el gol en el arco de Banguera. Un gol espl¨¦ndido al que apenas se dio importancia porque ya son tantos y tan iguales que por repetidos se minimizan, incluso cuando suponen la clasificaci¨®n directa de Argentina para la Copa del Mundo de Rusia. A la par¨¢lisis de la Albiceleste, muerta de miedo, espantada por la altura de Quito y por una jornada llena de trampas, respondi¨® Messi con tres goles como tres soles: 1-3.
Aunque nadie recordar¨¢ el encuentro por malo, ser¨¢ dif¨ªcil olvidar la actuaci¨®n de Messi por lo bueno que fue el d¨ªa en que a Argentina le iba la vida en la Copa del Mundo. El f¨²tbol de Messi, por m¨¢s sabidos y repetidos que sean sus goles, no pod¨ªa faltar en 2018. El problema del 10 es precisamente que sus goles parecen tan naturales que cuando no se dan se le piden responsabilidades en la Albiceleste y en el Bar?a.
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