El Girona fulmina al Real Madrid
El cuadro catal¨¢n, con f¨²tbol y entusiasmo, gana merecidamente al campe¨®n, que ha gripado de tal manera que en diez jornadas ya est¨¢ a ocho puntos del Bar?a
En Girona?se impuso el hero¨ªsmo de la debilidad. De la supuesta debilidad, puesto que el equipo local se gan¨® con creces su estruendosa machada ante el campe¨®n de Europa. Por f¨²tbol y entusiasmo, el Girona dio una inopinada estocada a un Madrid que certific¨® su desti?e. No hay migas del imponente Real Madrid que cerr¨® el ¨²ltimo curso a lo grande y abri¨® el actual dejando al Bar?a sonado en la Supercopa. Este Real Madrid est¨¢ gripado. Ahora no le funciona la primera unidad y la segunda columna tampoco tiene el gancho de la ¨²ltima temporada. Y si en las bienaventuranzas es portada Cristiano, en este baj¨®n tambi¨¦n debiera serlo: un gol en Liga en las seis jornadas que ha disputado. En Montilivi, poco CR y poco Madrid, salvo Isco, el ¨²nico que hoy resiste la comparaci¨®n con el imponente equipo del reciente doblete.
Se descuelgue o no de la ¨¦lite esta misma temporada, el Girona es algo m¨¢s que un equipo devoto en su estreno en Primera. No est¨¢ de paso, boquiabierto ante tanto rival con jerarqu¨ªa. No importa que sea el bautizo en la Liga de purpurina de chicos como Pons, Granel o Portu, algunos de los cuales se embarraban no hace nada por los campos de minas de la tercera divisi¨®n. El de Mach¨ªn es un equipo lozano, tan interesante como novedoso t¨¢cticamente. Con ese 5-2-2-1 resulta abrasivo en campo ajeno, aunque, a veces, algo tierno en el propio. Desde luego, no es un conjunto de perfil convencional.
Bien que not¨® el Real Madrid el aire pendular del cuadro catal¨¢n, un adversario dif¨ªcil de descodificar. Dispone de tres centrales, dos laterales con mucha v¨ªa que se sit¨²an en l¨ªnea con otros dos sostenes centrales. En el radar de estos, dos volantes que lo mismo auxilian en los costados que reman por los pasillos interiores. Un enredo para el Madrid, que no supo c¨®mo cavilar el encuentro, tan achuchado en su terreno que se sucedieron las pifias de gente tan fiable como Ramos, Marcelo, Kroos... Las p¨¦rdidas eran sofocantes para los blancos. En especial para Marcelo, con su zona abierta de par en par. Por ah¨ª centr¨® Maffeo y la pelota emboc¨® en el poste derecho de Casilla, que ya hab¨ªa tenido alg¨²n que otro sobresalto. Escupido el bal¨®n por el poste, la jugada tuvo hilo y segundos despu¨¦s lleg¨® un garrotazo madridista. Ramos conect¨® con Benzema, que cit¨® a Cristiano. El disparo del portugu¨¦s desde fuera del ¨¢rea no fue un trueno, pero lo desvi¨® de mala manera Bono. El portero local ni ataj¨® ni orient¨® debidamente el despeje. Al rebote lleg¨® Isco, definitivamente un jugador con todo y para todo, al que ya no solo le luce la chistera. Isco es la constataci¨®n de que en futbolistas as¨ª el talento no conspira contra la eficacia. Adem¨¢s, el malague?o ya no desde?a la intendencia. Para nada.
El tanto visitante no alter¨® el relato. El Girona no perdi¨® determinaci¨®n y el Madrid no dio con la finura. Tan solo cuando logr¨® salvar la presi¨®n alta de los rojiblancos y daba con Isco para galvanizar el reto. Entonces s¨ª se agrietaba el cuadro catal¨¢n. Tanto que concedi¨® que Cristiano surcara con cierta libertad el per¨ªmetro del ¨¢rea de Bono. No hubo madridista que amenazara m¨¢s al portero guardi¨¢n de Montilivi. Pero todo era espasm¨®dico en el Madrid, sin gobierno, a tirones, sufriente en su cancha. Como prueba, otro palo para Casilla, que ya hab¨ªa besado el otro poste salvador tras el gol de Isco. Esta vez fue Portu, jugador de bajo techo, el que meti¨® la coronilla y condujo la pelota al poste izquierdo del Madrid. El bal¨®n bot¨® y milagrosamente no chapote¨® en la red.
La desafortunada jabatada del Girona en el primer acto hacia presagiar que el equipo sacudiera la bandera blanca con el discurrir del ¨²ltimo tiempo. Pero a los de Mach¨ªn no les falta fervor, fogosidad. No se remedi¨® el Madrid, tan deslavazado e impreciso antes y despu¨¦s del intermedio, y el Girona mantuvo el tuteo. Hasta que Stuani se col¨® entre el basti¨®n central de la rajada zaga visitante. El charr¨²a maniobr¨® de maravilla y sell¨® el empate ante la algarab¨ªa de Montilivi. Por si fuera poco, pocos minutos despu¨¦s, Portu, en fuera de juego, caz¨® el segundo gol tras meter con pericia la espuela en los morros de Kiko Casilla. No hab¨ªa forma de que el Madrid se estabilizara.
Solo en alza en el marcador recul¨® el Girona, ya dispuesto a la contra y colgado de su tendal defensivo. Zidane, apremiado, retir¨® a los dos laterales ¡ªAchraf y el turbado Marcelo¡ª en beneficio de Lucas y Asensio. Casemiro se incrust¨® como tercer central con Ramos y Nacho. Era el momento del arrebato, y nadie se remang¨® m¨¢s que Isco. En las buenas y en las malas, Isco, empecinado en no capitular. Pero el andaluz, tieso al final, acab¨® tan fundido como sus camaradas, incapaces de no jugar al comp¨¢s de Isco. Nadie le secund¨® y el Madrid se fue pasmado de su primera visita a Girona. El Bar?a, ya le tiene a ocho puntos por el retrovisor en tan solo diez jornadas. El Madrid se mira y no se encuentra. Para el Girona, un d¨ªa inolvidable. Ya tiene un testamento de primera para la posteridad. Una traca may¨²scula en Montilivi. Gran azote para el Real.
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