Marc M¨¢rquez, campe¨®n del mundo y tercero en Valencia despu¨¦s de una casi ca¨ªda

M¨¢rquez es una maravilla para los sentidos. Te agita el coraz¨®n. Porque su pilotaje y sus intenciones en la pista son siempre puras. Porque siempre quiere m¨¢s. Porque en carreras como la de este fin de semana en el Ricardo Tormo, en la que apenas necesitaba ser 11? para ser campe¨®n del mundo, otra vez, ¨¦l apuesta por la victoria. Porque siempre arriesga. El piloto de Honda levant¨® a los 110.220 espectadores que ocupaban las gradas del trazado valenciano cuando, en su intento por vencer a lo grande, quiso culminar una temporada may¨²scula con una victoria. Y por poco acaba en el suelo.

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Las im¨¢genes de la carrera

Rodaba en segunda posici¨®n, agazapado tras Zarco, cuando a falta de seis giros, le adelant¨® en la ¨²ltima curva. Y en la primera curva, pasada la recta de meta, se pas¨® de frenada, para defender la posici¨®n, tanto ansiaba la victoria, y perdi¨® el control de su moto. Mantuvo su cuerpo a pocos cent¨ªmetros del asfalto gracias a ese codo y esa rodilla majestuosos, que de tantas ca¨ªdas le han librado, y, eso s¨ª, se fue directo a la escapatoria. Le fren¨® la grava. Y perdi¨® algunas posiciones mientras trataba de regresar a la pista. Cuando lo hizo era quinto. Nada que lamentar. El t¨ªtulo segu¨ªa estando en sus manos.

M¨¢rquez, con victoria o sin ella, pues al final se la adjudic¨® su compa?ero Dani Pedrosa, fant¨¢stico el duelo con el novato Zarco en aquellos ¨²ltimos giros, sigue haciendo historia. Por sus n¨²meros y por sus maneras. A ning¨²n otro candidato al t¨ªtulo se le ocurre competir as¨ª. ?l lo ten¨ªa claro.

No hubo nadie en todo el fin de semana que le hiciera sombra. Nadie ten¨ªa su ritmo, ning¨²n otro piloto, su explosividad. De ah¨ª que quisiera intentarlo. De ah¨ª que saliera desde la pole merced a un tiempo fant¨¢stico que tampoco pudo empa?ar una ca¨ªda. Otra m¨¢s, pues el de Honda se cay¨® el viernes, volvi¨® a caerse el s¨¢bado y por poco se cae el domingo. Pero el fallo en carrera solo se produjo cuando ¨¦l ya sab¨ªa que nada arruinar¨ªa su campeonato. Dovizioso, su rival, rodaba por detr¨¢s de ¨¦l, en quinta posici¨®n, y ya poco podr¨ªa hacer, a falta de tan pocos giros, para ganar la carrera, su ¨²nica opci¨®n de t¨ªtulo.

No pudo hacer m¨¢s el de Ducati, que adem¨¢s tuvo la deferencia de agradecerle a su compa?ero de equipo el haberle hecho de gu¨ªa durante la carrera. Jorge Lorenzo volvi¨® a recibir un mensaje en la pantalla electr¨®nica de su Ducati. ¡°Sugerimos el mapa ocho¡±. Id¨¦ntico mensaje que su equipo le envi¨® en Malasia, que ni siquiera vio, pero que atendi¨® sin darse cuenta y permiti¨® alargar la batalla por el t¨ªtulo hasta el gran premio de la Comunitat Valenciana. Aquel domingo, el mallorqu¨ªn se sali¨® de la trazada y Dovizioso, que rodaba bien pegadito, aprovech¨® para adelantarle. Este domingo, Lorenzo no atendi¨® a las s¨²plicas de su box y no le abri¨® paso a su compa?ero de equipo, pero eso le ayud¨® m¨¢s. El italiano no ten¨ªa el ritmo para acercarse a las Honda.

Si bien, despu¨¦s de insistentes mensajes, desesperados los mec¨¢nicos, los ingenieros y los jefes en el taller de la f¨¢brica de Bolonia, que no entend¨ªan nada, cuando deber¨ªan haber intentado aprovechar el error de M¨¢rquez, hurgar en la herida o en su nerviosismo, uno y otro se fueron al suelo, por separado, aunque en la misma vuelta. Dovizioso se cay¨® poco despu¨¦s que Lorenzo. En la curva ocho, un viraje largo a la izquierda. Quedaban seis giros para el final. Justo en aquel momento Marc M¨¢rquez se proclam¨® campe¨®n del mundo de MotoGP por cuarta vez en cinco a?os. No necesitaba m¨¢s. Podr¨ªa haberse vuelto a equivocar, que ya no habr¨ªa consecuencias. No lo hizo. Con un susto hab¨ªa tenido bastante.

Dej¨® a Pedrosa y a Zarco pelearse por el triunfo. Y ¨¦l se content¨® con subir al podio junto a ambos. Buena manera de celebrar su cuarto t¨ªtulo mundial. De la misma forma lo hizo la primera vez en este mismo escenario. Siempre lo intenta M¨¢rquez. Pero cuando se trata de un campeonato del mundo, sabe cu¨¢ndo y c¨®mo atacar. Y tambi¨¦n cu¨¢ndo es el momento de parar. ¡°Estilo M¨¢rquez hasta el final¡±, dijo. Es puro, siempre.