El Ayuntamiento de C¨¢diz le cambiar¨¢ el nombre al estadio Carranza por sus implicaciones franquistas

Ya lo claman los cadistas, lo suyo con su equipo es ¡°m¨¢s que un sentimiento¡±. Y ya lo cantaba el c¨¦lebre carnavalero Manolito Santander en el que es el himno oficioso del C¨¢diz C.F.: ¡°Benditos sean los que llenan de esperanza, cada rinc¨®n, cada escal¨®n de mi Carranza¡±. Pero ahora el templo donde la afici¨®n vibra con su submarino amarillo se ha convertido en el epicentro de un debate entre la raz¨®n y el sentimiento. La primera dicta, por mandato municipal, que el Nuevo Estadio Ram¨®n de Carranza debe dejar de rendir honores con su nombre al que fue un alcalde franquista. La segunda entiende que Carranza dej¨® de ser hace mucho un mero apellido para convertirse en el santo y se?a de todo el que se tiene por cadista de pro.?

El nombre que cobra cada vez m¨¢s fuerza es el de M¨¢gico Gonz¨¢lez

La pol¨¦mica entre la Memoria Hist¨®rica, que marca la ley, y la memoria sentimental, que divide a una de las aficiones m¨¢s entregadas y estoicas, empez¨® de rebote a comienzos de esta misma semana, tras 40 a?os de democracia en los que nadie quiso abrir ese mel¨®n en C¨¢diz. El Ayuntamiento (gobernado por PCSSP y Ganar C¨¢diz) ha decidido eliminar del callejero el nombre del alcalde Ram¨®n de Carranza (regidor de 1927 a 1931 y de julio a septiembre de 1936) por sus implicaciones franquistas. En su lugar, la avenida que va desde la plaza del Ayuntamiento a la Diputaci¨®n pasar¨¢ a llamarse 4 de Diciembre de 1977, en honor a las manifestaciones celebradas en Andaluc¨ªa en esa fecha a favor de la autonom¨ªa de la regi¨®n.?

En el pleno de este viernes, el equipo de gobierno dirigido por Jos¨¦ Mar¨ªa Gonz¨¢lez Kichi ha refrendado su medida con el apoyo del PSOE y la oposici¨®n del PP. En la exposici¨®n de motivos ha quedado clara la motivaci¨®n, ya esgrimida por el concejal Mart¨ªn Vila en d¨ªas anteriores: ¡°Existe una abundante documentaci¨®n hist¨®rica sobre Ram¨®n de Carranza en la que queda demostrada la participaci¨®n y complicidad del exalcalde de C¨¢diz con los golpistas¡±. Y a¨²n m¨¢s, el informe municipal a?ade: ¡°Se precisa la retirada de todos los honores y homenajes concedidos a esta persona en la ciudad de C¨¢diz, entre ellos, el relativo al callejero¡±.?

La asociaci¨®n de ideas fue r¨¢pida e inmediata entre los cadistas, ?qu¨¦ ocurrir¨¢ entonces con el estadio, de titularidad municipal y explotado por el C¨¢diz C.F.? Por si hubiera alguna duda, el propio Vila lo dej¨® claro, a preguntas de los periodistas, el pasado jueves: ¡°La misma reflexi¨®n que se ha seguido ahora se har¨¢ para futuras decisiones, como la retirada de un busto o el cambio de nombre del estadio¡±. Incluso en el Ayuntamiento ya han avanzado que recurrir¨¢n a la participaci¨®n ciudadana (telem¨¢tica por internet o presencial) ¡°para que el templo de la afici¨®n amarilla tenga un nombre respetuoso y no el de una persona c¨®mplice con la represi¨®n¡±.?

Aunque de momento es solo una declaraci¨®n de intenciones no oficial, ya hay quien ha tomado parte del debate. Por su parte, el PP en el Ayuntamiento tiene claro que ¡°nadie en C¨¢diz ha pedido cambiar ning¨²n nombre, no es prioritario para los gaditanos ni para nadie¡±. Hay aficionados que incluso han comenzado a recoger firmas por internet para evitarlo. ¡°Carranza es sin¨®nimo de risas, llantos, penas, alegr¨ªas. Esa es la verdadera ley de memoria hist¨®rica que concibe un cadista como yo¡±, esgrime el cadista Miguel ?ngel Valdivia en su petici¨®n en la red.?

De hecho, tambi¨¦n hay corrientes ¡ªcomo la defendida por la asociaci¨®n de vecinos La Laguna, barrio donde est¨¢ el estadio¡ª que defienden, como opci¨®n intermedia, el cambio a Estadio Carranza, eliminando simplemente el nombre del regidor. Sin embargo, en el Ayuntamiento, de entrada, descartan la idea. ¡°Ser¨ªa un mero subterfugio cuando se trata de buscar nombres que no generen una carga negativa¡±, reconoce Fran Gonz¨¢lez, portavoz socialista en el Ayuntamiento. En el fragor del debate, el club cadista prefiere ¡°mantenerse al margen ya que el Ayuntamiento no ha comunicado oficialmente el cambio¡±. En cualquier caso, fuentes cercanas al equipo precisan que ¡°es evidente que, en este caso, el nombre del estadio trasciende al personaje¡±.?

La cuesti¨®n preocupa hasta tal punto a la Federaci¨®n de Pe?as Cadistas (que aglutina a 73 entidades) que el 3 de diciembre celebrar¨¢n una asamblea general en la que definir¨¢n su postura oficial y, previsiblemente, aportar¨¢n una lista de nombres para las posibles alternativas. Pero no a todos disgusta el cambio. Para Fran Gonz¨¢lez es incluso el momento de ¡°recurrir a posibles patrocinadores, como ocurre en otros estadios de Espa?a¡±, con la idea de invertir el dinero aportado en mejorar los equipamientos deportivos de la ciudad. Entre los posibles nombres que suenan en los mentideros cadistas est¨¢ el de Manuel de Irigoyen, presidente del club en los a?os dorados de 1979 a 1993 o Mirandilla, en honor al primer campo del equipo.?

Pero, descartado Carranza, el nombre que cobra cada vez m¨¢s fuerza es el de M¨¢gico Gonz¨¢lez, querido jugador del club en la d¨¦cada de los 80. Ya hay una iniciativa en la red que pide firmas de adhesi¨®n a esta modificaci¨®n y el propio interesado no ha dudado en manifestar su alegr¨ªa. ¡°?Una gran sensaci¨®n, un gran regocijo, es un encantamiento¡±, alab¨® el salvadore?o en unas declaraciones en v¨ªdeo grabadas por el medio digital de San Salvador El Mundo.?

El tiempo, la afici¨®n y el Ayuntamiento dir¨¢n si, finalmente, cuajan esta u otras ideas. Lo ¨²nico claro es que las cartas est¨¢n sobre la mesa, justo cuando ma?ana s¨¢bado el C¨¢diz juega contra el Valladolid en el todav¨ªa Estadio Ram¨®n de Carranza. Y la pol¨¦mica no tiene visos de acabar. Adem¨¢s del nombre del campo, quedar¨ªa por cambiar el del hist¨®rico Trofeo Carranza ¡ªque se disputa cada verano desde 1955¡ª para retirar todos los honores al regidor. Eso por no hablar del hijo de Ram¨®n, Jos¨¦ Le¨®n de Carranza, tambi¨¦n alcalde franquista (de 1948 a 1969), que designa al primer puente la ciudad y al que justo se le ocurri¨®, hace 62 a?os, bautizar tanto al campo como al trofeo con un nombre que ahora est¨¢ en entredicho.