La apuesta
La tensi¨®n. Eso ha perdido el Madrid este a?o o al menos eso le cuesta encontrar
Una de las virtudes de Renfe es su implacable l¨®gica interna: cuanto m¨¢s largo es el trayecto, menos posibilidades hay de cargar el m¨®vil. En un tren entre Pontevedra y Vigo, cuando uno est¨¢ enchufando el cargador tiene que bajarse ya del tren; entre Madrid y Pamplona, como no hay enchufes a veces da tiempo a leer un libro. ?Un libro! En el siglo XXI.
As¨ª fue c¨®mo acab¨¦ echando mano de un ejemplar viejo que ten¨ªa por la bolsa de Gay Talese, El silencio del h¨¦roe, donde se recopilan sus primeras cr¨®nicas deportivas. Es sabido que Talese se fue a hacer el servicio militar sabiendo que al volver a la vida civil ser¨ªa periodista deportivo, y sin embargo volvi¨®. Claro que hacer la mili en EE?UU a mediados del siglo XX era jugar muy fuerte. En el libro, Talese dice sobre Hemingway: ¡°Rehac¨ªa una y otra vez sus frases hasta darles tensi¨®n: al final todo era tan esencial que no pod¨ªas a?adir ni quitar nada sin que todo se desmoronara¡±. Es una gran frase que enseguida apliqu¨¦ al amor, porque como es natural estoy enamorado, y al Madrid, porque empiezo a sospechar que soy bastante madridista.
Hab¨ªa visto el d¨ªa anterior el partido del Madrid ante el M¨¢laga, y hab¨ªa pensado en la cantidad de pases prescindibles que se daban. No en el inicio de la jugada, algo l¨®gico, sino al final, cuando el Madrid rodeaba al M¨¢laga en la primera parte. Incluso entonces, en sus mejores minutos, el Madrid destensaba los pases, los convert¨ªa en superficiales y desactivaba las posiciones de ventaja. La escritura, el amor, el f¨²tbol. No existen sin tensi¨®n: no existen sin el miedo a perderlo todo. Ese miedo construye la belleza. De tal forma que incluso perdiendo puede contemplarse un instante lo que ha podido ser, lo que hubiera llegado a convertirse si una apuesta tan alta llegase a funcionar. Como el Madrid de Queiroz, m¨¢s o menos.
La tensi¨®n. Eso ha perdido el Madrid este a?o o al menos eso le cuesta encontrar. La elaboraci¨®n del juego sinti¨¦ndose amenazado por lobos. Contra el M¨¢laga se lleg¨® otra vez a puerta, se remat¨® bien ¡ªincluso extraordinariamente bien, como Cristiano¡ª, pero nunca hubo sobre el campo la tensi¨®n de un equipo jug¨¢ndose una Liga. Esa manera de jugar al alza que vendr¨ªa a ser como la prosa que quer¨ªa tener Talese: un juego en el que todo sea tan esencial que cualquiera que d¨¦ un pase de m¨¢s o un pase de menos destruya la obra de todos.
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